martes, 13 de octubre de 2009

LA ALDEA TAPA
Drume negrita
Mercedes Sosa
Semblanza
Por Roberto Romeo Di Vita


La voz de América

camino de los cielos y la tierra,

se va por los ríos y los aires.


Mercedes Sosa de argentino aliento,

pero pura, en su pureza de nativo acento.



Mercedes Sosa,

tu voz fue sonora caja palpitante,

de los oprimidos, los humildes y el exilio.

Toda tuya en los ecos que no se han ido.


De la canción, la marcha, el beso,

De la protesta, el amor, el rezo.


Ancestral del indio y del paisano,

del llanero altivo y de todo ciudadano.


Sos América, Mercedes tucumana

y universal en tu partida.



Serás de América y de todos.

Llevarás por dentro, humana piel y distintivo

el sonoro cristal de un arte eterno.

En la justa solidaria, el trabajo

y el pan fraterno.

*Poeta de San Martín.
LA ALDEA COLECCIONABLE
Historia Nuestra
La guerrilla en la Argentina de los 70 (II)
Radicalización de la izquierda peronista. Montoneros

Durante los 18 años de proscripción del peronismo y dentro del marco de movilización social y debate intelectual generado durante la década de 1960, comenzaron a diferenciarse dentro del movimiento peronista distintos grupos que se autodenominaron, como la Tendencia Revolucionaria y que conformaron el ala izquierda del movimiento, entre ellos, Montoneros.
Montoneros estuvo conformado por jóvenes de clases medias y altas, católicos seguidores del padre Carlos Mugica, que integraban el “Comando Camilo Torres” y cuyo órgano de prensa aglutinante fue la revista “Cristianismo y Revolución”, dirigida por Juan García Elorrio.
Confluyeron además en la formación de la agrupación jóvenes militantes de la Juventud Estudiantil Católica, del MNRT (Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara) y del TRP o Tendencia Revolucionaria del Peronismo fundada por el mayor Bernardo Alberte, ex delegado de Perón en la Argentina durante 1968.
En sus comienzos, se autodefinieron como una vanguardia armada nacionalista, católica y peronista, con consignas tales como ”Perón o muerte”. Sus objetivos iniciales fueron desestabilizar los gobiernos de facto de turno y el retorno del general Perón y su estrategia construir un movimiento armado peronista para “la toma del poder y el desarrollo del socialismo nacional”.
La organización Montoneros fue fundada por Fernando Abal Medina, Norma Arrostito, Mario Eduardo Firmenich, José Sabino Navarro, Carlos Capuano Martínez, Emilio Maza, Carlos Gustavo Ramus y otros.
En octubre de 1973 Montoneros se fusionó con las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), una organización armada peronista de características similares, pero con bases ideológicas más definidas hacia el marxismo y que le aportó importantes dirigentes como Rodolfo Galimberti, Roberto Cirilo Perdía, Roberto Quieto y Fernando Vaca Narvaja, entre otros.
El 29 de mayo de 1970, primer aniversario del Cordobazo, Montoneros hizo su presentación en sociedad con el secuestro, posterior enjuiciamiento en cautiverio y ejecución del general Pedro Eugenio Aramburu, a quien acusaban de haber fusilado a 27 civiles y militares peronistas en los basurales de José León Súarez y por haber expatriado los restos de Eva Duarte de Perón
Si bien durante los primeros años recibieron el apoyo del general Perón, sus acciones fueron provocando el rechazo del líder, de los sectores sindicales y del peronismo más ortodoxo, con el que tuvieron sangrientos enfrentamientos. Esto fue llevándolos a un gradual aislamiento y al alejamiento de las estructuras orgánicas del movimiento peronista.
Hasta 1972, su método de lucha se basó al igual que otras organizaciones armadas, en el desarrollo de una guerrilla urbana, enmarcada en una estrategia de guerra popular. Creían que sus militantes debían estar presentes en el proceso de lucha que se daba entre la masa del pueblo.
A partir de 1973, Montoneros organizó agrupaciones específicas para el trabajo político en cada frente de masas: Juventud Peronista (JP) en el trabajo barrial; la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en los colegios; la Juventud Universitaria Peronista (JUP) en las universidades; así como el Movimiento Villero Peronista, y en los sindicatos la Juventud Trabajadora Peronista (JTP).
El 1ro. de mayo de 1974 el presidente Juan Perón, en medio de una plaza colmada de manifestantes, los denigró públicamente llamándolos “estúpidos” e “imberbes”. Esto los llevó a decidir el pase a la clandestinidad. Desde allí realizaron numerosas operaciones armadas, audaces atentados civiles y secuestros.
A partir de 1975 comenzaron un mayor acercamiento al PRT-ERP, la otra organización más importante de la época, para la constitución de la Organización para la Liberación de la Argentina (OLA), que quedó trunca por el golpe militar de marzo de 1976.

