viernes, 26 de octubre de 2012

“La conquista española de la nación azteca”
Mural de Diego Rivera
(1886 - 1957)
520 años de
la conquista


En 1492, los nativos descubrieron que eran indios,
descubrieron que vivían en América,
descubrieron que estaban desnudos,
descubrieron que existía el pecado,
descubrieron que debían obediencia a un rey y a una
reina de otro mundo y a un dios de otro cielo,
y que ese dios había inventado la culpa y el vestido
y había mandado que fuera quemado vivo quien
adorara al sol y a la luna y a la tierra y a la lluvia
que la moja". “Los hijos de los días".
Eduardo Galeano.



*Por Eduardo Galeano

 A tiros de arcabuz, golpes de espada y soplos de peste, avanzaban los implacables y escasos conquistadores de América. Lo cuentan las voces de los vencidos. Después de la matanza de Cholula, Moctezuma envía nuevos emisarios al encuentro de Hernán Cortés, quien avanza rumbo al valle de México. Los enviados regalan a los españoles collares de oro y banderas de plumas de Quetzal. Los españoles "estaban deleitándose. Como si fueran monos levantaban el oro, como que se sentaban en ademán de gusto, como que se les renovaba y se les iluminaba el corazón. Como que cierto es que eso anhelan con gran sed. Se les ensancha el cuerpo por eso, tienen hambre furiosa de eso. Como unos puercos hambrientos ansían el oro", dice el texto náhuatl preservado en el Códice Florentino. Más adelante cuando Cortés llega a Tenochtitlán, la espléndida capital azteca, los españoles entran en la casa del tesoro "y luego hicieron una gran bola de oro, y dieron fuego, encendieron, prendieron llama a todo lo que restaba, por valioso que fuera: Con lo cual todo ardió. Y en cuanto al oro, los españoles lo redujeron a barras...”
 

Hubo guerra, y finalmente Cortés, que había perdido Tenochtitlán, la reconquistó en 1521. "Y ya no teníamos escudos, ya no teníamos macanas, y nada teníamos que comer y nada comimos". La ciudad, devastada, incendiada y cubierta de cadáveres, cayó. "Y toda la noche llovió sobre nosotros ". La horca y el tormento no fueron suficientes: Los tesoros arrebatados no colmaban nunca las exigencias de la imaginación, y durante largos años excavaron los españoles al fondo del lago de México en busca del oro y los objetos preciosos presuntamente escondidos por los indios.
 

Pedro de Alvarado y sus hombres se abatieron sobre Guatemala y "eran tantos los indios que mataron, que se hizo un río de sangre, que viene a ser el Olimtepeque y también "el día se volvió colorado por la mucha sangre que hubo aquél día antes de la batalla decisiva, y vístose los indios atormentados, les dijeron a los españoles que no les atormentaran más, que allí les tenían mucho oro.. plata, diamantes y esmeraldas que les tenían los capitanes Nehaib lxquín, Nehaíb hecho águila y león. Y luego se dieron a los españoles y se quedaron con ellos..."
 

Antes de que Francisco de Pizarro degollara al Inca Atahualpa, "le arrancó un rescate de andas de oro y plata que pesaban más de veinte mil marcos de plata, fina, un millón y trescientos veintiséis mil escudos de oro finísimo... ". Después se lanzó sobre el Cuzco. Sus soldados creían que estaban entrando en la Ciudad de los Césares, tan deslumbrante era la capital del imperio incaico, pero no demoraron en salir de su estupor y comenzaron a saquear el templo del sol: "forcejeando, luchando entre ellos, cada cual procurando llevarse del tesoro la parte del león, los soldados con cota de malla, pisoteaban joyas e imágenes, golpeaban los utensilios de oro o les daban martillazos para reducirlos a un formato más fácil y manuable... Arrojaban al crisol para convertir el metal en barras, todo el tesoro del templo: las placas que habían cubierto los muros, los asombrosos árboles forjados, pájaros y otros objetos del jardín"
 

Hoy día, en el zócalo, la inmensa plaza desnuda del centro de la capital de México, la catedral católica se alza sobre las ruinas del templo más importante de Tenochtitlán, y el palacio de gobierno está emplazado sobre la residencia de Cuauhtémoc, el jefe azteca ahorcado por Cortés. Tenochtitlán fue arrasada. El Cuzco corrió, en el Perú, suerte semejante, pero los conquistadores no pudieron abatir del todo sus muros gigantescos y hoy puede verse, al pie de los edificios coloniales, el testimonio de piedra de la colosal arquitectura incaica.
 


