jueves, 1 de enero de 2009

LA ALDEA DE LOS HOMENAJES
50 años de dignidad

El primero de enero de 1959, un grupo de jóvenes guerrilleros barbudos, liderados por un tal Fidel Castro Ruz, bajaban triunfantes de la Sierra Maestra en la isla de Cuba, y, junto con los patriotas de las ciudades, hartos de ser el prostíbulo de los EE.UU., tomaron el poder echando a patadas al sangriento dictador Fulgencio Batista. El hecho se lo denominó la Revolución Cubana.

Aplaudida y con la simpatía de buena parte del mundo de esa época, al poco tiempo, en plena “Guerra Fría”, y por su ánimo de independencia del poder norteamericano sufre hasta hoy, sí, 50 años después la condena de un criminal bloqueo comercial y de toda clase por parte de ese gran país del norte y sus socios.

Bloquear un país no es tirar piedras al aire, es privar a millones de seres humanos de los insumos mínimos y básicos para sostener su industria, el comercio, la salud, la educación. Ése es el costo que le impone hace medio siglo el Imperio a Cuba por su atrevimiento.

Sin embargo, Cuba, con su fortaleza, la de su pueblo y sus líederes, más la solidaridad de los países y pueblos del mundo que repudian semejante medida y apoyan la libre autodeterminación, han hecho posible, aunque parezca mentira, que Cuba se haya sostenido sin bajar sus banderas y, por si fuera poco, tenga uno de los más bajos índices de mortalidad infantil del Planeta, y uno de los más altos en educación y salud, según datos de las Naciones Unidas.

Tanto ha avanzado en estos temas, que hace años Cuba se da el lujo de “exportar”, por solidaridad, a sus médicos para terminar con las enfermedades del cuerpo y educadores para aliviar de las “enfermedades” endémicas del analfabetismo y la pobreza que afectan a tantos de nuestros pueblos, como hoy lo hacen en Venezuela y Bolivia. Países de esta Latindioamérica, sojuzgada y explotada hace más de 500 años por un norte desarrollado y capitalista, hoy en este mundo globalizado.

Así también se da el lujo de “importar” viajeros y turistas que hacen viajes de salud y se atienden en sus modernos y avanzados hospitales públicos, ahí en ese pequeño caimán en medio del Mar de las Antillas.

¿Que el socialismo es la panacea? Para los cubanos, en su situación, sin duda. En nuestros países, todo está y sigue por hacerse, y la forma que tengan las soluciones, deberá ser como cada pueblo lo determine. Cuba, la isla mayor del Caribe, con pocos recursos naturales, salvo el azúcar y algunos minerales, aunque con una porfía y un trabajo indubitables de su pueblo, eligió ese destino.

Y en ese camino sigue hace medio siglo, y su cabeza no la ha vuelto a bajar, aún ante el poder más grande de la Tierra, y aún, ante las más terribles calamidades, amenazas y acechanzas, como un ejemplo de coraje y dignidad. R.S.
LA ALDEA DE LOS HOMENAJES