Prof. Isabel Rodríguez
LA ALDEA DE LA OBSERVACIÓN
Los encuentros

En el intento de completar una trilogía iniciada en esta revista hace dos números con las notas sobre los reencuentros y los desencuentros, ahora veremos el tema de los encuentros. Desde los que refieren a la amistad, la vecindad y amorosos.
El diccionario define “encontrar” como el “acto de coincidir en un punto dos o más cosas”. Otra definición dice que es un verbo transitivo / pronominal y que significa que es, por un lado, “Topar una persona con otra o con alguna cosa que busca”, y por otro lado, “dar con una persona o cosa sin buscarla”. Así como también “encontrado” es algo o alguien, como adjetivo que significa, por un lado, “puesto enfrente”, y en otra acepción, “opuesto, antitético”.
Difícil es explicar el porqué de un encuentro entre dos o más personas. Identificaciones, afinidades, “piel”, historias o puntos comunes en las historias personales, razones de índole ideológica, formas de sentir, edades, intereses, coincidencias, muchas son las razones para que éste se dé.
Pero, ¿qué es un encuentro? Muchos hablan no sólo de un encuentro con otro y con los otros, si no, a la par, en un encuentro con uno mismo. Desde la perspectiva más psicológica y social, el encuentro con uno mismo deviene del previo encuentro con un otro y muchos otros.
Tal vez, estos otros en el encuentro con uno mismo refiera más con un estadío más espiritual, puede ser el caso de los creyentes o practicantes de alguna forma de espiritualidad.
Mientras otros refieren esta circunstancia como ese lugar “para mí”, que puede relacionarse con los momentos de ocio y placer de reunión con quienes en afinidad buscan o comparten algo parecido.
El encuentro en el amor, puede referir al flechazo con un otro, el enamoramiento, o luego, la construcción duradera, relativamente, de un vínculo de a par, con la posibilidad de desarrollar un proyecto.
“Sólo encontraras lo que buscas, cuando ceses de buscar”, dice un dicho del budismo zen, no fácilmente accesible a nuestras urgencias occidentales. Sin embargo, algo de esto es cierto: la búsqueda afanosa de un encuentro para cubrir soledades, por ejemplo, pareciera retrasar el mismo. El otro percibe la “persecución” y se retira ante el incontenible avance.
Veamos lo de las diferencias con los otros. Encontrarse supone a veces la fantasía, necesaria, de ponerle al otro cosas de nuestro deseo, fantasías o idealizaciones. Dijimos algo de esto en la nota sobre los reencuentros. Pero el otro, siempre, es un otro diferente, no es como nosotros. Probablemente no piensa, no siente de la misma manera, y probablemente no comulga con algunas de nuestras creencias, quizá ni las tiene.
Pero, así y todo, las personas se encuentran, comparten, si no todo, buena parte de sus sentires, emociones, producen cosas juntos, se divierten, con todas las dificultades y obstáculos que esto presenta.
Y veamos lo del tiempo. En la amistad por ejemplo, y aquí siempre hay que tener en cuenta la historia vivida o construida en ciertas etapas, o desde siempre. Uno ha tenido amigos en la niñez, en la adolescencia, en la juventud y en la madurez. Algunos de estos vínculos se sostienen a lo largo de la vida, otros aparecen y se diluyen por otros caminos, algunos regresan, y uno también puede regresar, a veces.
En la amistad el tiempo resulta más relativo quizá que en el vínculo familiar o de pareja, que requiere de una presencia más constante, aún a la distancia.
La amistad supone menos obligaciones de esa clase, aunque la lealtad, la sinceridad y cierta disponibilidad, hacen honor a la misma. Algo así como que si a la planta, uno nunca la riega, es muy probable que un día se seque.
Ni bueno ni malo, quizá ése era el destino de ese vínculo, donde quizá ya ninguna de las dos partes viven esa “magia” que fue la relación.
Entonces, uno puede preguntarse si las amistades se pierden: algunas sí, así como otras, que surgieron desde algún encuentro, aunque el tiempo pase, están ahí, como latentes, siempre prestas a emerger y ser retomadas. O, si el tiempo diluyó el vínculo esto sea quizá porque no hubo realmente al fin una amistad a partir de algún encuentro. Tal vez hubo compañerismo, vecindad, alianza momentánea, que se incluyen en lo amistoso, pero que no determinan la viceversa, porque falta ese “algo más”.
También no podemos olvidar los encuentros para siempre, donde la amistad resulta mucho más dedicada y exclusiva. Esos “amigos del alma”, que quizá son contados con los dedos de una mano y que aparecieron en alguna situación muy especial de nuestras vidas, y que en épocas tan individualistas como ésta pocos tienen el raro privilegio de tener.
Reencuentros, desencuentros, encuentros, situaciones todas que pasamos los humanos como una tríada que hace más amigable, si vale el término, lo cotidiano de cada día.