*Escritor
De “Las Venas Abiertas de América Latina”
La manos de mi madre

parecen pájaros en el aire
historias de cocina
entre sus alas heridas
de hambre.

Las manos de mi madre
saben qué ocurre
por las mañanas
cuando amasa la vida
horno de barro
pan de esperanza.

Las manos de mi madre
llegan al patio desde temprano
todo se vuelve fiesta
cuando ellas vuelan
junto a otros pájaros
junto a los pájaros
que aman la vida
y la construyen con el trabajo
arde la leña, harina y barro
lo cotidiano
Se vuelve mágico.

Las manos de mi madre
me representan un cielo abierto
y un recuerdo añorado
trapos calientes en los inviernos

Ellas se brindan cálidas
nobles, sinceras, limpias de todo
¿cómo serán las manos
del que las mueve gracias al odio?
.
Peteco Carabajal
La puja

 
Meses movidos venimos viviendo, aun con aislados conatos de indisciplina uniformada (fruto de negocios jurídicos que descalabraron escalas salariales de gendarmes y prefectos), a partir de que el próximo 7 de diciembre la Ley de Medios Audiovisuales, sancionada hace ya tres años, debe ser aplicada.
Pujan, sobre todo,el interés particular del grupo monopólico Clarín, que no acepta su parcial retiro de sus más de 300 licencias del mercado y atenerse a la Ley, y los intereses generales sostenidos por el Estado, expresión, a su vez, en trazo grueso, de dos modelos de país.
El contexto, es el mundo globalizado con su nueva crisis cíclica recurrente en lo financiero, afectando a los pueblos de países centrales (España y Grecia, en primer término) y donde la región latinoamericana intenta unirse para evitar que tal debàcle la afecte. En ello, la desmonopolización de los medios juega un rol clave.
Aún con las fugas y falencias del modelo heterodoxo de economía de mercado con participación del Estado, producción nacional de alto valor agregado, desarrollo del mercado interno, reparto progresivo de la riqueza, inversión en tecnología e infraestructura, intervención en el mercado de cambios para evitar la fuga de capitales y educación para todos, se le opone la inorgánica expresión cacerolera de sectores de capas medias, con fuerte apoyo mediático hegemónico, que expresan en su queja lo que sienten como falta de libertad, seguridad y exceso de Estado, aunque, económicamente, vienen siendo beneficiadas.
Los que enfatizan lo alcanzado en estos 9 años destacan los casi tres millones de nuevos jubilados, los cuatro millones de niños que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH), los millones que han conseguido trabajo, los mil científicos regresados al país, los cientos de miles que han vuelto a la escuela, y la política en Derechos Humanos y derechos civiles para mayorías y minorías diversas.  R.S.
El 17 de octubre

El 17 de octubre de 1945 irrumpe en la historia política argentina el protagonismo en las calles de nuevos actores sociales. La clase trabajadora y los sectores populares devenidos de la migración de las provincias al Puerto en busca de trabajo en años anteriores,  salen a rescatar al no tan conocido aún coronel Perón encarcelado, y sin saberlo, marcan así un hito que divide en dos la historia de nuestro país.

Las ideas que iba madurando y llevando a la práctica el entonces carismático oficial desde el Departamento Nacional del Trabajo, luego Secretaría de Trabajo y Previsión, del gobierno de la Revolución de 1943, en favor de los sectores obreros, la acción de sectores cada vez más amplios del sindicalismo argentino alineados con el militar, el empuje organizativo del coronel Mercante y de Eva Duarte, y, sobre todo, la fuerza espontánea de las masas  populares ya ganadas por el proyecto reivindicativo y social, hicieron eclosión ese día, adelantándose inclusive al paro decidido por la CGT para el día 18.

La presencia multitudinaria de los entusiastas, marchando a pie desde sus lugares de vivienda y trabajo del conurbano con la firme decisión de rescatar a Perón, inhibieron la resuelta acción oligárquica sobre sectores del Ejército, marcando el nacimiento de otra Argentina, donde el militar populista comienza a  erigirse como el nuevo líder, a la sazón de su trayectoria previa y sus claros objetivos políticos de redención social en forma organizada de los sectores postergados por décadas.

