jueves, 26 de agosto de 2010


El loco que curó a muchos locos

“Trabajé con pobres, con locos, con chicos, adentro del país, afuera del país –dice Alfredo Moffat, fundador de ‘El Bancadero’, ‘Cooperanza’ y los comedores ‘Ollitas’. Me desgasté, trabajé demasiado. Entonces lo que quiero hacer ahora es que eso sirva para que otros sigan aliviando el dolor de los que no tienen terapia, el dolor de los que están desamparados.”

“Inventar ideas para curar vidas”

Entrevista de Marcela Stieben* (Página 12)

–¿Cuándo nació su deseo de ser arquitecto y psicólogo social?

–Ser arquitecto nunca fue un deseo mío. Fue una imposición de mi papá, que era muy insistente. El había querido ser ingeniero civil y era maestro mayor de obras. El creía que yo era él. Hay padres que se confunden. En segundo año de Arquitectura yo me había cambiado a Medicina, que era lo que yo quería ser. Yo quería ser médico. Terminé la carrera de Arquitectura en la UBA en 1960, le di el título a mi papá, pero nunca ejercí. Soy médico de almas.

–Es bravo hacer una carrera larga y costosa como Arquitectura sin querer hacerla. ¿Hacía los planos y todo a desgano o algo le gustaba?

–No, no me gustaba. La parte de arte sí me gustaba un poquito: llegué a profesor adjunto en Historia del Arte en la UBA. ¡Tenía una formación estética fuerte!

–Y finalmente fue psicólogo social.

–Sí, con Enrique Pichón Rivière. Estuve diez años al lado de Pichón. El decía que yo era su hijo “putativo” (risas). Fue el maestro, realmente. Era un maestro zen, desconcertante, nada convencional. Yo ya era raro de antes, así que nos juntamos y nos hicimos amigos enseguida. Cuando nos conocimos reforcé mis partes más insólitas y de trabajos alternativos, de formas fuera del sistema académico. Pichón me nombró “médico de almas”. El consideró que yo podía trabajar curando gente.

–¿Siente que curó a muchos pacientes?

–¡Cientos, miles! En forma directa debo de haber tenido unos 500 pacientes y después tengo cerca de 50.000 indirectos. En El Bancadero cerca de 40.000 personas se aliviaron.

–De todo lo que hace día a día, que es mucho, ¿qué es lo que más le importa?

–Ahora estoy haciendo que no se pierdan unos 50 años de trabajo. Más que todo es eso porque de golpe me di cuenta de que me volvía viejo. Tengo 76 años...

–¿Qué día nació?

–El 12 de enero de 1934. Nací en el hospital Rivadavia el 12 de enero de 1934 y fui criado hasta los cuatro años por mi familia materna alemana. Eran inmigrantes que llegaron a Comodoro Rivadavia a fines de la Primera Guerra Mundial y comenzaron a luchar desde abajo. De mi madre recibí el mandato de vencer las dificultades, ya que ella venía de la guerra y llegó a la Argentina con sólo 12 años. Y de mi familia paterna heredé la distancia inglesa, que me sirve para preservarme en la terapia con situaciones límite. Viví tantos años e hice tantas cosas que me parece que hubiera nacido en el 1800... Tengo miedo de irme y que se pierda la experiencia de una persona que durante 50 años estuvo trabajando con el dolor psicológico de los que más sufren.

–Suele mencionar su edad en discursos y conferencias, ¿por qué lo reitera tanto?

–Es que por tradición, siento que me quedan ocho años... Para la muerte me guío por mi familia inglesa y mi bisabuelo inglés, mi abuelo y mi padre murieron a los 84 años. Así que, en principio, viviré hasta los 84 años. Puede ser que sea más, ¡pero por lo menos tengo asegurada la vida hasta los 84 años! Mi preocupación ahora, a mis 76 años, es poder transmitir 50 años de experiencia en trabajos con la pobreza y la locura, desarrollando teorías y técnicas. Más que enseñar yo hablo de entrenarse para trabajar con chicos de la calle, con jóvenes violentos, con drogadictos y fundamentalmente con psicóticos, tanto en el Hospital Borda como en los principales manicomios de Latinoamérica.

–En la contratapa de su último libro dice que la Terapia de Crisis tiene como fundamento epistemológico la filosofía existencial, que percibe al hombre como un proyecto, un ser arrojado a su futuro.

–Sí, así es. Las crisis psicológicas ocurren ante transformaciones inesperadas. En los momentos de discontinuidad de esa aventura del existir, el yo queda solo y paralizado. La mirada del otro es lo que me define, yo existo en ese transcurrir del encuentro.

–En el capítulo dedicado a la Depresión, en el mismo libro (Terapia de Crisis, la emergencia psicológica), señala que cuando falla el mecanismo que transforma la pérdida en recuerdo se instala el fantasma de la depresión.

–El depresivo se vincula con un fantasma que es alguien que está y no está. Como queda abrazado a lo perdido y pierde los brazos para vincularse con personas reales, vive en el pasado. Las causas pueden ser de dos tipos: una por pérdida traumática (orfandad, pérdidas importantes que no tuvieron proceso de duelo, que no pudieron llorarse y compartirse) y la otra es por no haber tenido un hogar donde se le enseñara el deseo, la exploración del mundo, sólo aprendió la desesperanza, son familias grises, escuelas de frustración. El diálogo es interior y tiene como argumento el reproche o la culpa. El mundo le es ajeno y lejano, su percepción es endoperceptiva (está dirigida hacia adentro).