Roberto Sánchez
Psicólogo social
LA ALDEA IMPOSITIVA
Novedades de la AFIP
Fuertes controles a monotributistas
Por Carla Baiardi Moreno*

Desde el pasado 1ero. de septiembre del corriente año se encuentra en vigencia el nuevo régimen de retención del Impuesto al Valor Agregado y del Impuesto a las Ganancias, creado por la AFIP mediante la Resolución 2616/09.
Este nuevo régimen se aplicará a los pagos que se efectúen a los contribuyentes excluidos del régimen simplificado (monotributo). Para ello, hay que sumar lo abonado en los últimos 12 meses incluido el del pago y verificar que no se superen los límites permitidos para permanecer dentro del monotributo.
De esta manera la AFIP delega la tarea de control a las empresas, en las cuales se va a generar un incremento de las tareas administrativas.
El presente régimen tiene como fin poder identificar a los monotributistas excedidos en los límites de encuadre, los que en realidad deberían estar inscriptos en el Régimen General.
La nueva tarea que debe realizar la empresa consiste en controlar en el momento de realizar cada pago el estado de la cuenta corriente anual del proveedor para ver si los contribuyentes adheridos al monotributo superaron los parámetros de ingresos vigentes: $72.000.- para los servicios y $144.000.- para las otras actividades.
Además, en las operaciones de venta tiene que chequearse que el importe unitario que se está abonando no supere el importe de $870.- (fuera de monotributo).
El no cumplimiento de esta nueva tarea traerá aparejadas las siguientes sanciones:
Para las empresas multas que van del 50% al 100% del importe no retenido, y las sanciones previstas en la ley penal tributaria.
Para los monotributistas excedidos el riesgo es que la AFIP les exija el pago de los impuestos que adeudan por el Régimen General. (IVA, Ganancias y Autónomos).
Las retenciones se calcularán, en los pagos totales o parciales, de la siguiente manera:
*Impuesto a las Ganancias: sobre el pago se retendrá el 35%.
*Impuesto al Valor Agregado: sobre el importe de la operación la alícuota será del 21%.
Una vez retenidos los importes, los agentes de retención tienen que ingresarlos quincenalmente a través del aplicativo denominado “SICORE”, teniendo que inscribirse para ello formalmente ante la AFIP.

Re-Empadronamiento
Controladores Fiscales

Con la creación de RG 2676, la AFIP establece un reempadronamiento obligatorio de los Controladores Fiscales habilitados, cuyo vencimiento opera el 16/10/2009.
Los contribuyentes que no cumplan con el reempadronamiento tendrán como sanción la inhabilitación de los equipos instalados, a partir del 17/10/2009.
Ademas, el procedimiento para la habilitación de controladores fiscales y para la modificación de datos se sistematizó, eliminándose la utilización del Formulario N° 445/E.

*Contadora. Estudio Baiardi-Moreno
15-3195-4321
LA ALDEA DE LAS PERSONAS Y LOS PERSONAJES
Valeria Vogt, vocación,
pasión, trabajo y porfía