Las dogmáticas dirigencias políticas y sindicales, aferradas a esquemas simplistas al calor del conflicto de la Segunda Guerra, que consideraban a Perón de nazi por su paso por el GOU,  terminan siendo aliadas de los sectores más conservadores del momento encabezados por el embajador yanqui en la Argentina, Spruille Braden. Esto define el resultado de las posteriores elecciones de febrero de 1946 confirmando que los sectores populares, mayoritariamente, les habían dado la espalda.

Ese día, el diálogo establecido entre Perón y sus “descamisados” se consolida cuando, ya caída la tarde del 17, se define el cambio de correlación de fuerzas políticas en detrimento de los militares golpistas que ceden ante la presencia masiva y a viva voz de los cientos de miles de manifestantes que llenan la Plaza de Mayo y no se van, reclamando por la libertad y la presencia del coronel.
Perón es traído desde el Hospital Militar Central a la Casa de Gobierno y sale al balcón de la Rosada llegada la noche para hablarle a su pueblo.

Concluye así, provisoriamente, el intento oligárquico de desplazar el proyecto popular, que aun hoy sigue siendo clave para comprender la historia de la Argentina de los últimos 60 años, en sus múltiples y hasta contradictorias variantes.  R.S.
La conjura de los libreros

*Por Roberto Di Vita

CAPÍTULO 33

(Resistencia de los  libreros ante
las multinacionales del libro.)

Resumen: El viejo José librero de alma, con la ayuda de Pablo y Silvina y otros amigos luchan contra las multinacionales del negociado editorial, sufrirán represalias y atentados por esto.

Luego de la misión encomendada, Pablo y Silvina se apuraron a contarle al viejo José lo que habían descubierto en las oficinas “Folino-Sket y Cía”.

No habían descubierto nada, quizás allí estaba la importancia de este descubrimiento. La oficina en cuestión, de tan importante emprendimiento editorial multinacional, sólo contaba con una computadora, una simple computadora.

La cuestión era poder llegar al corazón de esa computadora y averiguar sus secretos. Se pusieron de acuerdo con el viejo y éste reunió a sus amigos libreros de alma. Pablo llamó a Ogiser y al gigante David, dos genios en informática.

Silvina por nada del mundo se iba a quedar fuera de esta aventura. Rosana prestaría ayuda en los primeros auxilios. Luego, el viejo José con su estado mayor de libreros y el directorio de periodistas alternativos. La vanguardia de poetas y escritores y un grupo de gente de acción discutieron el plan de operaciones a seguir.

Se reunieron toda una noche en la librería de Carlos, para alejar sospechas y de esta noctámbula reunión. Entre mates, cafés, tés, gaseosas, vinos, tabaco y ron, se confeccionó el plan revolucionario de operaciones.

Con apoyo de la librería de Nelson, para no despertar ninguna filtración decidieron salir una noche. Simultáneamente el viejo José recibió una carta de Beatrice (ahora  firmada con ese nombre) que lo puso eufórico y melancólico a la vez......(Continuará).

Derechos Reservados.


*Escritor
El pan es un amanecer
dorado y crocante 


*Por Marta Rodríguez

Así había sido a través de los tiempos. El cuenco de madera, amplio, con sus bordes curvados apenas insinuados, volvía a cambiar de manos. Su madre se lo entregaba.
Ella, la mayor de las hijas, recién desposada, partía a su nuevo hogar. El ritual, sencillo y ancestral, iniciaba un nuevo ciclo.
Un pañuelo blanco cubrió los cabellos. El delantal rodeó la cintura. El fermento borboteaba. El agua salada, tibia, aguardaba impaciente. No los hizo esperar. El albor observó al amasijo, arropado junto a la hornalla. El horno de barro, sabía que llegaba la hora de obrar la magia.
Cuando su hombre partió a la labranza, el pan, dorado y crocante, ocupaba su espacio en el morral.

Receta
Pan de Campo

Esponja de Levadura: 50 grs. de levadura / ½  taza de agua tibia / 1 cucharadita de azúcar / 1 cucharada panzona harina

Masa: 2  tazas leche caliente / 100 grs. de manteca, margarina o grasa / 4  tazas harina / 1 ½  cucharada sal

Preparación: En un bol colocar la leche caliente, incorporar la manteca (margarina o grasa) y mezclar hasta que se derrita. Añadir el fermento.   Con las manos mezclar mientras incorpora la harina tamizado con la sal. Volcar en la mesa y armar el bollo. Amasar hasta que se note suave y esponjoso. Dejar levar bien tapado.  Cortar porciones de masa; estirarlas en forma de rectángulos y arrollar.   Hacerle cortes oblicuos y paralelos. Dejar levar nuevamente y llevar a horno bien caliente. Los rectángulos se pueden salpicar con aceitunas, cebollas picadas y rehogadas, orégano, queso rallado, etc.
Nota: poner un recipiente con agua en la base del horno. Ayuda a la excelencia de la cocción.