–En su página web tiene miles de fotos de todos los seminarios que da por el mundo y muchísimos textos útiles para los que trabajan con la comunidad.

–Es importante que ponga mi página web porque es una enciclopedia con 3000 páginas, 1000 documentos fotográficos y mis libros que se pueden descargar gratis (www.moffatt.org.ar). Cuando yo veo todo lo que hice, leyendo en la página todos los documentos, pienso: ¡un solo hombre no pudo haber hecho tantas cosas! Trabajé con pobres, con locos, con chicos, adentro del país, afuera del país... ¡Me desgasté, trabajé demasiado! Entonces lo que quiero hacer ahora es que eso sirva para que otros sigan aliviando el dolor de los que no tienen terapia, el dolor de los que están desamparados. El arte permite entender la vida cuando la ciencia no tiene respuestas. Nos permite dar un sentido profundo a la aventura de existir. El trabajo organiza las redes comunitarias, las instituciones... Y los grupos estructuran la vida cotidiana.

–Si hoy se cumpliera uno de sus sueños y lo designaran director del Hospital Borda, ¿qué revolución haría?

–En 24 horas puedo cambiar el Borda, porque tengo la experiencia. Haría una comunidad terapéutica. El paciente pasa a ser un protagonista de su propia cura. Esas 12 manzanas del Borda se transforman en un pequeño pueblo donde hay asambleas de comunidad, grupos terapéuticos, psicodrama y terapias familiares. Casi todo lo contrario de lo que hoy se hace.

–Es poder incorporar al paciente como ser humano, mirar su alma y no verlo como un depósito de pastillas.

–Es organizarlo como un pueblo con reuniones de asambleas de comunidad, con elección de autoridades, e inmediatamente la persona deja de ser un objeto, digamos un ente psicótico, para ser una persona. Mi especialidad son los psicóticos. Lo que más me interesa es arte y locura, pero uno a veces tiene que salir del hospicio porque afuera están más locos que adentro. A veces nos maltratamos mucho. Como dice Cristina: deberíamos querernos más.

–Puntualmente, ¿cuál sería la primera medida que tomaría si se concretara su fantasía de ser nombrado director del Borda?

–Para realmente arreglar el tema de la salud mental, para humanizarla y evitar esos depósitos de destrucción de almas que son los manicomios, si fuera director del Borda, también pediría ser decano de la Facultad de Psicología porque entonces pongo las dos instituciones juntas, en un mismo lugar, y hago un hospital escuela. Por la mañana curan y por la tarde estudian. Como en Medicina. Yo empecé primer año de Medicina, quería ser médico, y llegué a ser médico de almas. La Radio La Colifata y la Cooperanza demuestran que estas personas que son acusadas de locas pueden ser de lo más sensatas. Cualquier persona puede ir a las tres de la tarde al Borda, donde funciona desde hace 24 años, ininterrumpidamente, y verlo.

–En los seminarios que dicta en las principales universidades de Colombia, Chile y otros países adonde lo invitan, ¿cuál es la principal inquietud de los alumnos?

–Cómo hacer. Lo que más les importa es qué hacemos nosotros. Si diera psicoanálisis diría: hay que tener un diván, hay que tener pacientes relajados que asocien libremente y hay que detectar la situación edípica, etc. Nosotros trabajamos desde grupos usando el psicodrama, grupos operativos, es otra modalidad completamente distinta.

–Yendo a su vida personal: ¿está solo o tiene pareja?

–Estoy de novio con Daniela, una alumna mía de 23 años. Yo no tengo la culpa de que a ella le gusten los abuelitos. Se enamoró de mí y yo respondí. Hace un año y tres meses que estamos juntos. No vivimos juntos, pero compartimos muchos viajes.

–¿Siente que es como beber de la Fuente de Juventud?

–Yo creo que Daniela tiene una maduración prematura que se encuentra con una parte infantil mía. Se encontraron aspectos adolescentes míos con aspectos maduros suyos.

–¿Piensa ser padre nuevamente?

–¡Nooooooooo! Está descartado eso. ¡El nuestro es un encuentro existencial fuerte!

–¿Ella lo ayuda con la escritura de sus libros?

–Sí, y me ayuda en la Escuela también. Ella es muy cariñosa y nos llevamos bien.

–¿Daniela está por recibirse de psicóloga social?

–Sí, termina este año. Y, por supuesto, se recibe sin examen (risas). Fuimos juntos a Uruguay y a Salta. En Tartagal fui a dar el seminario “Primeros auxilios psicológicos”. Trabajo mucho con los sindicatos docentes que me convocan para darles seminarios a psicólogos y maestras. Yo entreno a los que trabajan con gente lastimada. Estuvimos una semana y fue difícil porque el clima es muy húmedo y muy caluroso. Me hizo mal y volví con una gripe, me dolían las articulaciones. Siento la edad, tengo problemas físicos y a veces pienso: ¿mire si me muero y no transmito todo lo que hice?

–Sé que usted edita sus propios libros, si alguien quiere leer su último texto, Terapia de Crisis, la emergencia psicológica, ¿puede verlo en su página web?