Los ojos verdes de Valeria Vogt alumbran el bar donde este cronista se encuentra para hacer la nota, una lluviosa y fría mañana de esta primavera, al otro día de su inicio.
Actriz y profesora de Historia, en ese orden, nos dice: “vengo de una familia de trabajadores, mi mamá, a partir de mi deseo de ser actriz, me aconsejó primero tener una profesión para sostenerme. Y así hice, no sin cierta melancolía, para luego sí dedicarme a la actuación”.
Valeria mira al costado como queriendo recomponerse y cuenta: “De chica ya actuaba en los actos escolares”. Hizo la secundaria en el colegio “San José” de Devoto y el profesorado de Historia en el “San Agustín”.
De familia católica y ascendencia alemana y suiza, Valeria desde el año 93 viene haciendo un largo recorrido en relación a las tablas y la docencia de Historia en escuelas de Tres de Febrero y otras de Capital.
“El teatro tiene conexión con lo sagrado en mi vida, como en el teatro griego, donde los dioses se sacrificaban. El vínculo con enseñar historia está en relación con proyectos en algunas escuelas con los docentes de Literatura, Plástica y Tecnología, donde los chicos puedan aprender a expresarse, realizando, por ejemplo, marionetas”, explica .
Cuando se refiere a la Historia como la materia que enseña, Valeria reniega de que ésta sea un cuento. “No –dice la actriz–, la Historia es una ciencia, para estudiar, investigar, analizar y comparar”.
Su formación como actriz comenzó “en el (Ricardo) Rojas, (Extensión de la UBA) con Mónica Bruni. Un año allí, y luego tres años, en forma particular”. Actualmente cursa la Licenciatura de dirección escénica en el IUNA, y también estudió danza aérea.
Valeria reconoce seguir aprendiendo mucho de sus compañeros observando, así como de ver mucho cine coreano, japonés y chino.
Esta escorpiana, Gallo en el Horócopo Chino, en 2003 montó su primera obra como directora. “El actor tiene una visión parcial de la obra –precisa–. El director tiene una visión más totalizadora de ésta”.
En 2004 / 2005 actuó en la obra infantíl, “El regalo”, dirigida por Leonardo Azamor, en el Teatro del Bufón. En 2007, siendo asistente de dirección en la obra “Megafón”, con dirección de Adrián Blanco, reemplazó a la primera actriz (en la jerga teatral,“ir al toro”), y el mismo año actuó en “Deforme”, también de Azamor, en el Teatro del Pueblo.
En cine realizó tres cortos en 2005, y en 2008 filmó “Deforme”, “Regalo” y “Rrrrr”, aún en edición. En 2009 hizo un piloto para una serie y actualmente está ensayando “Las criadas”, de Jean Genet. Además, enseña teatro para adultos en Villa Urquiza.

Su pasión, como se ve, a pesar de cierta queja por lo que no pudo hacer antes, sigue su curso. R.S.
LA ALDEA DE LOS “LEVANTES”

Spinetta, inicio
poco conocido



Esta nota es producto de un “levante” múltiple: la agencia ANC-UTPBA reprodujo el texto de la revista SOS (www.buenosairessos.com) que, a su vez, reprodujo la nota de la agencia de noticias La Oreja Que piensa (www.laorejaquepiensa.com.ar) que, a su vez, reprodujo una entrevista realizada por Ronni Arias ¡¡¡en 1992!!! al flaco Spinetta, y que se editó en www.rock.com.ar. Aviso hecho: estamos aquí... ¡¡de levante!!


Luis Alberto Spinetta debutó en público, a los 14 años, cantando dos temas románticos, uno de Palito Ortega (!!) y otro de Javier Solís. Fue en el programa de TV "Escala Musical.
–¿Qué cantabas cuando eras chico?
–Cantaba tangos, los tangos que escuchaba en mi casa, no porque me los impusieran o me quisieran derivar a esa música, sino porque estaban en el ambiente. Por otro lado, tanto mi padre como mi tía Zsa-Zsa y mi tío Mario eran obreros en la fábrica del sello Odeón.
–¿En la prensa de discos?
–Sí. De esa forma caía a mi casa un montón de música de esa época. Como mi tía me traía discos, estaba siempre informado. Tenía cosas de Paul Anka, tenía Tutti Frutti por Little Richard, Al compás del reloj por Bill Halley y sus Cometas, todo el rock por Elvis. Sin querer, en casa ponían música y yo escuchaba.
–¿Qué edad tenías en la época de Palito Ortega?
–Diez u once años.
–¿Y te enganchabas con todo el pop de ese momento?
–Me enganchaba con todo, imitaba a Tato Bores, me ponía unos lentes me hacía la forma de una peluca con el pelo, y usaba un cigarrillo para el habano. Eso fue igual cuando fui más grande, todo me fascinaba. En la época del “Club del Clan”, yo era muy fana de todo eso. Hasta que aparecieron Los Beatles.
–¿Cuál fue el primer disco que te compraste?
–Fue “For Sale” de Los Beatles. Tenía catorce años. Aparte me lo compré con la primera guita que gané con la música. Me había inscripto en un concurso de “La Escala Musical” y salí finalista. Por poco les gano a Las Medias Negras, un trío de chicas.
–¿Qué cantaste en “La Escala Musical”?
–Dos temas, “Sabor a nada”, de Palito Ortega y “En una forma total”, de Javier Solís. Me decían que era muy chico para cantar ese material romántico y que no me quedaba bien.
–¿Qué es lo que te hizo cambiar?
–La primera vez que escuché a Los Beatles. Fue en un baile en Estudiantes Norte, pasaron “Love me do” y le pregunté al disc jockey qué era eso. "Me parece que se llaman Los Escarabajos", me contestó. A partir de ese momento, cada vez que pasaban Los Beatles, me daba una especie de fiebre total. Ni te cuento cuando vi las primeras fotos en los diarios. Tuve un ataque de beatlemanía. Todo eso fue antes del álbum “For Sale”. Al principio intentaba imitar las canciones a capella, pero cuando aprendí guitarra, su música me parecían sinfonías al lado de las zambas, y tenía que sacarlas de oreja. En ese momento aparecen en mí los primeros intentos de composición, que también eran zambas, temas melódicos. Lo llamaba a mi viejo y le tocaba un acorde, un Fa séptima mayor, que suena re-melancólico y le decía: "Ves, ésta es la música que quiero hacer". Toda esa etapa de mi vida es muy mágica porque coincide con los primeros enamoramientos, con las primeras calenturas de la pubertad y con Los Beatles. Al escuchar “Please, Please Me” me tiraba a llorar al lado del Winco, ¡era un bochorno! En casa me decían: "Dejá eso, no ves que te va a hacer mal...”
LA ALDEA DE LA SALUD
Nuestros pies
Claudia Posse*

