jueves, 13 de noviembre de 2008

LA ALDEA TAPA
Estación esperanza

En este fin de 2008, hablando de ganas y estados de ánimo, los humanos nos debatimos entre dos actitudes polares: la esperanza por un cambio en el mundo nuevamente y la desesperanza de que todo va todo para peor y que nada cambiará.
En relación con lo anterior, no sabemos muchas cosas, salvo que el escenario mundial ha cambiado. Por ejemplo, no sabemos si el señor Barak Hussein Obama, el nuevo presidente electo del imperio norteamericano, a este “patio trasero”, que es Latinoamérica para ellos, será tomado en cuenta para una política entre pares tras décadas de ominosa intervención directa o indirecta de su parte. Si la amenazadora presencia de la cuarta flota mirando nuestros procesos políticos seguirá presente. Si su cultura macdonalizada metida a través de la tecnología global en cada una de nuestras neuronas nos sigue impidiendo concebir otras formas de vida diferentes de la misma. Si nuestra desconfianza acerca de cómo miran nuestras reservas naturales que, con la anuencia de gobiernos genuflexos, sus empresas se siguen llevando, se disipa, y es respetada una explotación racional de recursos que no destruya el medio ambiente por un presente y un futuro sustentables.
Así y todo, algunos tenemos esperanzas de que esto cambie. Otros, no tanto, y no es para menos. Aunque, sólo con la sumatoria de ambas miradas más la participación ciudadana se puede hacer valer el poder soberano de la Nación. Como hito, el recuerdo y homenaje a aquella heroica batalla de la Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845, donde las fuerzas políticas y militares de la Confederación se plantaron ante la prepotencia anglo-francesa de la época.
Entonces, resulta plausible participar, apostar, hacer, decir, intervenir, luchar, votar, incidir en la vida política y social de nuestro país, del mismo modo que la mayoría del pueblo norteamericano hizo al elegir al señor Obama hace unos días: por un cambio a favor de la paz y los intereses de las mayorías en medio de la peor crisis financiera internacional de este capitalismo global.
Por un rato, a muchos se nos contagió la alegría popular de ese millón de personas en las calles de Chicago donde Obama dio su primer discurso. Precisamente, allí, en Chicago, la ciudad donde reside la Universidad de donde salieron los cerebros que destruyeron nuestras economías “periféricas” en los años ’90 con un modelo neoliberal sin anestesia, la anuencia del menemato y que ahora, no sin obstáculos, resistencias e incomprensiones, el gobierno actual intenta revertir.
La emoción por las imágenes de los manifestantes y hasta el pastor Jesse Jackson llorando por el triunfo de Obama volvía a repetir aquello de que todo lo popular polariza sentimientos. Sobre todo porque este representante de las minorías negras preocupadas por lo social del país-imperio, condensa, por un instante al menos, el símbolo de lo que en otro tiempo lo fueron las grandes movilizaciones por los derechos civiles en las década del ’60 y ’70, lideradas por Martín Luther King, Malcolm Equis, Angela Davis y el gran Muhamad Alí.
Entonces, aunque no sepamos cómo sigue la historia, porque el color de la piel de alguien no determina la política interior y exterior de un país, aplaudimos la elección del pueblo norteamericano porque deja atrás, al menos, la pesadilla del guerrerismo fascista de los Bush, sintetizando en Obama años de lucha por la igualdad, la libertad y la democracia. Precisamente, los mismos ideales que, en el contexto de nuestros países de este sur, ninguneados por ese mismo imperio, aspiramos que sean las bases mínimas de nuestro destino cotidiano. R.S

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ruben, estoy como tantos feliz de que haya perdido Bush...pero ello sumado al triunfo de Obama, no garantizará que USA deje de comportarse como imperio ¡¡sería el primero en la historia universal!!, más, debemos slentar, en todo caso, que se presenta una nueva oportunidad al mediano y largo paso de que se promuevan diferentes alianzas que, estratégicamente, facilitarán el surgimiento del "nuevo imperio" sustituto, con ello debemos armonizar nuestra política exterior y optimizar futuros resultados....!! Jorge Mittelbach