–Yo fui profesor de diseño gráfico y puedo ser autor, editor, distribuidor y librero. Con la ganancia de los libros nosotros sostenemos “las oyitas” (ollas populares en villas) y aunque con un solo click se pueden bajar mis textos desde la página web, a muchas personas les interesa tenerlos en papel y me compran los libros. Un editor me dijo: “Vos sos un autor suicida”. Pero a la gente, además de bajarlo, le gusta tenerlo y leerlo como libro, así que por suerte se vende y en los seminarios que dicto todos lo compran como libro de estudio. Y como tengo una economía de mínima, esto me da la independencia como para decir lo que yo veo y lo que yo pienso. No dependo de ningún partido político, ni de empresas ni de la Iglesia ni de nada, con lo cual tengo también un castigo académico de la Universidad de Buenos Aires (UBA). No pude volver a la Universidad después del proceso militar porque mi propuesta se opone a las formas ortodoxas de la psicoterapia. Esas formas ortodoxas, en general, están hechas para preparar psicológicamente a cierto sector social. No pueden operar con chicos de la calle, no pueden operar con adictos, no pueden operar con psicóticos.

–En agosto está comenzando un seminario dictado por usted y su equipo sobre “Técnicas psicodramáticas”. ¿A quién está destinado y en qué consiste?

–Sí, está destinado a quienes deseen adquirir conocimientos o necesiten técnicas para resolver situaciones conflictivas en escuelas, hospitales, familias, comunidades... Las técnicas psicodramáticas utilizadas son: formas de caldeamiento, armado de la escena, figura plástica y soliloquio, técnicas de regresión: ensueño dirigido, uso de objetos intermediarios, juegos dramáticos, escenas temidas y deseadas, uso de disfraces y máscaras... Y los temas básicos a desarrollar durante el seminario que daré en el último cuatrimestre de este año tienen los siguientes temas básicos a desarrollar: la infancia (la matriz de identidad, técnicas de regresión, el paquete generacional y los ancestros, el niño fantasma y los juegos infantiles); los miedos (de la indefensión a la potencia; las escenas temidas; simultaneidad; contracción-miedo; de lo temido a lo deseado); la soledad (aprender la despedida, los personajes y los lugares ausentes; diálogo con lo perdido y el reencuentro; el diálogo interior); los vínculos (el encuentro en el aquí-ahora, conflicto generacional; la violencia como vínculo; la sexualidad), la creación (el proyecto, el tema del futuro; uso de disfraces y máscaras; música, danza y esquema corporal; el camino nuevo y juego con lo imprevisto). Las opciones horarias son: viernes de 19 a 22 o sábados de 14 a 17, en la Escuela: Rivadavia 3482, cerca de Once, en la Ciudad de Buenos Aires. Yo vivo también ahí. Tengo mi escuela y mi casa. Me resulta práctico. Y también voy a dar un curso ahora en agosto.

–¿De qué se trata ese curso?

–Se llama Curso de Primeros Auxilios Psicológicos. Es un curso teórico práctico en cuatro módulos (cuatro meses) destinado a quienes deseen adquirir conocimientos o necesiten técnicas para resolver situaciones conflictivas, tanto en una escuela, en un hospital, en la comunidad o en familias. Puse dos opciones horarias para que le quede cómodo a la gente que trabaja o estudia otra carrera y tiene que organizar sus horarios. Lo daré los martes de 10 a 13 o de 19 a 22 y consta de cuatro módulos.

–¿Y la carrera de Psicología Social comienza en su escuela cada año en marzo?

–También pusimos un primer año intensivo que empieza ahora en agosto para los que quieran comenzar ya. De agosto a diciembre es el primer año y en marzo del año próximo siguen la carrera normalmente. Se pueden poner en contacto para pedir informes en el mail: mirthaviamonte@hotmail.com Tengo muchos alumnos no sólo acá, en Buenos Aires, sino en las distintas sedes del interior, en Córdoba, Bahía Blanca, Neuquén y algunas otras. Para quien quiera comunicarse en La Plata con la Escuela de Psicología Social puede escribir a escuelamirthaviamonte@hotmail.com o llamar al teléfono: (0221) 15-4089-6911. En Tigre pueden llamar al 4684-1162 y la web de la Escuela de Psicología Social de Tigre es www.psicologiasocialtig.com.ar o el celular: (011) 15-6484-9117 y la Escuela de Psicología Social de Patagonia Norte tiene su página web también: www.surpsicosocial.com.ar.

–En Buenos Aires usted creó muchas instituciones de ayuda comunitaria, ¿podemos dar algunas direcciones y teléfonos para los que quieran colaborar como voluntarios o para el que necesite ser asistido de una u otra forma?

–¡Sí, claro! Hay muchos jóvenes y no tan jóvenes que ayudan y son solidarios. Desde hace muchos años funciona El Bancadero, una mutual de asistencia psicológica. El teléfono de El Bancadero es 4865-0923 y el horario de atención es de 16 a 20. El mail es: elbancadero@hotmail.com. Por otro lado están funcionando “las oyitas”, que son una red de ollas populares para chicos organizadas por sus madres en asentamientos y villas. Para conocer en detalle estas “oyitas” pueden ingresar en mi página o en la página web: www.oyitas.org.ar. Para la reparación de las redes comunitarias proponemos un enfoque en socioterapia y especialmente en técnicas de autogestión comunitaria con la utilización de estrategias alternativas.

–Conocí personalmente esa casona cuando fui al Bancadero en la década del ‘80 para hacerle un reportaje y vi la cantidad de gente que acudía para ser asistida.