50 años de dignidad



El primero de enero de 1959, un grupo de jóvenes guerrilleros barbudos, liderados por un tal Fidel Castro Ruz, bajaban triunfantes de la Sierra Maestra en la isla de Cuba, y, junto con los patriotas de las ciudades, hartos de ser el prostíbulo de los EE.UU., tomaron el poder echando a patadas al sangriento dictador Fulgencio Batista. El hecho se lo denominó la Revolución Cubana.Aplaudida y con la simpatía de buena parte del mundo de esa época, al poco tiempo, en plena “Guerra Fría”, y por su ánimo de independencia del poder norteamericano sufre hasta hoy, sí, 50 años después la condena de un criminal bloqueo comercial y de por parte de ese gran país del norte y sus socios.
Bloquear un país no es tirar piedras al aire, es privar a millones de seres humanos de los insumos mínimos y básicos para sostener su industria, el comercio, la salud, la educación. Ése es el costo que le impone hace medio siglo el Imperio a Cuba por su atrevimiento.Sin embargo, Cuba, con su fortaleza, la de su pueblo y sus líderes, más la solidaridad de los países y pueblos del mundo que repudian semejante medida y apoyan la libre autodeterminación, han hecho posible, aunque parezca mentira, que Cuba se haya sostenido sin bajar sus banderas y, por si fuera poco, tenga uno de los más bajos índices de mortalidad infantil del Planeta, y uno de los más altos en educación y salud, según datos de las Naciones Unidas.Tanto ha avanzado en estos temas, que hace años Cuba se da el lujo de “exportar”, por solidaridad, a sus médicos para terminar con las enfermedades del cuerpo y educadores para aliviar de las “enfermedades” endémicas del analfabetismo y la pobreza que afectan a tantos de nuestros pueblos, como hoy lo hacen en Venezuela y Bolivia. Países de esta Latindioamérica, sojuzgada y explotada hace más de 500 años por un norte desarrollado y capitalista, hoy en este mundo globalizado.Así también se da el lujo de “importar” viajeros y turistas que hacen viajes de salud y se atienden en sus modernos y avanzados hospitales públicos, ahí en ese pequeño caimán en medio del Mar de las Antillas.¿Que el socialismo es la panacea? Para los cubanos, en su situación, sin duda. En nuestros países, todo está y sigue por hacerse, y la forma que tengan las soluciones, deberá ser como cada pueblo lo determine. Cuba, la isla mayor del Caribe, con pocos recursos naturales, salvo el azúcar y algunos minerales, aunque con una porfía y un trabajo indubitables de su pueblo, eligió ese destino.Y en ese camino sigue hace medio siglo, y su cabeza no la ha vuelto a bajar, aún ante el poder más grande de la Tierra, y aún, ante las más terribles calamidades, amenazas y acechanzas, como un ejemplo de coraje y dignidad. R.S.
LA ALDEA COLECCIONABLE
Historia Nuestra
La “Libertadora”ya no pega tan fuerte
Proscripción del peronismo y crisis de partidos políticos

A partir de 1955 las Fuerzas Armadas, algunos políticos y grandes empresarios se propusieron eliminar el peronismo de la sociedad argentina, ya que lo consideraban el causante de la crisis económica que atravesaba el país, porque consideraban que había distorsionado el proceso de acumulación y distribución de la riqueza.
La exclusión o no del peronismo en el sistema político fue muy polémica y atravesó al conjunto de la sociedad y en especial la estructura de los partidos políticos opositores.
Dos años después del golpe, el gobierno de facto afrontaba una importante crisis económica y una creciente presión social. En este marco, el gobierno de Aramburu convocó a una Convención Nacional Constituyente para reformar la Carta Magna, buscando legalizar la derogación por decreto de la Constitución Peronista de 1949.
Las elecciones para una Constituyente en 1957 demostraron que el peronismo no estaba muerto. Los votos en blanco, según las directivas que Perón envió desde su exilio, obtuvieron el primer lugar. La UCR (Unión Cívica Radical) se dividió en dos sectores, la UCRP o Unión Cívica Radical del Pueblo liderada por Ricardo Balbín, obtuvo el segundo lugar y el tercero, el ala izquierda del radicalismo, la UCRI (Unión Cívica Radical Intransigente) capitaneada por Arturo Frondizi, que aspiraba a ser el heredero de Perón.
Esta última, se retiró en señal de protesta de la Convención Constituyente, acercándose al peronismo.
También, se profundizaron los enfrentamientos en el Partido Socialista. Alicia Moreau de Justo y José Luis Romero fundaron el Partido Socialista Argentino, que planteaba un alejamiento de la “Libertadora”, y a ellos se sumó Alfredo Palacios. Por otro lado, un grupo liderado por Américo Ghioldi formó el Partido Socialista Democrático que siguió apoyando la política oficial.
El Partido Comunista, bajo la conducción de Vittorio Codovilla, reclamó el cese de la represión y se acercó al peronismo, fundamentalmente en la lucha sindical y gremial.
Dentro de un marco de falta de legitimidad, ya que había un partido político proscripto, y con el quórum estrictamente necesario, hasta que se retiraron los radicales del pueblo, la Convención Constituyente declaró legalmente vigente la Constitución Nacional de 1853, con sus reformas de1860, 1866 y 1898, y con la expresa exclusión de la reforma de 1949.
Se amplió el artículo 14, conocido como 14 bis, en el que se incluyeron los derechos sociales y laborales.
Después de esta reforma constitucional, la adhesión al peronismo aumentó, al igual que el repudio de las bases sindicales a todo tipo de represión y prohibición del gobierno.
El gobierno decidió convocar a elecciones nacionales, Frondizi se alió con Perón, que mantenía desde el exilio su autoridad más que simbólica. A cambio, la UCRI se comprometió a levantar la proscripción al peronismo, normalizar la CGT y devolver los cargos a los dirigentes.
Con este apoyo, Frondizi ganó la presidencia en 1958, así como renunció al apoyo popular y se acercó al sector industrial, al que convocó en la lucha contra los terratenientes, para intentar realizar la reformas que la Argentina necesitaba.

