lunes, 18 de mayo de 2009

LA ALDEA PSI - NIÑOS
Juego y desarrollo infantil
Lic. Luciana Azzali*

El juego es una actividad indispensable para el desarrollo humano, ya que contribuye de manera relevante al desarrollo psicomotor, intelectual, afectivo y social del niño.
Para el niño es muy importante observar y manipular objetos, relacionarse con ellos; a través del juego puede relacionarse con pares quienes contribuyen a su despliegue.
Las contribuciones del juego en el desarrollo del niño son:
* Desde el punto de vista biológico, estimula y potencia la evolución del sistema nervioso
* Desde el punto de vista psicomotor, colabora con el desarrollo de los sentidos y del cuerpo en general. El despliegue lúdico se sostiene en el control muscular, el equilibrio y la percepción acorde con el movimiento de desarrollo adquirido.
* Desde el punto de vista cognitivo o intelectual, estimula el pensamiento, la capacidad creadora y ciertos aspectos que se vinculan con el aprendizaje.
* Desde el punto de vista de la socialización, a través del juego el niño establece relaciones con pares, aprende normas que generan pautas en los intercambios
* Desde el punto de vista afectivo-emocional, a través del juego el niño expresa deseos, sentimientos, conflictos. Así como también puede elaborar situaciones que ha padecido.

El juego permite que el niño realice exploraciones que van a poner a prueba sus posibilidades sensoriales y motoras. Desde el comienzo de la vida, el bebé produce movimientos generadores de sensaciones que le permiten conocer su cuerpo y comenzar a explorar el mundo y objetos.
El juego es una actividad espontánea del niño, pero los adultos podemos contribuir con acciones estimulando dicha capacidad y ayudando a desarrollar sus capacidades al máximo, a la vez que fortalecen los lazos entre padres e hijos.

A continuación, se detallaran algunas actividades que pueden ayudar estimular cognitivamente a niños de tres años:

- Incentive a los niños a jugar con bloques y juguetes suaves, que los ayudan a desarrollar la coordinación ojo-mano, habilidades de psicomotricidad fina y una sensación de competencia.
- Use el contacto físico cálido de manera consistente (abrazos, contacto de piel a piel, contacto de cuerpo a cuerpo) para darle una sensación de seguridad y bienestar.
- Observe y reconozca los ritmos de su hijo/a y sus estados de ánimo. Trate de responder a ellos tanto cuando se siente mal, como cuando se muestra feliz. Esto lo ayudara a reconocer sus emociones y sentimientos.
- Hable o cante a su hijo/a al vestirse, bañarse, comer, jugar, caminar y conducir, usando la forma de hablar del adulto. Hable lentamente y déle tiempo para responder. Intente no contestar con el típico "aha" porque el niño/a se dará cuenta de que no está escuchando; en lugar de eso, amplíe y comente las frases de su hijo/a.
- Muéstrese predecible. Establezca un horario para comer, las siestas, dormir, y no los cambie, salvo a excepciones. Los niños necesitan esa rutina en sus vidas.
- Desarrolle las asociaciones de palabra dando nombre a todos los objetos y actividades diarias.
- Lea a su hijo/a cada día. Elija libros que animan a usar el tacto y señalar los objetos con el dedo, y lea poemas. En las librerías hay variados libros acordes a su edad.
- Ponga música tranquila y melódica.
- Escuche y responda a las preguntas de su hijo/a. También realice preguntas para estimular el proceso de toma de decisiones.
- Comience a explicar lo que significa "seguridad" en términos simples. Por ejemplo, sentir el calor de la calefacción enseña el significado y el peligro de los objetos calientes.
- Asegúrese de que las personas que proporcionan cuidado y supervisión a su hijo/a entiendan la importancia de formar una relación de cariño y apoyo con el niño/a.
- Incentive a su hijo a que mire libros y dibuje.
- Ayúdelo a utilizar palabras para describir emociones y para expresar sentimientos, como felicidad, alegría, tristeza y miedo.
- Pase tiempo en el suelo jugando con su hijo cada día.

*Psicóloga Clínica

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