–El Bancadero es totalmente autogestivo y es una prueba de que cuando se quiere hacer algo se puede. Si en un principio se hubiera contado como proyecto, la experiencia Bancadero no se hubiera realizado nunca porque habrían dicho que era imposible, lo habrían creído una cosa absurda e impracticable. Era el último año de la dictadura militar, estaba el general Bignone y había muchas personas en crisis que estaban realmente muy mal. Fue en ese momento cuando se me ocurrió crear un centro de salud mental alternativo, porque en ese momento no había ninguno y si alguien hacía algo así, obviamente la dictadura lo cerraba. Al comienzo se llamó Cooperativa de Salud Mental y funcionó en una vieja casona de la calle Gascón a la que arreglamos a pulmón poco a poco. No éramos unos improvisados, teníamos mucha experiencia en trabajo alternativo. Con nosotros estaban Tato Pavlovsky y Fernando Ulloa, entre otros.



*Periodista

http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-150156-2010-07-26.html
LA ALDEA COLECCIONABLE

Historia Nuestra

Chile versus Argentina

El canal del Beagle


En 1978 Argentina estuvo al borde de un conflicto armado con el país vecino, Chile, por la soberanía en la zona del canal de Beagle
Este conflicto surgió a fines del siglo XIX como consecuencia de un Tratado de Límites entre Argentina y Chile que omitió legislar sobre la soberanía del canal y las islas Picton y Nueva y Lennox, e islas e islotes adyacentes. Ninguna de las islas estaban mencionadas en el tratado de 1881 o en los tratados o subsiguientes, por lo tanto ambas naciones lo interpretaban a su modo.
Una cuestión importante fue establecer, si el canal del Beagle corría al oeste de las islas o terminaba antes de llegar a la punta oeste de la isla Picton y si las islas en cuestión estaban en el océano Atlántico o en el Pacífico.
A pesar del pequeño tamaño de las islas, su valor estratégico en los océanos las volvía sumamente importantes.
En 1971 el general Agustín Lanusse firmó un acuerdo por el cual ambos países en disputa aceptaban la designación de Gran Bretaña como Corte Arbitral para decidir en el conflicto.
El conflicto se centró en la disputa por la posesión de las islas e islotes en el llamado “martillo”, un polígono definido en el compromiso de arbitraje de 1971 y en el que se hallaban ubicadas las islas Picton, Nueva, Lennox, Gratil, Augusto, Snipe, Becasses, Gable e islotes adyacentes.
La resolución de la Corte Arbitral fue desfavorable para Argentina, en mayo de 1977 se otorgó a Chile la jurisdicción sobre el canal y de la mayor parte de las islas ubicadas en la desembocadura del océano Atlántico.
El laudo arbitral dividió posiciones entre las tres fuerzas que integraban la Junta Militar. La Marina y algunos sectores del Ejército propusieron rechazar el laudo arbitral y sostuvieron una posición belicista. El general Jorge Rafael Videla y la Fuerza Aérea sostuvieron posiciones más moderadas.
Finalmente en 1978, el gobierno de Videla rechazó el laudo inglés, y el conflicto se agudizó llegando a plantearse la posibilidad de un conflicto armado con Chile.
Chile y Argentina concentraron tropas en sus respectivas zonas australes, movilizaron a sus reservas e incluso se hicieron simulacros de oscurecimiento de ciudades australes por posibles bombardeos.
Ambos países estaban gobernados por dictaduras militares, tanto Videla como Pinochet impulsaron el enfrentamiento por la soberanía en el Atlántico sur como una “causa nacional” que debían apoyar todos los habitantes.
Para ambos países la guerra ofrecía una posibilidad de fortalecimiento político.
La fuerza naval argentina, el 4º Batallón de Infantería de Marina desembarcarían en las islas en disputa a las 0400 del 22 de diciembre de 1978.
Cuatro horas antes de este hechos y para destrabar el conflicto el Papa Juan Pablo II ofreció la intervención del Vaticano, a través de su emisario, el cardenal Antonio Samoré.
Después de largas y arduas negociaciones y sobre la base de una propuesta del cardenal Samoré, las dos cancillerías elaboraron un acuerdo por el cual se reconocía la soberanía chilena en la región del Canal del Beagle, pero se establecía como línea divisoria entre ambos países el cabo de Hornos. De este modo, Argentina tenía jurisdicción sobre las costas que daban al océano Atlántico y Chile las que daban al océano Pacífico.
Recién 1984 y tras una consulta popular sobre el tema, el gobierno democrático de Raúl Alfonsín ratificó el acuerdo.

Prof. Isabel Rodríguez
LA ALDEA PANORÁMICA


El 82 %


Hace unas semanas desde el arco opositor político se lo “corre” al gobierno porque aplique el 82% móvil a las jubilaciones respecto del sueldo mínimo en blanco, al cierre de esta edición, de 1730 pesos a partir del mes que viene.

La oposición hace un reclamo justo de los jubilados cuya aplicación, hoy por hoy, se da en un único país, Luxemburgo. “¿Qué me importa?” Puede decir un jubilado que trabajó toda su vida y cobra apenas 895 pesos de mínima y ahora con el ajuste a partir del mes que viene rondará los 1100 pesos.

El argumento del oficialismo es que los mismos políticos que reclaman el 82%, son los mismos que apoyaron los negocios de las AFJP, bajaron sueldos estatales y jubilaciones un 13%, y hoy pretenden la eliminación del impuesto al cheque y las retenciones por exportación, en un contexto donde el “campo” gana como nunca gracias a un dólar alto y un precio de la soja altísimo. Esto desfinanciaría al Estado para sostener el 82% móvil.