*Maestra cocinera y cuentista
01/10/2007
El medio pelo
en la calle


Por Horacio González


Hay un mercado de imágenes y una ideología que pertenece al mercado de imágenes. Podemos darles nombre: inseguridad urbana, inflación económica y corrupción política. ¿Es que no existen estas cuestiones? Por supuesto que existen. Tienen su grado empírico y efectivo de existencia en todos los grandes tráficos entre economía pública, vida urbana, instituciones públicas y privadas. Son características de toda vida metropolitana no sólo moderna –de las megalópolis contemporáneas–, sino de las que ya retrataban los grandes tratadistas políticos del siglo XVI, la Florencia de Maquiavelo, por ejemplo.
¿Cuál es la diferencia entre la existencia real de estas dimensiones oscuras de la vida social –siempre hay ilegalidades diversas, las ilegalidades son un percutor de la reproducción del capitalismo– y lo que aquí llamamos el mercado de las imágenes? La diferencia es que todos esos temas reales que las democracias progresistas deben resolver con políticas renovadas, cuando ingresan al mercado de las imágenes se convierten en cuestiones autobiográficas, en efigies e iconografías de un sistema de ideas.
La conocida propensión de los grandes medios del todo el mundo es haber logrado, gracias a tecnologías expositivas que antes fueron patrimonio de las vanguardias, que un caso o varios casos, incluso numerosos casos de cada uno de estos nuevos flagelos aparezcan como arquetipos de una genérica institución política, considerada como un nuevo Leviatán. Siempre se pensó que un puñado de casos eran un tema estadístico. En el mercado de imágenes, todo ello tiene rango ideológico y furtivo.
Serían ciertos Estados que por cualquier razón, especialmente si hay políticas de cuño popularista o de énfasis social de por medio, los contemplados por una razón potencial que los cuestiona señalando elementos que afectan al existir profundo, todo lo que responde al orden de la securitas, la inflatio y la corruptio. Sí, dicho en latín, porque estas nociones ya están en los autores más antiguos. Sólo que ahora, presentadas como tejidos mentales, urdimbres subyacentes del alma colectiva e interpelaciones a la condición ciudadana, han rehecho en todo el mundo la noción misma de clase media con disponibilidad para las grandes maniobras morales.
Es correcto el nombre si se las quiere ver como un mundo difuso, cuya armazón interna son esos arquetipos que a menudo son invisibles, pero que apuntan a la definición existencial del hombre medio, no el homo cualunque ni el medio pelo, sino el que se define por sus condiciones exteriores de vida segura, mundo social límpido y carencia de reflexión sobre las biografías profesionales. La clase media es la más creyente en su autodeterminación –suele salir a las calles con la bandera de la libertad– y es también la más teledirigida en sus prácticas políticas. Consigue la hazaña de llamar libertad a una tautología que se mueve como giróscopo interno de sus propios temores. Así, la libertad puede ser sinónimo de su misma pérdida.
¿Hay que condenarla por eso? Sí, porque en nombre de la libertad del mercado de las imágenes, frustran la comprensión de la libertad que laboriosamente descubren las sociedades en la construcción real de sus derechos.
Tal distorsión de la idea de libertad puede ser condenada en el tribunal severo de las filosofías de la emancipación. No obstante, como también se emplea la palabra, aunque sea de modo literal, la cuestión de la libertad nos reclama atención y más aguzados análisis de movilizaciones como la ocurrida el jueves 13 de setiembre en las grandes capitales del país.
No es necesario pasar nuevamente por la trilla de tópicos no desdeñables, pero que son los más visibles, vituperables y aprehensibles de lo que ya se ha dicho una y otra vez. No trivialicemos la cuestión, aunque sea necesario decir que hay en esos sectores movilizados resurrectos catafalcos de ultraderecha, póstumos gozadores de los bombardeos del ’55, señoras que acaban de salir del shopping con la bolsita de compras que se suman sin ningún distanciamiento gramatical al carrusel rimbombante de los juglares caceroleantes, el personal estable de la 125, el hombre o mujer popular que hizo entrar desdichadamente en su ácido anecdotario conversacional las palabras “populismo”, “negros de porquería” o “cepo cambiario”. No obstante, no parece adecuado desdeñar lo ocurrido ni a través de cómputos ceñidos de manifestantes ni por medio de comparaciones con capítulos ancestrales o más recientes de la vida nacional.