Los pies son la base de nuestra salud, y a pesar de ello son una de las partes de nuestro cuerpo a la que le dedicamos menos atención. El resultado de una pedicura cuidadosa previene problemas físicos, confiere un aspecto impecable y es una actividad muy placentera.
Damos unos 19.000 pasos al día gracias a nuestros pies: hay que compensarlos con cosméticos y masajes.
¿Cuánto pesás? Pues esos kilos son los que los pies van acarreando todo el día. Las mujeres encima tenemos los tacones.
En fin, como ves tenés miles de pequeños pasos que cuidar y mimar. Con limas de pedicuro, a menudo, una exfoliación del pie eliminará el resto de piel muerta y manchas por el tinte de los zapatos. Y con auto masajes al llegar por la noche, tus pies lo agradecerán y caminarán mejor.

*Pedicura
4712-6908 15-6359-5455
LA ALDEA DEL CINE EN CASA
Calorcito con DVDs
Gentileza Video Club “Guía Musical”
4712-1675
Estrenos de Octubre

Los secretos del poder

Con guiños directos a Watergate que le costó a Nixon la presidencia de EE.UU., cuenta cómo un periodista veterano, Cal McAffrey (Crowe), comienza a investigar lo que parece el asesinato de un raterillo callejero. En un contexto de crisis económica y de la revolución que Internet, donde se ve luego una complicada trama política SUSPENSO. Int.: Ben Affleck , Russell Crowe, Rachel McAdams , Helen Mirren. Dir.: Kevin Macdonald

Ángeles y demonios

Robert Langdon descubre la prueba de la reaparición de una antigua hermandad secreta conocida como los Illuminati: la más poderosa organización secreta en la historia, que a su vez también se enfrenta a una amenaza que hace que peligre su existencia: la Iglesia Católica. SUSPENSO. Int.: Tom Hanks, Ayelet Zurer. Dir.: Ron Howard.

La propuestas

Margaret es una poderosa editora de libros en la ciudad de Nueva York. Repentinamente descubre que está por ser deportada a Canadá, su país de origen. Sin pensarlo, dice que está comprometida con su asistente Andrew. COMEDIA. Int.: Sandra Bullock, Ryan Reinolds, Mary Steenburgen. Dir.: Anne Fletcher.
LA ALDEA DE LA PRACTICA MENTAL
Por qué elegir Kumón
Mercedes Aguirre*

¿Por qué inscribir a su hijo en KUMON para Lengua? Si bien el método KUMON surgió con la aplicación de las matemáticas, fue el mismo profesor Toru Kumon(*) quien puntualizó que: “después de 20 años de trabajo con las matemáticas - comprendí que cuando un niño no progresa, es porque no tuvo una buena formación lingüística, pues existe una estrecha relación entre esta formación y la capacidad de estudio.”
El valor del método KUMON está en el hecho de que los alumnos avanzan más allá del año escolar por medio del auto didactismo. Los alumnos de la escuela primaria deben avanzar cuanto antes a los contenidos del secundario, para lo cual deben haber adquirido una sólida capacidad académica como para entender sin necesitar un maestro.
Un alumno que no es capaz de entender lo que le pide un problema matemático, no podrá resolverlo aunque sepa realizar las cuentas necesarias. Fue por eso que surgió el método Kumon de Lengua Materna, cuyo objetivo es formar lectores críticos, capaces de leer y entender cualquier texto. Kumon Lengua Materna trabaja con la lengua española.
En tiempos en que se lee cada vez menos, el alumno tiene la oportunidad de entrar en contacto con hasta 40 libros en cada nivel y escoger al menos 5 para leer hasta el final, mejorando así su vocabulario, raciocinio y un conocimiento del mundo.
KUMON trabaja de manera diferente de cómo se hace en la escuela. Nuestro objetivo es la lectura. De esa manera el aprendizaje se hace de forma natural y el alumno se siente estimulado a continuar leyendo.
En KUMON tenemos libros para quienes se interesan tanto por cuentos de hadas, como por los experimentos científicos, por monstruos, por astronautas, por muñecas, por romances, por aventura, etc. En fin, siempre habrá muchos libros que despertarán el interés de su hijo y la lectura se volverá un placer y no una obligación para él.
KUMON Lengua Materna, garantiza el desarrollo para el futuro de su hijo.
Un alumno que ha adquirido el hábito de estudiar por sí solo, será un estudiante universitario o un adulto capaz de resolver los problemas por sí mismo.