Como tercera alternativa a una y otra, surgieron voces como las del diputado Sabbatella que cree que sí se podría pagar ese 82%, sin eliminar retenciones ni el impuesto al cheque, y sí subiendo los aportes patronales, entre otras medidas.

A su vez, el oficialismo razona en términos de dificultad para abrir otro frente de batalla, amén de esgrimir que entre la suma del 82%, 1230 pesos contra los 1100 pesos ya otorgados, la diferencia no es tan sustancial. A su vez, que hoy, señala, han podido jubilarse unos 2 millones 400 mil jubilados más que antes del gobierno actual y que los beneficios extra han aumentado, y que la apenas un 1,5 empleado activo sostiene el haber de un jubilado.

El gobierno viene de confrontar duramente con las patronales campestres que pareciera quieren volver a la carga tras el discurso del presidente de la Sociedad Rural, antes y ahora con el monopolio mediático y hace unas semanas apenas con la Iglesia Católica por la ley de matrimonio igualitario.

Los datos macroeconómicos de consultoras privadas y del mismo economista Miguel Bein, nada oficialista, así como de popularidad de la presidenta suben. Grandes inversores hacen buenos negocios en la Argentina y la queja de algunos responden más a estados de ánimo, manipulación y cuestiones políticas que económicas, sin por eso decir que a todos los sectores sociales le llega la bonanza de igual modo. R.S.

LA ALDEA DE LOS ESTILOS

Contra

el lenguaje

basura


*José Pablo Feinmann


1. Se sabe que el erotismo sugiere. Que, al sugerir, seduce. Que, al seducir, embriaga, juega con los sentidos por medio de la imaginación. Que nos deja librados a nuestra libertad. Que, en fin, nosotros, desde nuestro deseo, deberemos completar la imagen. La pornografía no sugiere ni seduce ni embriaga.

La pornografía es directa, es brutal, abomina de la imaginación porque abomina y desdeña al receptor. No le concede la libertad de la imaginación, el juego de la fantasía. No le concede nada a su propia creatividad. No hay creatividad. Sólo hay explicitez, visibilidad infinita, o sea, obscenidad. Obsceno es lo que exhibe todo.

El erotismo estructura artísticamente al sexo. La pornografía lo exhibe con tosquedad, con un pretendido realismo que sólo es ausencia de estética, negación del goce, reclamo brutal de lo primitivo, de la fiesta áspera y hormonal de lo primario.

Lo mismo con el lenguaje. No hay palabras “malas” ni hay palabras “buenas”. Hay palabras. Lo que determina que una palabra sea valiosa o sea una cloaca es la estructuración del lenguaje. Las palabras se “organizan” para transmitir. El comunicólogo transmite. Si está al servicio de una estética porno, primaria, y hasta bestial y agresiva arrojará palabras incluidas en contextos primarios, de un pretendido realismo que sólo es el pretexto de la pornografía del lenguaje.

Los medios de comunicación están en manos de cultores de la estética de la basura. Se habla, sin mesura alguna, con orgullo incluso, de la televisión basura. La televisión basura está hecha por emisores basura para receptores basura, o que muy pronto lo serán. Detrás de una pretendida autenticidad popular se encubre el más tosco de los primitivismos, la falta de elaboración, la frontalidad sin matices, la falta de ingenio.

Ninguno de estos comunicadores-basura tiene ingenio, ni talento. Sólo se limitan a reproducir (con un realismo extremo: tal como la pornografía) los aspectos más ásperos, más directos de una cultura que no lo es, de una estética de la no elaboración, de un arte que detesta el arte porque no sabe hacerlo y porque es más fácil copiar la basura, copiar el lumpenaje, la marginalidad extrema que expresarla en un contexto que la respete. El realismo basura no respeta lo que exhibe. Lo exhibe tal como dice que es. Pero ni siquiera “esa” realidad tiene la impureza, la tosquedad que los medios le otorgan. Porque lo más dañino que hacen los medios es una organización cloacal de la realidad.

Los sectores populares no viven puteando y hasta a veces suelen colocar una puteada con una gracia y una justeza a la que ni por asomo llegará el comunicador obsceno, que sólo busca lo directo, lo que golpea, lo que, incluso, asombra. De esta forma, el ciudadano medio que escucha a los comunicólogos cloaca con frecuencia no puede creer lo que escucha.

Se ríe de la guasada y, a la vez, se asombra de que se llegue a tales extremos. Bien, la pregunta es: ¿por qué se llega hasta ahí? Porque la basura es fácil y la basura vende. Un negocio en verdad redondo. Así, cada vez el receptor pedirá más basura. Como una comida cuyo condimento se aumenta día a día y llega por fin el instante en que nada alcanza. ¿A dónde piensan llegar los comunicólogos cloaca? Hasta donde sea necesario para seguir sumando rating. Ganando dinero con la basura. Lo grave de la basura es que crea más y más basura.

Cada vez los medios serán más cloacales y los receptores, para saciarse, necesitarán más explicitez, más frontalidad, más pornografía, en suma, más mierda. Una vez aquí, hundidos en la impecable mierda que día a día alimentan nuestros medios, no sabremos cómo salir porque viviremos, sin siquiera saberlo, sumergidos en ella.