Prof. Isabel Rodríguez
LA ALDEA PSI
Cuerpo y vejez

En nuestra cultura las señales que el paso del tiempo va dejando en el cuerpo son evocadoras de displacer, de conflicto o desencuentro.
Sería quizás importante considerar la intersección subjetividad-cultura.
¿Son nuestros adultos mayores valorados como bastiones de la tradición? ¿Como portadores de sabiduría? ¿o eslabones en la cadena intergeneracional?
Más que esto me arriesgaría a decir que se va construyendo una representación social relacionada con padecimientos, achaques, declinación física, sexual, de cambios en los hábitos del sueño o la comida, conformando esta sinonimia: vejez igual a enfermedad.
Podríamos seguir con el listado, decadencia, rigidez, falta de memoria, es decir, lo más parecido a una enfermedad degenerativa, incluso hasta por aquellos que trabajan en los sectores de educación o salud.
Acostumbrados a desnaturalizar aquello que quiere imponerse con visión de certeza, recurrimos a nuestros propios modelos de envejecimiento, es decir, a los viejos que llevamos dentro, padres, abuelos, amigos, y descubrimos cuánto de estereotipia se cierne sobre este discurso.
Sería imposible negar las transformaciones que evidentemente se manifiestan en la estructura y la fisiología corporal, pero sin dejar de pensar que cada sujeto es único, y que en cuanto al proceso de envejecimiento nos referimos, no podemos ingresar en el terreno de las generalizaciones.
Y es allí donde desmentimos esta configuración imaginaria colectiva con respecto a esta etapa y sus efectos en el cuerpo.
El Dr. Leopoldo Salvarezza denomina “viejismo” a este prejuicio. Es decir, juicio previo que se le sobreagrega a toda persona por el hecho de portar años, que resulta estigmatizante.
Esta mirada del otro a través de la dialéctica identificatoria hace mella en el psiquismo individual y va construyendo esta certeza antes mencionada, de allí que sea una etapa tan negada.
P. Ariés el historiador francés dice que la sociedad descansa sobre tres negaciones: la muerte, la vejez y el rechazo de los niños.
Pero sin remontarnos a la historia de la vejez, a cómo en cada etapa se la ha valorado o significado, podemos afirmar que las teorías, los prejuicios, encarnan en nosotros, más allá de que expresemos su rechazo, de que nos resistamos mediante lecturas o la adopción de modelos edificantes.
En realidad, a diario se comprueba que pareciera no existir bálsamo para estas fantasías, incluso, porque hay toda una industria elaborando productos para hacernos sentir cada día más jóvenes y bellos. El intento de detener el reloj, es una de las crisis más conocidas dentro de la mediana edad.
Esto retroalimentado por una cultura que registra un debilitamiento en todos aquellos valores o ideales asociados a fines más altruistas, como la solidaridad, los afectos, la espiritualidad.
Y diría que éste es el gran problema del Adulto Mayor. Ya el Dr. Henry Ey lo decía, el problema de adaptación a esta etapa, pero ahora con el sobreagregado de adaptación no sólo al cuerpo en la etapa, sino a una cultura que ve al cuerpo no como “como una fiesta” decir de Eduardo Galeano como un producto más para ser consumido.
Por ende, al no encarnar ya la belleza, la lozanía, el vigor, la fuerza, que son los rasgos sobreestimados de la época, los cambios que se dan en su cuerpo serán vivenciados con toda eficacia traumática.
Maggie Khun, líder de un grupo de activistas los Grays Phanters, portaba una pancarta que decía: “tocadme, las arrugas no son contagiosas”.
(Nota completa en
http://eleonoracarrazco.blogspot.com/2008/11/cuerpo-y-vejez.html)