(*) Profesor Toru Kumon: (1914-1995) Creador del método que lleva su nombre. En 1954 desarrolla ejercicios de cálculos para su hijo Takeshi que cursaba el 2do. año de primaria.

* Analista de Sistemas
Centro Kumon de Caseros
4734-6435 / 15-5327-4177
LA ALDEA DE LA RECETA-CUENTO / EN EL DIA DE LA MADRE
Te soñé bailando un vals
Por Marta Rodríguez

Estabas tan bella. Lucías un vestido de gasa color marfil. La falda con pliegues llegaba hasta los tobillos. Al ruedo lo bordeaba una puntilla de tul. El escote, que marcaba una “v”, se apoyaba en la apertura de tus senos, y en las mangas transparentes las puntillas caracoleaban sin llegar a los codos.
Las piernas estaban ceñidas con medias de muselina al tono, y los pies envueltos en unos Guillermina con tacos apenas insinuados.
El cabello simulaba una melenita a la moda y un rodete ocultaba el pelo que no te atreviste a cortar.
Entraste al salón del Club Social Urquiza acompañada por la abuela y Albita, tu mejor amiga. En la mano llevabas una flor de nardo, obedeciendo la consigna del “Baile de los Nardos“. Eras una estrella rutilando. Él te miró, le devolviste la mirada. Caminó hasta la mesa, inclinó levemente la cabeza y te invitó a bailar.
El vals estrenaba violines y violas. El piano desgranaba la melodía y un bandoneón lo pintaba con la esencia de Buenos Aires.
Con el brazo derecho te rodeó la cintura; tu mano se apoyó en el hombro de él y la unión de las otras manos completó la figura.
Era la primera vez que bailabas con un hombre; siempre lo habías hecho con Albita o con la escoba.
Un escalofrío recorrió todo tu cuerpo. Sonreíste con timidez.
Girabas y girabas envuelta en el embrujo del vals, la falda ondeaba con cada giro.
Tu corazón palpitaba sabiéndose ya en manos de aquél que se lo apropiaría…al igual que el nardo apoyado sobre la mesa.

_______

Receta
Masitas de coco y dulce de leche

Mezclar 75 gramos de manteca con 1 huevo; 180 gramos de harina leudante y esencia de vainilla.
Estirar la masa con las manos en una asadera rectangular y cubrirla con una capa de dulce de leche repostero.
Mezclar 100 gramos de coco rallado con 200 gramos de azúcar y 1 huevo.
Poner sobre el dulce de leche repostero, esparciendo bien y hornear 20 minutos más o menos.


*Maestra cocinera y cuentista
04/10/2009
LA ALDEA DEL CUENTO
Historia accidental de un viaje al exterior
Por María Elsa Rodríguez*