Que quede bien claro: ésta no es una lucha entre puritanos que se asustan de las malas palabras y auténticos comunicadores populares que hablan el lenguaje del pueblo. Es una lucha entre gente decente y mercaderes impúdicos, traficantes de pornografía y apasionados, fanáticos envenenadores de conciencias, aniquiladores de ese pueblo que dicen representar y que, ante todo, si algo merece, merece que sea otra la gente que le dirija la palabra.

Si los medios son mediáticos es porque no son inmediatos, sino porque esa “mediatez” es creatividad, elaboración, arte popular o cualquier otra forma de arte. Pero arte, no pornografía.

2. Pocas cosas superan un ejemplo que golpea en el punto exacto. Como (me permitiré insistir en esto) los comunicadores cloaca se defenderán diciendo que están frente a dinosaurios puristas, frente a censores encubiertos o frente a beatos de la lengua obsesionados por su uso santo y virginal, recurriremos a un ejemplo, tomaremos una palabra fuerte, ruidosa, con porte de vendaval y llena de sonido y de furia, como Shakespeare, en Macbeth, imaginaba la historia. La palabra es la palabra “pedo”. ¿Es buena, es mala? Ni una cosa ni la otra. Si la usan dentro de la estética comunicacional cloaca será mala porque se apelará a su aspecto abiertamente gástrico, a su cualidad para el insulto torpe y desdeñoso, a la risa fácil que despierta. (El público está tan maltratado en esto que no bien escucha un insulto, una grosería, una puteada brutal se ríe. Es una ley del show business guarango: por cada puteada cien carcajadas fáciles. Los cómicos de las revistas lo saben: cuando se te acaben los chistes, cuando ya no sepas cómo hacer reír al público, decite una puteada: la platea reirá, ya están condicionados a eso como lo estaban los perritos de Pavlov para salivar ante la comida.)

Volvamos a la palabra-vendaval. En 1991 publiqué una novela, “El cadáver imposible”, narrada por un señor –en efecto– casto, puritano y, por consiguiente, bastante bobo. El hombre, el narrador, no quiere escribir esa palabra fea, la palabra “pedo”. Escribe, entonces, “ventosidades ruidosas”. Esta expresión es más cloacal que “pedo” porque revela el espíritu reprimido, inquisitorial y clerical medievalista de quien la instrumenta.

La cuestión, con las palabras, reside en el talento y el arte para usarlas. Eso las vuelve buenas o malas. Francisco de Quevedo y Villegas, que estudió con los jesuitas, murió en 1645 y nunca supo nada, pero nada de la tele basura escribió: “El pedo es tan importante / para la salud/ que en soltarle/ está el tenerla”. Y Leopoldo Marechal, que hizo de la cultura helénica la suya, cierra su “Adán Buenosayres” con una frase que es, sin duda, un vendaval de gracia y talento: “Solemne como pedo de inglés”.

Si alguno de nuestros comunicadores cloaca lograra, alguna vez, incluir una “mala” palabra en una frase de tal ingenio no sería eso, no sería un comunicador basura, sería un artista y bien ganada tendría la permanencia en su puesto. Si no sabe hacerlo, que le haga entonces un sencillo favor a la cultura de este país tan necesitado de actos generosos, de desprendimientos patrios: que se vaya.

*Filósofo. Escritor

LA ALDEA DEL CINE EN CASA

Frío con

DVDs

(Estrenos)

(Gentileza Video Club Guía Musical)


Furia de titanes

La historia de Perseo en su epopeya por vencer a la furia de los dioses y salvar la ciudad de Argos. En su camino se encontrará con monstruos y dioses, amigos y, cómo no, una princesa a la que salvar y un orden que restaurar. Perseo (Sam Worthington) lo conseguirá en calidad de héroe semidiós, hijo de Zeus. AVENTURAS-ACCIÓN. Int.: Sam Worthington, Liam Neeson, Ralph Fiennes, Gemma Arterton, Jason Flemyng, Alexa Davalos. Dir.: Louis Leterrier.

Siempre a su lado

Adaptación norteamericana del cuento japonés sobre el leal perro de raza “Akita” llamado “Hachiko”. Cada mañana, este can, “Hachi”, acompaña hasta la estación de tren a su amo, el profesor Parker, para despedirle, y luego, cada tarde, regresa a la misma estación para recibirle al final de la jornada. La situación se desata cuando esta rutina sufre una interrupción. DRAMA. Int.: Richard Gere, Joan Allen, Sarah Roemer Andy, Cary-Hiroyuki Tagawa, Jason Alexander, Erick Avari, Davenia McFadden. Dir.: Lasse Hallström.

La caja mortal

contiene un botón que, si se lo presiona, te da un millón de dólares… pero, al mismo tiempo, toma la vida de alguien que no conoces? ¿Lo harías? ¿Presionarías el botón? Es el año 1976 y Norma Lewis (Cameron Díaz) es maestra en una escuela privada, y su marido, Arthur (James Marsden) es un ingeniero que trabaja en la NASA, reciben de un misterioso hombre (Frank Langella) una propuesta que alterará su vida: la caja. TERROR-THRILLER. Int.: Cameron Diaz, James Marsden, Frank Langella. Dir.: Richard Kelly.