Eleonora Carrazco
Psicóloga Social
4922-0206
LA ALDEA DEL CUENTO
El cuento de Mirna
por María Elsa Rodríguez

Si no les doy mi nombre, es porque quizás lo que voy a relatarles suene más que a denuncia, a resentimiento o a “deschave”.
Vivo en el barrio, y acá se sabe todo de todo el mundo... cuando estaba en el centro era otra cosa. Es domingo y si hoy estoy así, de “entrecasa”, es porque no me siento bien, es mi primer cumpleaños sola y me duele que mi hija no me haya llamado todavía. Quizás ni lo piense hacer... también, tuve que soportar a mi amiga Dolores “y sus lamentos”... (evidentemente el nombre condiciona). Otra cosa que “te condiciona” es el trabajo... “El laburo” es hombre, pero puede destruirte... porque está lleno de mujeres imposibles, que de ser “macanudas a simple vista”, se vuelven tus enemigas mortales. Por eso yo preferí cambiar “El Ministerio por la mercería (a tres cuadras de casa, ganaba en tranquilidad y tiempo para mi)”.
Pero, creer o reventar, igual hay envidia... las mujeres somos capaces de envidiar cualquier pelotudez... ¡Siempre que la tenga otra mujer!. Mi “ex” antes de mi, tuvo otra “ex”... ¡Y yo se lo envidiaba a ella!... Me di el lujo de traérmelo al señor, y “venirme al barrio” para tener mi casita y “la mercería”... (con la señoras que cosen y sus puntillas). Haciéndole la lencería a las otras. ¡Qué boluda!. Para colmo, “para salir un poco”, se me ocurre vender cosméticos: ”Consultora de belleza, a sus órdenes”... ¡Qué truchada!. Todo el día escuchando a señoras con celulitis y mocosas con acné:
“Bueno, chicas... les vine a salvar la vida... sí señora, aunque usted no lo crea... ¿Cómo es su nombre?... ¡Yo tengo una amiga que también se llama Delia, qué pequeño es el mundo!... Ingrese a mi empresa... ¡Nos da tantas oportunidades!. Conozco gente todo el tiempo”... ¡PERO NUNCA UN SEÑOR, claro! ¡Qué injusticia deslomarse así al pedo!
Y, por sobre todas las cosas, me jode haber tenido que escuchar a “mi ex amiga” Mirna, contándome su propio primer cumpleaños “recién abandonada”. Ella, ahora está deprimida... y me llama, después de tanto tiempo... para contarme “ese día fatal”:
“Solo cuarenta y ”... lo malo de “solo” es que suena a: “sola”... “señora cambiada sin consulta previa”... Tantas explicaciones para dar... no sé lo que es peor, aguantar a los que les tengo que contar por qué me mudé, o a las que ya saben y no saben lo mucho que me rompen”... Yo muda, escuchaba el cuento que me hacía, para ver adónde quería llegar:
“No voy a dar pena”... me dije...me levanto y listo... la cago a mi vieja, que es capaz de no ir a misa para pescarme en la cama. Se la pasó criticando ... que seguro algo habré hecho para que se fuera con la pendeja... ¡Sí, crecí, mamá, crecí!...”
¿Y a mi que me interesa?... Peor lo que me dijo la muy vil de la mía cuando me dejaron: “si esperabas una semana más podíamos estar festejando tu cumpleaños”. A veces la odio... ¡Y las otras veces también!... ¡No es una “Idishe mamme”!...Pero parece. ¡No es judía, es racista!
Me voy a arreglar... ¡Me cago en la maldita gravedad que nos juega en contra “y manda todo para abajo”!. ¿Cuándo se me vino abajo la estantería?... Yo acá tenía una cintura bárbara... eso también “le pasó” a ella, que seguía con su interminable monólogo:
“¡Claro! Él, a la pendeja le ve 'a primera vista' lo que yo ya me tengo que 'andar dibujando'... Me temo que el gimnasio... 'a las chicas de nuestra edad', nos encontrará: 'unidas o abandonadas'... ¡Qué sacrificios no habremos hecho por ellos! ¡Desgraciados, desagradecidos!... Ya me pongo a régimen y 'me hago toda nueva'... pero, empiezo mañana, porque hoy es mi primer cumpleaños sola y ni torta tengo... ¿Estará bueno el pibe del delivery?... ¡Cuántas preguntas! Al final, yo también parezco una pendeja”.