Lo que ocurrió, ocurrió de sorpresa aunque con un clima preexistente –perfectamente intuible– y en perfecta retroalimentación circular con la malla intensa de enunciados que sale de la conocida aparatología comunicacional.
Todo ello merece una reflexión profunda que es el cuño último de la vida política, pues en ella, nada en verdad redunda, sino que todos son hechos nuevos. Cierto que éstos tienen molduras, playas naturales de estacionamiento, sumas y picos estadísticos que el buen analista recopila. Pero no es posible dejar de comprender, y hay que hacerlo sin lamentar, sin lanzar invectivas y sobre todo sin creer que el mundo ya está interpretado.
Jauretche escribió El Mediopelo preocupado por el hecho de este gran sector de la población no se animara a recorrer caminos comunes con los sectores que asumen con mayor decisión un ánimo popularista, le falte o no mayor precisión en sus proclamas y mensuras.
No escribió ese mentado libro Jauretche para condenar a un gran manchón social y simbólico, sino para estudiar –como lo hicieron y lo hacen sociólogos académicos de todo tipo de orientación– a un sector ambiguo –que hace de esta noción su fuerza– tanto en sus formas de circulación económica como de consagración de prestigios, consumos culturales, formas de certificación honorífica y simbologías que sitúan el ser en el mundo.
Los libros de Jauretche son contemporáneos de las obras de Vance Packard sobre la publicidad y el prestigio como orden clasificatorio de las personas, también relacionados, con obvias diferencias que no vienen al caso ahora, con la obra de Pierre Bourdieu sobre el modo en que se reproducen los símbolos distintivos en el poder de las aristocracias y mesocracias.
¿No convendría revisar ahora estas nociones antes de echar mano a lo que ya sabemos para cuestionar a estos sectores que –para decirlo rápido– presentan una gran cantidad de prejuicios sociales e incluso étnicos, como formas de conocimiento?
Siento que no hemos hecho lo necesario para abordar más resueltamente (esto es, más imaginativamente) esta crucial cuestión cultural, que posee manifestaciones nuevas y largas tradiciones que la cimentaron. No son necesarias las pedagogías quejosas, las reeducaciones soberbias ni mucho menos el abandono de la cuestión por ser un arduo acertijo político. Lo político consiste en anotar todo signo novedoso de la vida en común en un cuadernito invisible, que al fin de cuentas es la conciencia social de los representantes del pueblo. Esto que ocurrió, ocurrió. Y no se puede desdeñar su gravosa repercusión. Y ocurrió también en los planos soterrados de toda la conciencia social del país. Es un fenómeno riesgoso, con potencial desestabilizador; así se lo quiere y así se quieren. Saber de que todo esto ocurre en el Hotel del Abismo impone menos señalar a los que medran con el espectáculo –sábese quienes invisten o se invisten en ese rol– que buscar en el trasiego y legado democrático del país nuevas razones que hagan de lo ocurrido un síntoma también de reflexión para los que pisaron el pavimento –de Santa Fe y Callao, sea–, para posibilitarnos decir lo que quizá no se quiera oír, para que acaso la historia pase de creer que algunos hacen lo que deben a que se tome conciencia de que en general no saben lo que hacen. Frase dura del decir político y definición última de la conciencia. Si la decimos, es porque es necesario que crezca en nosotros una crítica más sabia sobre lo que los otros hacen. Y al poder decir que hacemos política porque siempre es bueno transitar el camino que nos permita saber que los que criticamos a “los que lo hacen pero no lo saben”, estamos pugnando para mostrar también un saber que valga la pena ser sabido.



* Director de la Biblioteca Nacional.
Miembro de Carta Abierta.