LA ALDEA DE LOS HOMENAJES


Homenaje

a boy scouts

desaparecidos

Familiares y Compañeros de Detenidos-Desaparecidos de Tres de Febrero llevó a cabo un homenaje a los 18 compañeros del Grupo de Scouts de la Parroquia San Francisco de Asís, de Villa Bosch, secuestrados durante la última dictadura. Éste se realizó el domingo 1º de agosto al mediodía en Bonifacini y Quintana, a una cuadra de la Capilla, en recuerdo del compromiso de aquellos a quienes dieron la vida por una causa solidaria, mientras hoy se sigue reclamando por verdad y justicia.

Un mural testimonial en el lugar donde se reunían los Boy Scouts, una marcha por el barrio recordando los lugares donde vivían y una radio abierta permitieron conocer sus historias y su compromiso a través del relato de los sobrevivientes del Grupo. La actividad estuvo acompañada por una murga y música.

El Grupo Scout de la Capilla de San Francisco de Asís de Villa Bosch se gestó a partir del Padre tercermundista Mario Bertone quien luego abandonó los hábitos para contraer matrimonio. Bertone, los jóvenes Scouts y la comunidad del barrio, pusieron entonces en pie esta capilla. La experiencia, fuertemente influenciada por el pensamiento del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, implicó nuevas formas de vínculo con la comunidad con el uso de música en las misas y la resolución conjunta de los problemas del barrio a través del trabajo social. Las huellas de la labor realizada en aquellos años siguen presentes en los techos y veredas de algunas de las casas del barrio.

LA ALDEA DE LAS PERSONAS Y LOS PERSONAJES

Cuando canta
el cantor


Adriana Castiñeiras*


El resonar de su guitarra marca su presencia. Su canto, anuncia a los transeúntes de Peatonal Belgrano y Yapeyú, en el centro de San Martín, que ahí está el cantor. Oscar Emilio Granese, guitarra en mano, cancionero a su lado, brinda su repertorio melódico con el que entretiene a los comerciantes y peatones desde hace ya 18 años.
Se enfermó de Polio a los dos años pero la enfermedad no lo detuvo. Aprendió a tocar la guitarra por sí mismo, de a poquito, a los catorce años. Más tarde algo de percusión y órgano mientras cantaba en cantinas en el barrio de La Boca.
Todos los días se levanta a las seis de la mañana, se toma unos mates y viaja una hora y media en colectivo desde San Miguel para cantar desde los clásicos temas de Los Iracundos hasta los que resuenan en las radios de hoy. Trabaja sin partituras “sacando de oído” las melodías, como explicó: “Las preparo a mi manera, hay canciones que teniendo linda letra son medio apagadas entonces les doy un poquito más de cachengue”.
Las dos carpetas, llenas de canciones, le sirven como ayuda memoria para no olvidarse la letras de las mismas. “Porque al cantar muchas canciones a veces se te hace una lagunita. Un reojo y ya está”, dijo sonriendo.
Autodefinido como trotamundo, canta todo el año en San Martín y luego a fin de año se va al norte, a Salta, por tres meses a tocar en las peatonales. A los 56 años su pasión por la música no se detiene y así aseguró:“Me sacás la música, me sacás todo”.

*Periodista de San Martín

LA ALDEA LITERARIA

La conjura de

los libreros

Por Roberto Di Vita*

CAPÍTULO CINCO

Resumen anterior: Las multinacionales del libro contra las librerías locales utilizan todos los medios para copar el mercado, el viejo José y sus amigos organizan la resistencia.

Pablo conoció a Silvina en el barrio de Villa Crespo, en la casa de los turcos ( que no eran turcos, sino árabes) sobre la calle Darwin, entre Muñecas y Martines Rosas.

En el número 145 de esa calle vivían los seis hermanos Fernández, de padre ex boxeador y luego predicador evangélico; el último cuarto de la casa se lo alquilaban a un bombero que luego se hizo policía.

En el 127 se encontraba el conventillo más famoso de la cuadra. Después estaba la casa del lechero, la verdulería de Juan, salteando el 145, la casa de los hermanos Rubén y Roberto Moreno, que salieron de Chacarita Juniors y pasaron por Boca y por Estudiantes de La Plata. La casa de los turcos (que eran árabes, no turcos); la casa de Leonardo donde se daban serenatas, la casa de los gitanos, la tintorería de Mauricio y justo en la esquina, la vivienda y el kiosco de la Tana.

Precisamente en el umbral de la casa de los turcos, Pablo y Silvina se conocieron, mejor dicho se vieron allí por vez primera.

Fue la siniestra tarde que el tira Meneses, rodeó en los bosques de Palermo al joven delincuente Amadito, el más amado por todos los turcos y lo mató de varios disparos con su pistola 45.

Silvina iniciaba sus primeros pasos en sociología, para un trabajo que se había tomado en la facultad. Pablo quería escribir una nota periodística, para un semanario en calidad de ad honoren, sobre el tema de la violencia de arriba y de debajo en la sociedad.

Amadito se crió en la casa de los turcos, hijo de padres árabes como uno más de los pibes de ese barrio de Villa Crespo. La ambición, las ansias de tener, de figurar y algunos reveses lo depositaron en el camino de la delincuencia.

Mientras tanto, Pablo y Silvina trabajaban cada uno en lo suyo y perfilaban juntos la amistad con el viejo José, el librero más conocido de Buenos Aires y alrededores.

