jueves, 31 de enero de 2013

Carnaval en
la Argentina


En Corrientes

La ciudad de Corrientes es considerada la Capital Nacional del Carnaval. Los desfiles tienen lugar en un Corsódromo y su fiesta carnestolenda es considerada entre los mejores carnavales del mundo junto al de Río de Janeiro, Niza, Venecia y Nueva Orleans. Se destacan las comparsas Ará Berá y Sapucay, también participan Arandú Beleza, Samba Total, Samba Show e Imperio Bahiano, entre otras. En Paso de los Libres se festeja bajo la denominación Carnaval de Frontera y la Integración debido a la participación de brasileños que forman parte de las distintas comparsas. Cabe destacar que la ciudad tiene comparsas más antiguas que su vecina, la ciudad de Uruguayana (Brasil), y cuenta con sambódromo montado para los desfiles. El municipio es el organizador del gran evento. Sus comparsas son Carumbé (desde 1948), Zum-Zum (en 1955 tuvo la primer batería del país, ganadora muchísimos años en este rubro), Catamarca (comparsa de barrio) y la más joven Tradición (2004), además de las comparsas infantiles Zumzunitos (desde 1955), Carumbecitos (desde 1956) y Leoncitos (desde 2004). En Santo Tomé, vista como la Capital del Ritmo, sus comparsas son la exquisita Turma Do Fon Fon (desde 1959), la popular Aplanadora Marabú (desde 1960), Ipanema y Colón y las infantiles Fonfonitos, Marabucitos, Ipanemita, Cerroberacitos y Coloncitos. La Capital del Ritmo, con un corsódromo propio, es reconocida por sus bellas mujeres, potentes y perfectas baterías,  así como también por la pasión puesta de manifiesto por sus asistentes. En Curuzú Cuatiá se festeja bajo la denominación de Capital provincial de la Música sobre la avenida Laprida donde desfilan las comparsas Pitogue, Antifaz y Tova ra Anga. En Monte Caseros se festeja bajo la denominación Capital del Carnaval Artesanal, sobre el Corsódromo Paso de los Higos, donde se destacan las grandes comparsas Carun Berá, Orfeo Shanghay y las infantiles Orfeíto, Carunberacito y Grupo Alegría. La ciudad de Mercedes, siempre en la provincia de Corrientes, por otra parte, autodenominada Capital Provincial del Carnaval, los desfiles se realizan actualmente en el sambódromo Caní Zarate, y entre sus comparsas se destacan Itá Pucú, Villa Samba Show y Purajhei Porá. La ciudad de Bella Vista es reconocida por tener dos comparsas campeonas en Corrientes Capital como ser Anahí, Bicampeona nacional en los años 1995 y 1996 y Sapucay, Campeona provincial, en el año 1999. Alelí, la más nueva, es la tercera comparsa más desatacada. En el 2012 nace una nueva agrupación carnestolenda: Emperatriz.

En Entre Ríos
Carnaval de Gualeguaychú


Desde Corrientes la costumbre se trasladó a Entre Ríos, celebrándose principalmente en Concordia, Gualeguay y Concepción del Uruguay, aunque el centro carnavalesco más importante es Gualeguaychú, donde se construyó un escenario dedicado a la fiesta llamado corsódromo, con capacidad para 35.000 espectadores sentados.
Las principales comparsas de Gualeguaychú son Papelitos, O'Bahía, Marí Marí, Kamarr y Ara Yeví, todas con más de veinte años de antigüedad. Desde hace varios años, de las cinco grandes comparsas sólo desfilan tres cada año, pues está comprobado que el reparto de las utilidades no es compensatorio si se divide entre cinco. Las comparsas de Gualeguaychú tienen un límite de 250 integrantes como máximo.
Es un gran atractivo turístico, y las diferentes comparsas compiten entre sí para ser elegidas ganadoras por el jurado que evalúa diferentes aspectos de su organización Los rubros que el jurado evalúa son carrozas, vestuario, música y baile .
Algunas comparsas invitan a figuras del espectáculo y modelos de renombre nacional para sumar atractivo a sus realizaciones.

En Jujuy
Carnaval de Humahuaca


Los carnavales del norte argentino son marcadamente diferentes de los celebrados en otras regiones del país.
En Jujuy se celebra especialmente en la Quebrada de Humahuaca aunque se celebra en toda la provincia .
Los hitos más importantes dentro de las ceremonias de carnaval son el desentierro y el entierro del diablo de carnaval o Pujllay. Éste está representado por un muñeco que simboliza la liberación de los deseos reprimidos. Es por tanto una especie de dios de la celebración y la lujuria. Durante el carnaval todos pueden ser Pujllay (que significa "juego, baile o alegría").
Una semana antes al carnaval comienzan a desarrollarse carnavalitos y bailecitos, en donde se bailan danzas tradicionales. Durante la celebración del carnaval grande los participantes acompañan a las comparsas y se congregan en los alrededores de los pueblo para llevar a cabo la ceremonia de "desentierro del carnaval" y finalmente, una semana después, el "carnaval chico"(el entierro).
Las comparsas y participantes se reúnen alrededor de mojones de piedra, generalmente ubicados en las afueras de la ciudad y se procede a desenterrar al Diablo Carnavalero que simboliza al rojo sol, que, según la creencia es quien fecunda a la Pacha Mama (madre tierra), dando origen a las semillas, raíces, troncos, follajes y frutos de la región.
Los diablos aparecen antes del comienzo de la ceremonia. Una vez finalizada la ceremonia todos bajan cantando canciones y se tiran agua, harina, talco y serpentinas. Luego van por las casas cantando coplas.
El  Domingo de Tentación finalizan los festejos con la ceremonia de enterrar al diablo, que volverá a su escondite con hojas de coca, alcohol y cigarrillos para permanecer enterrado durante un año.
En Salta se realizan los corsos con numerosas presentaciones de danzas propias y también danzas bolivianas como son los caporales, tinkus, diabladas. Esto por la proximidad de la frontera con el país Bolivia.