Sucedió el siglo pasado... en un oscuro período entre los gobiernos de Alfonsín y Menem, si mal no recuerdo. Hasta la tragedia provocada por la xenofobia, todo parecía ser una joda como cualquier salida con amigos en los dorados años de firmeza y tonicidad muscular. Los últimos tiempos, me he retirado por propia decisión (lo confieso con pesar), a las zonas montañosas que me permiten ocultar la fofez de mis partes del oprobio que me genera la playa, las termas y las comparaciones odiosas de alguna gente.
Entonces, mi cuerpo y yo éramos diferentes. Aún no sabía que mi marido no era ocurrente y pintoresco, sino que estaba chiflado, lisa y llanamente. ¡Cuánta inocencia!. No podía ni jugar al tejo en la arena siquiera... se me perdían invariablemente los círculos voladores de madera verde, una y otra vez, demorando cómicamente el juego, hasta que ya no pudimos seguir por falta de demasiadas piezas. Pero nos reíamos de mi torpeza... ¡Estábamos tan bien!. Todo era alegría. La cuestión es que éramos tan jóvenes y despreocupados que en pleno viaje a Mar del Tuyú, llegamos a Entre Ríos... cosa curiosa, ya que no veníamos del sur patagónico, subiendo por la Ruta 3. Sino más bien todo lo contrario, arrancamos del Gran Buenos Aires para el sur, pero tal vez una rotonda mal señalizada o la falta de sueño reparador, o que nuestros amigos Ale y Oscar estaban podridos de reparar la casa donde nos alojamos al llegar a la costa. La cuestión fue que debimos migrar al norte y terminamos en lo de unos parientes de otro amigo, en Concepción del Uruguay.
La verdad, que mi media naranja era de esconder cosas, como esto del lamentable estado del sitio al que nos llevó y de la fobia. Una vez guardó los “Australes” que ahorraba en una bolsa de nylon y los enterró en la huerta del fondo, con la esperanza de que eso le impidiera gastarlos y yo fuera la reina del hogar que construiríamos con la ganancia... pero mi suegro, sin saberlo, alquiló el terreno a una familia boliviana que lo usaba para la producción de hortalizas. La cosa terminó mal. No encontramos el dinero. Los bolivianos alegaron que quizás se habría desintegrado el papel por la humedad del suelo... lo que la bolsa de plástico hubiera impedido, según gritaba mi “casi husband” de entonces mientras su madre, hermano y yo tratábamos de que no liquide a los impasibles inquilinos, presa de la desesperación que le provocaba su estado de nervios.
El tiempo le permitió consolarse de alguna manera, al ver que cambiaba la moneda de nuevo y podía volver a juntar moneditas en una lata. Yo no tuve consuelo al no poder reinar en lo de mamá donde nos tuvimos que quedar, ante la imposibilidad de hacer nuestro nidito de amor en otro lado. Tal vez de allí su inexplicable fobia ante el extranjero... y su permanente deseo de no gastar. Por eso fuimos a esa casa que nos prestaron en la playa. Ya Ale y pareja ponían el auto, nosotros teníamos que ofrecerles el techo... que lamentablemente se llovía. paradójicamente no había agua en las cañerías. Eso lo supimos una vez que logramos ingresar. Tuvimos problemas de entrada con la cerradura y también con la luz. Lamentablemente llegamos de noche... pero el alumbrado público nos iluminó bastante bien mientras arreglaban los tapones y destornillaban la puerta de madera del frente, que finalmente cedió y pudimos instalarnos.
Nosotros ya estábamos acostumbrados a las incomodidades que mi vieja nos brindaba, así que no lo pasábamos tan mal. En cambio Oscar, al tercer día, cansado de trabajar en vacaciones y, tras no haber podido disfrutar tampoco de mis pastas pegoteadas (yo aún no sabía cocinar, de hecho no pude aprender, traumatizada por ese recuerdo), nos invitó a un lugar donde no estaba lloviendo según el pronóstico meteorológico. Se veía él como un fóbico en ese momento...
Dimos un verdadero giro, que nos llevó a Entre Ríos. En el camino, la lluvia dio paso al fresquete. Por suerte, nos divertíamos de lo lindo. Mientras Ale y yo cantábamos los temas de Copani en el asiento de atrás, un grito de mi marido nos sorprendió. El conductor, lo había golpeado mientras aullaba desencajado: “tengo desempañador”. Claro, nosotros no teníamos, o no le funcionaba a nuestro coche. El auto en su totalidad no andaba, por eso viajábamos en el Fiat Europa impecable de los chicos. Se ve que “my darling” quiso limpiar a mano el parabrisas... para ayudar en algo.
Al llegar, nos recibió el tío de nuestro amigo, un tipo muy jodón. Mi esposo, también lo era todavía: “¿El cabezón vino en el fitito?”, le preguntó al buen hombre, quien desconcertado, respondió que no... ¿Para qué querría un autito tan chico semejante pedazo de hombre?. Mi marido remató: “¡Para usarlo de casco cuando anda en moto!”.