Http://treintamilrazones.com.ar/el-medio-pelo-en-la-calle/hablar
Diez primaveras


El 21 de setiembre de 2002, en medio de la crisis más profunda que haya vivido hasta ahora nuestra querida patria, nacía Guía Aldea. Un medio más, en ese momento, entre tantas de las publicaciones zonales. Lo que se propuso, ocupar un espacio periodístico zonal,
lo sigue sosteniendo diez años después.
Curiosa porfía la del tiempo y las circunstancias: la  existencia de la misma, en buena medida, lo es porque tiene vida propia. Guía Aldea sigue publicando en la línea del pensamiento crítico,  con voz comprometida y respetuosa de la diversidad democrática,
aún en sus notas más livianas, que expresan, también,
Un mundo ancho y ajeno, como supo decir el escritor Ciro Alegría.
Gracias a los que nos leen, nos avisan, colaboran, imprimen y también a los que nos critican. Gracias a todos ellos y ellas, seguimos y seguiremos estando.
 
El editor.
Bolsos
furoshiki

*Por Eugenia Argüello

Con el auge del cuidado por el medio ambiente en los últimos años se han puesto en boga prácticas de antaño para optimizar la aplicación de las tres “R” (reducir, reutilizar y reciclar).
Una de ellas es el furoshiki: una tela cuadrada de un tamaño variable con la cual se envuelven objetos para ser transportados.
 
El furoshiki nace en Japón hace unos siglos cuando la población se higienizaba en baños públicos, llevando su ropa limpia dentro de una tela y cerrándola en forma de bolsa.
Esta práctica le dio su nombre: “furo” (ducha) y “shiku” (extender) ya que ponían la tela en el suelo, donde dejaban sus pertenencias mientras se bañaban.
 
Posteriormente se extendió su uso a la envoltura de regalos, libros o alimentos y las telas comenzaron a fabricarse en distintos tamaños y con diseños de acuerdo a la ocasión. Con el avance de la cultura occidental en Japón se adoptó el uso de carteras y bolsas, dejando el furoshiki de forma progresiva hasta hace unos años cuando el Ministerio de Medio Ambiente japonés comenzó a promocionarlo como una costumbre sustentable, adaptando la técnica a objetos y necesidades del siglo XXI.
 
En la Argentina existen varios lugares donde aprender el envoltorio en furoshiki:
Centro Nikkei Argentino: http://www.centronikkei.org.ar/
Nichia Gakuin: http://www.nichiagakuin.edu.ar
Furoshiki Argentina: http://www.furoshiki.org.ar

*Lic. Ciencias Políticas

La conjura de
los libreros


*Roberto Di Vita

CAPÍTULO 32 
(Resistencia de los  libreros
ante las multinacionales
del libro.)

Resumen: El viejo José librero de alma, sigue sin tener noticias de Pablo y Silvina, sus amigos jóvenes que desaparecieron tras un atentado a su librería, atentado de los agentes del negociado de las multinacionales editorialistas.

Fueron tiempos que el poeta melancólico le llevó al viejo José, su primer libros de poemas y le recitó “No será la ausencia  de esta noche / otra cosa que la noche misma”... era el chico don Sebastián Olaso, oriundo de los pagos de San Nicolás de los Arroyos.
Unos minutos antes el Piero De Vicari, vecino de Sebastián le dejó en el aire eso de “Como un golpe de luz / en las orillas de tu frente”... y más luego apareció Mónica Scaldaferro y deslizó “romperlo todo / pero dejar algo / por si arremete / la nostalgia”. Pero antes estuvo Luis Calvo y recitó aquello de “Hemos visto noches de miradas eternas”.
 Y todos recuerdan cuando Juanita Pochet se vino a vivir un tiempo, cerca de la librería y  desde su Santiago de Cuba  recitó con vos de saudade ... “Me enamoré amigos / de los ojos de la noche”.

Y luego fue el mismo Jaime Gelfman, que le confesó a nuestro anciano que hacía ya tiempo, buscaba esa plaza oblonga de Ana y sus recuerdos y no podía encontrarla.
Fue también esa misma noche que Rodolfo Picardi, confesó que le contaron “Que el agua de Hiroshima lastima como el fuego” y Silvina se puso a llorar.
Gustavo se escapaba para recitar a pedido de Tadevi,  “Para amar / el marte / de tus ojos”... y  “Mis huesos serán polvo de amor, más polvo enamorado”... retrucaba desde una fotografía colgada en la pared, el irreverente don Francisco de Villegas y Quevedo, guiñándole un ojo a Silvina y dicen que Pablo se ponía en guardia celoso del sonetista, para que no le arrebatara a su novia.
Y como en sueños, Tadevi llegó a opinar en sus tazas de café , “que le falta un azul / de  cielo robado”...(Continuará).
 

