lunes, 18 de mayo de 2009

LA ALDEA NOTA DE TAPA
¿Un nuevo límite
para la política?
Por Eugenia Argüello Rivelli*

A menos de dos meses de las elecciones legislativas, estamos ante un escenario político partidario muy particular donde el personalismo, que caracterizó la historia partidaria argentina, se encuentra en su punto máximo con la aparición de las candidaturas testimoniales.
Si bien el personalismo ha estado presente en la historia partidaria moderna en Argentina primero con Yrigoyen y posteriormente con Perón, a partir de la crisis de 2001 se ha incrementado.
Las elecciones de junio son un claro ejemplo de esta tendencia, donde la renovación parlamentaria es secundaria, en una situación donde el actual gobierno busca plebiscitar su mandato y la oposición trata de consolidar estrategias en vistas a 2011.
Entonces, de la misma forma que las elecciones de 2001 marcaron un punto de quiebre en la relación entre representantes y representados, la actual coyuntura parece definir un nuevo límite respecto del grado de personalismo y falta de consolidación de los partidos en Argentina.
Si esta tendencia continúa, puede alcanzarse un máximo de atomización, generando una situación de alta inestabilidad.
También puede suceder que se tome esta experiencia electoral como un nuevo límite, e instale en la agenda política la necesidad de fortalecer los partidos.
La misma gobernabilidad, que se pretende mejorar, puede verse seriamente comprometida si no se alcanzan los resultados electorales esperados, ya que, con las candidaturas “testimoniales”, se expone a actuales funcionarios a un testeo electoral o al abandono de su mandato actual. Lo anterior, como un recurso para sostener un proyecto que no puede estar solamente sujeto a la presencia de algunos rostros, sino que también necesita de estructuras.
Esto no significa la vuelta a los viejos modelos partidarios del siglo XX, sino que hablamos de generar organizaciones que, si bien tendrían que ser más dinámicas y adaptables a las nuevas necesidades de la sociedad, también deberían poder constituir identidades y crear capacidad de planificación en el largo plazo.

*Lic. En Ciencia Políticas

(Al cierre de esta edición, el jurista Gil Lavedra impugnaba las candidaturas “testimoniales”, pero se preveía que la misma iba a prosperar.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

La política se redujo a la Psicología. Por eso creo que los personalismos han desplazado a los partidos políticos. No se votan partidos, sino personas. No se discuten programas ni plataformas, sino estilos y formas de ser. Personas.

Cristina es gritona. Néstor, irascible. Mauricio es un hombre práctico. De la Rúa un tipo aburrido. El Chacho un cobarde. D’ Elia un patotero. Gabriela una mujer sencilla. A Lilita no hay nada que le venga bien.

Psicología.

¿Chau política...?

Ricardo Paese.