Parecía estar bien... todo parecía encauzarse, pero viraría inexorablemente para el lado oscuro. Conocimos la playa que los locales consideran su orgullo. No existía Botnia aún y, a propósito, ahora se me ocurre curiosamente que decir “Argentina y Uruguay”, es como nombrar “Inglaterra e Irlanda”... sin rencores mutuos, con una historia en común que nos hermana, un canal de agua en medio que nos une más que separarnos... ¡Cuantas coincidencias!. Pero mi hombre no lo veía así... temía que no era buena idea cruzar el charco a comprar boludeces. En esa época, el cambio nos favorecía y a los demás les encantó la propuesta. El tío ya había pasado varios televisores, sentado sobre ellos, en lugar del asiento del conductor... de más está decir que los muchachos que vigilan el puente, eran de lo más campechanos y no revisaban mucho. Esposo mío daba muestras de un humor cada vez más particular. No sé si es que a mí irritaba su actitud (lo veía rascarse la cabeza en una postura netamente infantil), o porque imaginó una tele de 14 pulgadas atascada en el traste del gordo y se lo espetó groseramente (lo que al otro lo hizo desternillar de risa). Tal vez, cuando se acercó mal predispuesto a empujar un auto que se había quedado entorpeciendo el trámite en la aduana, en plena entrada al puente... debí darme cuenta de lo que nos esperaba. El gendarme se acerca y le dice: “¿No me da una mano maestro?”. Lo miró serio y replicó sarcástico: “¿Cuál querés?”.
Los demás rieron, pensando que estaba de buen humor... yo sabía que no era docente y me di cuenta que también me rascaba mucho, como el resto del grupo, ajeno a mis cavilaciones. Uruguay le gustaba menos que la idea de volver a pasar por un puente tan largo con tantos litros de líquido corriendo por debajo. Me lo comentó con mala cara, como si fuera mi culpa que estuviese en esa situación. Entonces recordé que se bañaba de manera particular. Primero el cuerpo descalzo hasta el cuello y luego, al salir se lavaba la cabeza... en el lavatorio. Comencé a sospechar que le había entregado mi destino a un roñoso, piojoso y mal parido. Me puse a hacer cuentas, para ver si ya había vencido la garantía... ¡Y si!. Hacía más de un año. Ya no lo podía devolver.
Al rato, la banda que nos llevaba de aquí para allá, decidió quedarse a pasar el resto del día en las termas de Guaviyú. Ése al que la ley me unía “no dijo ni mu”. Noté su descontento durante el resto de la velada... todos nos metimos a las piletas excepto él, alejado por miedo que quisieran tirarlo al agua. Permaneció vestido de pies a cabeza con el pantalón largo de su equipo de gimnasia de poliéster azul (cerrado hasta el cuello), cociéndose al sol. Éramos tan diferentes... en un momento salí para ver si se ponía un poco las pilas y me invitó a caminar. No le gustaba el lugar. Mucho coche importado, mucho sol, muchos piojos, muchos uruguayos. A mi me dio como pena... le expliqué con lo que me quedaba del cariño que unas horas antes sentía por él, que estábamos, efectivamente del otro lado de la frontera. Se ofendió y discutimos acerca de mi falta de lealtad para con él y sus manías. ¿Cómo podía ponerme del lado de esos extranjeros?. Ya una vez nos habían estafado “los del gran país del norte”. Me descolocó, por un momento, el muy vil. Esperé, astutamente para ver qué tramaba. Yo sólo conocía un par de extranjeros. Mi mamá, que era tana y la vieja gallega de al lado, pero no de Estados Unidos... “¡Los bolivianos que me cagaron!”, gruñó ya bastante molesto. Me quedé muda, lo que aprovechó para seguir furibundo quejándose de mi obtusa postura. Estaba sintiéndome un poco mal por la decepcionante forma en que se estaba presentando la cosa. El sol pegaba fuerte a esa hora y se ve que mi rostro lo terminó conmoviendo. Me invitó una bebida fresca a la sombra. En el local no le quisieron recibir la plata argentina, por lo que se la agarró entonces con el que atendía, empecinado con que el tipo lo sobraba. El empleado se mantuvo firme y le mostró que enfrente, le cambiaban los billetes. Cruzamos a un puesto en el que vendían canastos de mimbre. Misma historia. Se los tomaban si compraba algo... que él no quería. Opiné que uno de los cestos estaba buenísimo, para terminar con la cuestión y me dieran algo de tomar. Fue el acabóse... me acusó de traidora, imperialista: “¡Roja!” me gritaban unos que no distinguí entonces, pero que resultaron ser nuestros amigos enganchándose en la trifulca, al creer que era en broma. Casi van todos en cana por el lío que se armó. A mí me llevaron a la enfermería, estaba insolada, colorada como un tomate, cansada, deprimida y no me dieron mi gaseosa. Pero me compraron el canasto. A la hora de volver tuve que decidir entre el dichoso coso de mimbre y el otro coso... no había lugar para llevar a los dos.
Prefería el cesto, la verdad. Pero el resto del grupo pensó que se me iba a pasar y ese hombre que me acompañaba no quería quedarse en un país limítrofe. Lo ataron al techo (al canasto), y volvimos hasta el lado argentino, donde nos separamos. El tío y el cabezón siguieron para su casa. Ale y Oscar decidieron súbitamente ante nuestra poco amigable compañía, seguir viaje a Misiones... hartos de nosotros. Nos dejaron en un hotel para que nos reconciliáramos y para que les cambiara la suerte. Yo dormí con mi regalo (que aún conservo y al que bauticé “Consuelo”) y mis piojos. El se fue a su cuarto con los suyos.

*Escritora y Bibliotecaria
de Bella Vista