Continuará

( Derechos Reservados ) rrd

*Escritor

LA ALDEA DE LA RECETA – CUENTO

Agosto

Mapu Pachamama

Madre Tierra

Por Marta Rodríguez*

Le habían enseñado que los ríos besaban el mar, y que ella podía dialogar con esas aguas, que corrían y corrían en busca de la gran cuenca.

Su pueblo recibía los frutos y ella era feliz cuando bailaban y cantaban en la orilla para agradecer sus bonanzas.

Sus mayores le contaron que hace muchos soles y muchas lunas, los hombres le hicieron mucho daño a la Mapu.

Devastaron todo. Sin piedad devastaron todo. La madre tierra los castigó.

Una serpiente gigante emergió de lo más profundo de la Mapu, de sus propias entrañas emergió y golpeó con furia sobre las aguas del mar. Todo se fue inundando. Y los hombres tratando de huir, caían y caían.

Unos quedaron petrificados. Otros caminaban cuando había que correr, y corrían cuando había que caminar.

Hubo los que caminaron cuando había que caminar y corrieron cuando había que correr.

Los que hicieron lo correcto, pidieron disculpas a la Mapu, lucharon y vencieron a la serpiente, bajaron de la montaña y dieron nacimiento al pueblo Mapuche. Su pueblo.

El río, la montaña y el viento, saben quiénes son.


Receta

PIRCO

(Esta comida del ámbito patagónico, es como dice la escritora Margarita Elichondo en su libro “ La comida criolla”: “Más allá de fortines y rastrilladas”)

Ingredientes

200 grs. Ñaco ( trigo tostado y molido ) / Grasa / 1 Cebolla / 1 Tomate / 200 grs. Porotos / 200 grs. Tocino / Sal

Preparación

Freír en grasa la cebolla picada y el tomate pelado, sin semillas y cortado en trozos. Añadir el ñaco en forma de lluvia, cubrir con agua. Incorporar el tocino cortado en trocitos y los porotos, previamente remojados (durante una noche ) y bien cocidos.

Cuando el pirco esté a punto, servirlo caliente.

*Maestra cocinera

y cuentista

01/08/2010

LA ALDEA DE LA LECTURA

Sálvese quien

Pueda

*Laura Banfi

Ni crucifijos ni ajos ni cintas rojas. Para estar a salvo, sostienen algunos, leer nos mantiene a salvo. ¿Cómo es esto? ¿De qué modo la lectura puede servir de escudo protector y engañar, incluso, a la muerte?

Vamos por partes. Primero pensemos qué es leer. Leer es más que descifrar códigos (como la escritura), es un proceso en el que interactúa el lector con el texto. Sí, leyó bien, más que con el autor, el lector se relaciona con eso que ha producido el escritor: el texto. Y como si cobrara vida, el texto nos da pistas a los lectores para que descubramos algo que va más allá de lo que el texto dice. Cuando leemos, entonces, en realidad construimos un sentido que supera lo que el escritor pretendía darnos como mensaje. Se lee y se piensa, se imagina, se compara con otras cosas vistas o leídas.

En segundo orden, hay varios tipos de lectura. La lectura lineal que empieza en la página 1 y sigue el orden propuesto de un libro es la más tradicional. Pero existen cada vez más las lecturas transversales, las que ocurren cuando se lee por Internet y que permiten que el usuario (y no es menor la denominación, la de usuario, más que lector) salte de una página a otra buscando ampliar la información o precisar un detalle.

Las nuevas tecnologías de información están cada vez más al servicio de un lector que busca fragmentadamente la información y se construye una propia. Inclusive la lectura está muy relacionada con la escritura: los blogs y en general toda información digital que circula en la web permite hacer comentarios, incluir, omitir, en definitiva crear permanentemente en base a nuestros intereses los textos. De este modo, hoy se prefiere hablar de escritura colaborativa, de un lector inquieto.

En tercer lugar, existe todo un debate acerca del tema de la lectura y de si los nuevos formatos que ofrece la tecnología (e-books o libros digitales) van a modificar negativa o positivamente los hábitos de la lectura y la escritura.

Por ahora, el formato de libro en versión papel resiste, y el libro sigue siendo un objeto preciado por muchos. Y con el libro, el ritual de, teniéndolo en las manos, sentir el papel y su olor, de pasar la mano por las letras impresas y sentir emoción sobre ese acto persiste. Póngase usted del lado que prefiera, pero sepa que el acto de leer (y escribir) va a modificarse en el mediano y largo plazo como consecuencia del avance tecnológico y del abaratamiento de los costos de los nuevos dispositivos digitales como los e-books.

En cuarto y último lugar, si reflexionamos porqué o para qué leemos, podemos encontrar causas distintas. Leemos para no estar solos, para divertirnos, para aprender, leemos porque otros nos piden que leamos, con ganas o sin interés. Pero la lectura, y esto permanece sin cambios, es una llave para abrir y entrar, de algún modo, a otros mundos. Por la lectura somos uno y otros, leer nos da la clave de otras vidas, de la nuestra y de las que no tenemos o nos gustaría tener. Por la lectura entramos en contacto con otros, nos relacionamos con lo distante, con lo distinto, con lo ajeno.

Leer es un acto también de creación, y somos un poco dioses asistiendo y fabricando mundos. Hasta podríamos decir, entonces, que entramos por la lectura en un “no tiempo”, casi en un espacio de inmortalidad.

Es en este sentido que el que lee está, mientras lee, a salvo(al menos por un rato). Sálvese quien pueda, entonces.

*Docente Especializada en

Ciencias de la Comunicación