Carnavales en la Ciudad de Buenos Aires
Carnavales históricos


El carnaval comenzó a celebrarse a partir del 1600, mezcla de legado español y el candombe bailado por los esclavos negros.
Los bailes de carnaval se comenzaron a realizar en locales cerrados a partir del año 1771. Al principio eran organizados en casas particulares y luego se trasladaron a los clubes barriales. En época del Brigadier Rosas tuvo importante auge: Vicente Fidel Lopez da cuenta de la celebración del 25 de mayo de 1836 en Plaza de la Victoria con la participación de 6000 negros dando lugar a una reunión de indescriptible colorido y desbordante entusiasmo. A las Fiestas de Candombe concurrían Manuelita, doña Encarnación y el propio gobernador Rosas ("El Candombe", Rubén Carámbula, Ediciones del sol, ISBN 950-9413-64-X.) En 1858 aparece la primera comparsa y en 1869 se realiza el primer corso, con la participación de máscaras y comparsas. Al año siguiente, se incorporan carruajes.
Entre finales del siglo XIX y las primeras décadas de 1900, los corsos alcanzaron su máxima popularidad, pero a partir de 1915 las comparsas comenzaron a desaparecer, y surgen las murgas, con características diferenciadas en el tipo de música y formas de manifestación, siendo más grotescas y picarescas.

Carnavales actuales

Las murgas y agrupaciones artísticas participan en corsos itinerantes por los diferentes barrios de la ciudad durante todos los fines de semana del mes de febrero. En 1997 la legislatura de la ciudad lo declara Patrimonio Cultural de la Ciudad.
Algunas de las principales murgas son Los auténticos rayados de Lugano (Villa Lugano) Fantasía Arrabalera, Los Mocosos de Liniers, Los Reyes del Movimiento, de Saavedra; Los Cometas de Boedo, Los Viciosos de Almagro, De Paso Cañazo, Los Pibes de Don Bosco (primera murga salesiana del mundo), Los Linyeras de la Boca, Atrevidos por Costumbre, Los Amantes de la Boca, Los Chiflados de Almagro, Los Preferidos de Villa Urquiza , Los Endiablados de Villa Ortúzar, Los Dandys de Boedo (la primera de este barrio porteño) entre tantas más.
También existe un circuito alternativo de carnaval, integrado por murgas que prefieren la autogestión de sus carnavales, sin reglamentación de los gobiernos de la CABA o municipales. Entre ellas, Los Piantados, de Paso Del Rey, Firuletes de Pompeya, de Merlo; Espíritu Cascabelero, de Lanús; Los Juglares, de Wilde; Cachengue y Sudor, de Caballito; Los Guardianes de Mugica, de la Villa 31; Los Pegotes, de Florida; Mala Yunta, de Floresta; Despilfarrados, de Colegiales; Los Que Nunca Callarán, de Colegiales; Resakados del Trueno, de San Miguel, Poseídos por Momo, de Tres de Febrero, entre otras.
Estos grupos son autogestionados por los propios murgueros, manteniendo los ideales de murga –sin aportes gubernamentales–, donde éstas juegan un papel de integración socio/cultural y a veces crítico con relación al gobierno de turno. Se autodenominan “murgas independientes”.

Carnaval y agua

Una práctica común en tiempo de carnaval es jugar con agua. En el siglo XIX era costumbre rellenar huevos con agua para después lanzarlos. Las familias de clases más acomodadas compraban huevos de ñandú para tal fin. También se llenaban con agua de colonia. Otros objetos utilizados para lanzar agua eran bolsas de papel, pomos, baldes o jarros. En estos juegos participaban tanto grandes como chicos. En la actualidad, los niños de los barrios son quienes juegan con agua entre sí durante el día, llenando pequeños globos con agua.

En la Provincia de Buenos Aires - Lincoln

Lincoln, Capital nacional del carnaval artesanal, es el verdadero símbolo de una tradición que se inició en el año 1928, cuando el profesor Enrique Urcola incorporó métodos utilizados en el Taller de Escenografía del Teatro Colón, donde trabajó, modelando las figuras con la superposición de trozos de papel con engrudo, técnica que se conoce con la palabra de idioma italiano cartapesta. Urcola confeccionó una carroza con movimiento llamada Peliculeros, dando origen a lo que es hoy el principal atractivo del carnaval: las figuras mecánicas. Luego realizó una pareja de abuelos que giraban la cabeza y movían los ojos, mientras se hamacaban en un sube y baja. Posteriormente, creó el vehículo manomóvil con Trifón y Sisebuta, personajes de la historieta de George McManus. A partir de allí, los artesanos  fueron superando en cada una de las ediciones. De este modo, surgieron las minicarrozas y las máscaras sueltas.