Me da bronca, pero también algo de risa, que lo viva con angustia... ustedes creerán que soy una arpía, pero le he aguantado cada cosa a Mirna... que me pudre que se venga con “la historia de su pena” justo hoy... la tía Rosa, le decía: “menos mal que te estás poniendo más gordita, porque a ellos les gusta tener de donde agarrarse”. El se lo estaba advirtiendo: ”hacete un lifting, ponete lolas”... le decía...“Si ya tengo dos”, le contestaba ella... ¡Qué tarada!. No buscaba una respuesta ingeniosa, él... ¡Es que ya no tenía de donde agarrarse, “el pobre”!
Mirna “no dejó títere con cabeza”... es de las que te cargan: “¿No te aburre la rutina?. ¡Todo el día detrás de la nena!”. Tendría que reconocerme algún mérito... pero, evidentemente no se da cuenta. Es como un crítico de cine (profesión netamente femenina o “de trolos”, por lo jodida). Sólo critican y ni una película han filmado... ¿Cómo pueden saber tanto de lo que no han hecho?. Y mi nena, ya está dando qué hablar... “a alguien habrá salido”. El crítico te manda a ver “la mejor película de la semana”... no importa que vos quieras reírte para olvidar. Ellos “te explican” que, en realidad, “tenés que ver” una película que te hace llorar como loca, y al final... por tanto sabio suelto: ¡Te querés matar!
Cuando yo le preguntaba algo, me respondía: ”Eso es personal... lo tenés que resolver vos”... y yo, lo que quería saber “tan ansiosamente”, era: “¿Cómo me quedará el pelo más corto?”, por ejemplo. No, acerca de mi vida o de mi pareja... que, como “ya fue pareja de tantas”, se ve que no era algo “tan personal”... (todo el mundo opinó de eso)... ¡Y el marido si que es un “objeto” personal!... ¡Personal y exclusivo!. No te digo que como el cepillo de dientes... ¡Pero debería serlo!. Porque una no le anda prestando a cualquiera lo que se lleva a la boca. Mirna no comprende realmente la situación... justo a mí me cuenta:
“Me conformo con que la pendeja le contagie algo mortal... o lo largue y se muera de vergüenza... ¡Mínimo!. Porque le habrá visto el auto la piba... mirá si lo hubiera visto 'en el bondi' como lo vi yo... ¡Ni bola que le daba!”
¡Qué rabia! Hoy voy a llorar a lo loco para que se me acaben todas las lágrimas... “mi vida es un tango”, ya no vivo “en un palacete de Barrio Norte”, ni soy “la reina del hogar”. Aunque, como “La Cenicienta”... me la he pasado barriendo “la tierrita turra” que se empecina en volver al otro día y se deposita en el mueble que ya limpié. La tierrita es mujer, jodida y persistente como una madre... y yo soy “Mujer y Madre”. Acá estoy, contándoles a unos perfectos desconocidos, que fui yo “la que le hice el cuento a Mirna”... para que tenga de su propia medicina. Hoy me llamó: “para descargarse” (debido a que desde que me robó a “mi ex”, se sintió mal... y me lo quería decir... ¡Lo podría haber hecho hace años!). Lo que la tenía mal (quizás ustedes ya se hayan enterado)...era que “Él”, ahora, también es “su ex”... porque “una pibita se lo llevó”...¡Hija e' tigre!...
Si no fuera mi hija, y si no supiera que el zátrapa ése no la merece, estaría a las carcajadas. Pero “la nena” cree que no la entiendo... (le habrá dicho él). Por supuesto que la entiendo. Mi enojo fue por la sorpresa (y era con él). El mismo que se fue con Mirna porque: “mi hijita nos molestaba tanto cuando era chiquita”. Al final, somos como: “Los ángeles de Charlie”, tres boludas seducidas por el mismo tipo, sin conocerlo jamás.La vida te da revancha. Mamá tendría que reconocer ahora, mi talento para criar a esta vengadora que dejará de ser anónima prontamente... Cuando Mirna se avive de la “infeliz coincidencia”, se va a caer de ojete... ¡Ojalá se rompa bien el culo!
LA ALDEA DEL CUENTO

