jueves, 22 de julio de 2010

LA ALDEA COLECCIONABLE


Historia Nuestra


El Proceso de Reorganización Nacional

La noche más larga y triste de la historia argentina



A la una de la madrugada del 24 de marzo, mediante la denominada “Operación Bolsa”, fue arrestada por un comando militar encabezado por el brigadier Basilio Lami Dozo, la presidenta María Estela Martínez, viuda de Perón.


A las 2:45, la Junta Militar, integrada por Jorge Rafael Videla, el almirante Emilio Eduardo Massera y el brigadier Orlando Ramón Agosti, se hizo oficialmente cargo del gobierno y mediante varios bandos declaró a todo el territorio nacional “objetivo militar” sujeto al nuevo orden.


Los funcionarios del Partido Justicialista y los principales líderes sindicales fueron detenidos y encarcelados en buques. Se clausuró el Congreso de la Nación, las legislaturas provinciales, los Consejos Deliberantes y se otorgó facultades legislativas al Poder Ejecutivo que nombró una Comisión de Asesoramiento Legislativo “CAL”, para suplir al Congreso.


La CAL se encargó de redactar los decretos del gobierno, a los que llamaron “leyes”.

Además se prohibió la actividad partidaria y de los sindicatos, se disolvió la CGT y la CGE, se intervino sindicatos y federaciones, suspendiéndose los derechos laborales, especialmente, el derecho de huelga.

La Junta suprimió los derechos civiles y las garantías constitucionales, se estableció la censura previa y un férreo control sobre los medios de comunicación para evitar que se divulguen las atrocidades cometidas diariamente.

Se instauró desde el principio el terrorismo de Estado, con una represión sin precedentes en la historia del país. Se puso en marcha un plan sistemático de secuestros, torturas, apropiación de niños, muerte y “desaparición” física de miles de dirigentes sociales, delegados sindicales, jóvenes militantes, representantes estudiantiles, sacerdotes y monjas tercermundistas, abogados de presos políticos, periodistas y académicos, artistas contestatarios y en general todas aquellas personas que habían participado de la lucha popular.


El objetivo del plan era disciplinar a la sociedad y despolitizar la vida nacional, acabar con los mejores referentes sociales y paralizar al resto de la población mediante el terror.

Muchas empresas, como Mercedes Benz o Ingenio Ledesma colaboraron entregando “listas negras” para tal fin.

Muchos argentinos se exiliaron en el extranjero para salvar su vida.

Frente al Terrorismo de Estado los argentinos se sintieron totalmente indefensos, con miedo y sujetos al arbitrio de la autoridad que el gobierno se había adjudicado.


Mientras los militares dejaban así, el camino despejado, neoliberales fuertemente ligados a los intereses de grandes financistas y empresarios tomaron las riendas de la economía. Organizaron la economía en base al principio de libre mercado, que supone el libre juego de la oferta y la demanda.

Fue elegido Ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, descendiente de una antigua familia de estancieros, que se habían beneficiado con grandes cantidades de hectáreas gracias a la “Conquista al Desierto”, y habían fundado la Sociedad Rural.


Desde el mismo momento del golpe se produjo una acentuada redistribución del ingreso en contra de los asalariados que se mantuvo durante toda la dictadura y se llevó a cabo mediante el achicamiento general del sector industrial, la caída del salario real, el redimensionamiento del mercado laboral, el deterioro de las condiciones de trabajo y la prolongación de la jornada laboral.


Además de represión y silenciamiento, las políticas de la dictadura generaron condiciones favorables a la especulación financiera. El FMI (Fondo Monetario Internacional) colaboró con el gobierno militar otorgando créditos millonarios que endeudaron de manera irreversible al país, se le abrió la puerta a capitales extranjeros que no vinieron a invertir sino a especular con la compra y venta de dólares y lucrar con los plazos fijos. La población se engolosinó con la “plata dulce” y los precios de los artículos importados que fluían en el mercado interno. Pero con el tiempo esta política especulativa dejó una deuda monstruosa y miles de fábricas cerradas, la clase media sufrió un duro golpe a su poder adquisitivo.


Prof. Isabel Rodríguez



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