lunes, 15 de diciembre de 2008

LA ALDEA DE LA RECETA-CUENTO
Herencia

Era un hermoso espejo. El marco de madera oscura y el borde biselado, lo hacía cautivante. Estaba ubicado en el dormitorio, en un recodo del placar. Lo había heredado de su abuela materna y era uno de sus tesoros.
Noviembre estaba instalado con temperaturas agobiantes. La ciudad hervía y tan sólo de pensar en las fiestas navideñas, era un incordio. No sabía en qué rincón se había escondido, el fervor que recibía la Navidad.
La incertidumbre creaba miedos, y no quería aferrarse a ninguno de los dos.
Una de esas noches enrarecidas de primavera extraviada, con el aire sofocante y la humedad pegajosa, intentar dormir era una utopía. Perdida en el laberinto de vueltas y vueltas en la nebulosa del ensueño, deambuló, hasta que un ruido fuerte y seco la sacó de la cama.
Con sigilo, recorrió todo el departamento. No encontró nada que la pudiera alarmar.
Al recordar que el asfalto tenía un bache recién inaugurado, creyó saber lo sucedido:
–Un camionero medio dormido, olvidó cómo esquivarlo .
Por más que buscó el sueño, no lo encontró; se había evaporado.
En la mañana, mientras trataba de espabilarse, notó que en la habitación faltaba algo, y no lograba descubrir, qué era.
Cuando su mirada se detuvo en el recodo del placar, vio a la mecedora, con el borde del marco que asomaba, como pidiendo socorro.
–El espejo, ¡cayó el espejo! –exclamó.
Temiendo lo peor, se acercó cautelosa, temblando, cerró los ojos y de un manotazo, apartó la mecedora.
No podía creer lo que veía: el gancho estaba en su lugar. La cadena intacta, y la luna sin una sola fisura. Lo levantó con cuidado, y amorosamente, lo repuso en su lugar. Quiso sonreírle de pura alegría, pero fue en vano.
–Es una locura, no puede ser –se dijo.
La realidad era que el espejo no la reflejaba.
Cuando pudo recobrar el aliento, le costó reconocerse en la niña que la miraba, mientras colocaba borlas de vidrio rojas, en el árbol de navidad.
La abuela y su madre, completaban la visión.
No sabía si era real o estaba alucinando. Ella las veía; sabía bien que las veía.
Era imperioso, salir en busca de su Navidad. No podía dejar sola a la niña que aguardaba, en el espejo mágico de la abuela.

Receta
Peceto con salsa de ciruelas y puré de manzanas
(Una exquisitez para la cena de Navidad)

Ingredientes: 1 peceto desgrasado; ½ cebolla cortada en dos; 3 cucharadas de aceite; 50 gramos de manteca; 1 vaso de vermut u oporto; 1 vaso de vino blanco; 1 ramita de hierbas ( tomillo, verdeo, romero); sal, pimienta
Preparación: Atar la carne, salpimentar y dorar en el aceite a fuego fuerte. Agregar la cebolla, la manteca, el ramito, el vermut (oporto) y el vino blanco. Tapar la cacerola y cocinar despacito.
Salsa de ciruelas: Calentar ½ tarro de mermelada con dos cucharadas de mostaza.
Puré de manzanas: En una cacerola cocinar 4 manzanas verdes sin cáscara ni semillas; ½ taza de azúcar; un poco de agua. Dejar que hiervan y con la cuchara de madera revolver hasta conseguir un puré espeso ( reservar ).
Para servirlo: El peceto se corta en rodajas y se baña con el fondo de cocción colado. La salsa de ciruelas se coloca en una salsera. Este plato se puede hacer con pollo y resulta riquísimo.


Marta Rodríguez


05/12/2008

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