Derechos Reservados.
 

*Escritor
Tallarines “de yema
bien amarilla”

*Por Marta Rodríguez

Colocó en un bols los huevos. Eran milagrosamente de yema bien amarilla. Sonrió, le gustaba jugar con los colores.
A un costado esperaba la harina, blanca, bien aireada, a la que había agregado un poquito de sal. Con la mano comenzó a bailotear sobre las yemas, mientras, poco a poco, incorporaba la harina.
El bailoteo se transformó en movimientos envolventes, que dieron paso a un bollo hermoso, elástico, hacedor de milagros.
Pensó en la salsa, bien sencilla, se dijo, ajo y tomates.
Unos minutos de descanso eran buenos para las dos. Cebó un mate, encendió la radio, se oyó cantar: “Ojalá que llueva café en el campo...” Ojalá se dijo, ojalá.
Dividió el bollo en tres. Los estiró fino, pero no tanto, los espolvoreó con abundante harina, los arrolló. Con cuchillo bien afilado los fue cortando.
Había llegado el momento esperado. Con sus dedos, llevando las manos con las palmas hacia arriba, las levantaba, las despegaba, las dejaba caer, sensuales, voluptuosas. Repetía el rito una y otra vez. Estaba feliz.

Receta

1 huevo por persona
Sal: un poquito.
Harina: cantidad necesaria.
Ganas: muchas.





 
*Maestra cocinera y cuentista
20/08/2002
Cincuenta años
del “Riva”

El pasado 14 de setiembre, alumnos, ex alumnos, directivos, docentes, ex docentes, autoridades municipales, militares, políticas, Abuelas y Madres Plaza de Mayo (Línea Fundadora) y Familiares de Ex Detenidos Desaparecidos se dieron cita en Salón de Actos de la Escuela de Enseñanza Nº2, “Bernardino Rivadavia”, sita en Ciudad Jardín, partido de Tres de Febrero, homenajearon las Bodas de Oro de la misma.
 

Tras entonar las estrofas del Himno Nacional, entre anécdotas de ex alumnos, como las del periodista y veterano de Malvinas, Edgardo Esteban, música a cargo de la Banda Sinfónica del municipio, entrega de reconocimientos a ex docentes y descendientes de los pioneros, así como plaquetas conmemorativas, la emoción inundó el acto. Reconocimiento, al fin, de las 45 promociones de egresados que hasta hoy pasaron por las aulas del “Riva”.
 

Asimismo, el 31 de agosto anterior, el aniversario se completó con la puesta de una cerámica en el patio de la Escuela en memoria de los alumnos víctimas del terrorismo de Estado: VERÓNICA FREIER, ROSA GRACIELA KAZGUDENIAN, ROCÍO ANGELA MARTINEZ, ADRIANA MOSSO NORBERTO ROLANDO FERREYRA, MARIO ALBERTO LEMOS y JORGE AGUSTÍN PALACIOS, mostrando nuevamente que el pasado nefasto sólo se supera con Memoria, Verdad y Justicia.
 

“¡¡Por otros muchos 50 años más y por la escuela pública!!”, como dijo el jefe de preceptores en el acto, Guía Aldea brinda por esta escuela destacada del distrito y por la escuela pública.


Porfiados pioneros

Corría el año 1962 y un grupo de porfiados  con espíritu pionero, ante la falta de escuelas secundarias de la zona de Ciudad Jardín, Palomar, Coronado y aledaños, se pusieron a trabajar para lograrla.
Sus iniciadores, algunos integrantes de la Cooperadora de la Escuela Primaria Nº 28, como Enrique Rochaix,  Francisco Cabo y Julián Gomez, entre otros, restaron por meses horas de sueño con sus familias para obtener el 12/9/62 la Resolución Ministerial Nº 02987 que permitía  iniciar las actividades educativas.
Así fue que, con trabajo, discusiones, esfuerzo, solidaridad de vecinos, comerciantes,  instituciones de la zona y hasta cierta picardía, al año siguiente se iniciaba el primer ciclo lectivo de la Escuela Media Nº2, Bernardino Rivadavia, con 4 aulas construidas, baños y una oficina.
Un abrazo vale más
que mil horas de chat


*Por Ariel Torres


Subo al auto, lo pongo en marcha, el estéreo se enciende y el smartphone se pone en red con la radio mediante Bluetooth; empieza a sonar el mismo disco que cinco minutos antes estaba oyendo en el diario. Digo oyendo porque, en la Redacción, mi atención flota entre al menos cuatro mensajeros (Skype, Messenger, Google Talk y el Office Communicator), dos superpobladas cuentas de mail, varias decenas de pestañas de Firefox y mi querido Twitter. Esto, además del trabajo, desde luego.