Pajarito




–Mire la boquita, Doña, es como un piquito; si hasta parece un pajarito.
Juana estaba exhausta. El parto había sido difícil; miró con ternura a su hijo, jamás había visto un niño tan pequeño. Lo llamó Eusebio, como su hombre, pero las palabras de la comadrona fueron proféticas.
Desde ese día fue Pajarito; nunca nadie preguntó su nombre. Era un niño flaquito. Sus brazos y piernas de tan finos parecían palitos. Su piel era pálida y aceitunada. Los ojos pequeños y redondos se apoyaban en la nariz delgada y levemente inclinada sobre los labios.
Pajarito era solitario, con la salud enclenque, como decía su madre. No tuvo hermanos y las manos para la labranza que eran necesarias en la casa quedaron resignadas con Pajarito.
Tal vez por la cercanía con la vivienda, el niño pasaba horas junto al gallinero. De a poco se fue acercando a las aves; comenzó a darles de comer, a barrer la tierra, a recoger los huevos. Daba placer observarlo llegar corriendo a la puerta de alambre, y ver el revuelo que se armaba con los plumíferos: el gallo salía a su encuentro precedido de gallinas y polluelos cacareando y piando en un gran jolgorio. Además, pájaros autóctonos y otros emigrados se sumaban con sus trinos al encuentro del muchacho.
Pajarito con destreza imitó sus voces. Era tal la variación del repertorio y tan perfecto el sonido, que la gente del lugar dejaron de llamarlo Pajarito, pío, pío para escucharlo con respeto y embeleso. Su fama trascendió las fronteras del pueblo, y personas de otros lares llegaron en caravana a Los Troncos a escuchar “al joven que cantaba como los pájaros”.
Tanta actividad lo alejó del gallinero; Juana intentó reemplazarlo, pero ocurrió que las ponedoras dejaron de poner huevos y picotearon los que tenían. El gallo se negó a servirlas y los pollitos resolvieron no crecer más. Pajarito cada día que pasaba se veía más pálido, más delgado, y con su voz que se iba perdiendo, sin que nadie supiese por qué.
El muchacho no pudo volver a su tarea, avergonzado y cabizbajo, salía a caminar y volvía cuando el día se ocultaba. Nadie en la casa le preguntó adónde iba; sólo esperaban verlo recuperado trabajando en el gallinero.
Una tarde que el invierno comenzaba con sus adioses, Pajarito partió al atardecer, luego que sus padres se guardaran en la casa. No se fue sólo, en silencio de exilio, todos los integrantes del gallinero formaron parte de la peregrinación. Los pájaros autóctonos y emigrados silenciando sus trinos los escoltaron.
Por más que los buscaron nunca nadie logró ubicarlos.
Lo que no saben es que el bosque de Los Talas, pueblo vecino, recibió al nuevo Moisés. Una maraña de malezas protegió a los arribados. Las aves se adaptaron sin problemas al nuevo paraíso. Pajarito volvió a ser Eusebio, desplegó sus alas y aprendió a volar.


Marta Rodríguez
22/12/2008