Llegado al barrio, antes incluso de que el auto entre al garaje, el smartphone se pone en red con el Wi-Fi de la casa. Me doy cuenta porque caen varios mails en cascada y más mensajes de Whatsapp. Home wireless home .

Mientras desensillo, el teléfono descarga unas 10 actualizaciones para las aplicaciones instaladas. Obvio, llega más correo. Y el aparatito me avisa de que a varias personas les gustó una foto que tomé al llegar a casa y que subí a mi cuenta de Instagram (instantorres).

Antes de la comida, y tras despachar algo de asesoría sobre compra de ultrabooks y cámaras y resolver un problema con la PC de un amigo, he conseguido, ignoro cómo, aplacar la fiebre comunicativa. Pero la tele está demasiado aburrida, así que aprieto un botón en el control remoto y las 42 pulgadas de la pantalla se llenan con Twitter. Mucho mejor.

Así que no sería justo, me atrevo a decir que resultaría hilarante acusarme de ludita, de enemigo de la tecnología. Todo lo contrario. Pero no alcanza.

Lejos es lejos esta noche

He oído y hasta intervenido, vanamente, en mil debates acerca de si la tecnología ayuda a acortar las distancias cuando tus seres queridos están en el extranjero.

La respuesta es que sí, cómo no. El chat y la videoconferencia hacen que las separaciones sean más llevaderas. Súmele el mail. Whatsapp y Nimbuzz. Los SMS. Facebook, Google Plus, Twitter. Foursquare. Caramba, comparado con lo que vivió mi abuelo Manuel cuando emigró de su Galicia natal a la incomprensible Buenos Aires, es el paraíso. Un siglo atrás ni teléfono había.

Es cierto. Pero una separación sigue siendo una separación, por mucha electrónica que pongamos en medio. Porque no somos avatares evanescentes. Porque el cuerpo es el lenguaje del alma. Porque es desesperante, de ninguna manera un alivio, que la persona que amás se vaya volviendo cada día un poco más bidimensional en la pantalla.

Está bien chatear, es una enorme ayuda, no me quejo, pero no es suficiente. Porque las máquinas sólo pueden mostrar una proyección que se parece a la de la memoria, y el único amor que se recuerda es el amor perdido.

Hasta la antigua llamada de voz es preferible, mire. Porque las imágenes no tienen peso, porque el espacio sigue vacío, porque es abrumador que alguien esté ahí y al mismo tiempo no esté. Porque desde Tántalo para acá no hay nada más inalcanzable que aquello que sólo se puede observar.

Cuando la separación traspasa el aceptable límite del par de semanas, el cuerpo abandona el silencio y dice: "Necesito un abrazo". No lo dice. Lo brama.

Esa necesidad no se cura con nada. Excepto con un abrazo. No es hablar. No es verse. El abrazo es la instancia más profunda de la presencia humana, la más ciega, la más salvaje y última, la que trasciende incluso los instintos, y cuyo lenguaje es el único que el alma comprende.

Nuestras mentes (y hasta el cambiante corazón) intercambian palabras. Esculpen gestos, diseñan miradas. Está muy bien. Pero las almas hablan por medio del abrazo, ése es su discurso. No hay emoticón que valga. No hay chat que te devuelva esa experiencia que está más allá de toda posible elocución. Que es inefable. Y es inefable porque, tal vez, arrastra consigo algo del misterioso abrazo de nueve meses del que provenimos.

El abrazo es pura anagnórisis, es decir, reconocimiento. Y es infalible. Los desafío. Es imposible equivocarse. La vista se engaña, los perfumes faltan a la verdad, pero los abrazos son certeros. Siempre.

Créame, no habrá 3D que valga. No habrá holograma suficiente. Quizá llegue el día en que podamos conectarnos a una suerte de Matrix que nos permita reunirnos con nuestros seres queridos en un abrazo virtual sin que la conciencia note diferencia alguna. Pero el alma la notará...
 
*Periodista especializado
en tecnología



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