lunes, 18 de mayo de 2009

LA ALDEA DE LA OPINIÓN
El “padre” obispo Lugo,
presidente de Paraguay
Dra. Marta Balado*

La radio, la televisión y los diarios nos bombardearon hace unos días con un tema sorprendente: el Presidente de Paraguay, sacerdote católico, obispo, con dispensa del Vaticano para ejercer la primera magistratura del hermano país, ha demostrado que su capacidad reproductiva está a pleno.
Por la prensa supimos de un hijo, producto de una relación con una joven a la que al tiempo abandonó a su suerte, sin hacerse cargo del niño que habían concebido juntos. El ex obispo, rápidamente reconoció su paternidad. ¿A qué se debió el cambio? ¿Una iluminación divina? ¿Un ataque de remordimiento o simplemente la necesidad de mantener su posición política sin mayores sobresaltos?
A los pocos días, otra joven madre le adjudicó la paternidad de otra criatura concebida mientras ella trabajaba como personal de limpieza del Obispado; hoy miércoles, un nuevo caso de paternidad oculta: esta vez una correligionaria, compañera de militancia, separada con dos hijos matrimoniales, hace público que el Obispo Lugo compartió con ella algo más que ideales políticos , producto de lo cual hay un tercer hijo del Presidente. Según nos informa ahora la prensa paraguaya, la vida mundana del Obispo Lugo era ya conocida públicamente desde que se postuló como candidato, a pesar de lo cual resultó electo.
Si esto sigue así, la versión de que hay 17 hijos del Monseñor Lugo no reconocidos, terminará siendo escasa!! ¿Qué hará el ex obispo con todos los hijos que le van apareciendo?
Todo esto me trae a la memoria otro caso de paternidad ocultada y más aun negada: el ex presidente Carlos Saúl, el riojano , ocultó primero y después negó enfáticamente que un joven llamado Carlos Nair Mesa fuera su hijo.
El joven inició juicio de reconocimiento de paternidad mientras su “entonces supuesto” padre y Presidente de la Nación , negaba y negaba cualquier relación con la Sra Marta Mesa, diputada formoseña, madre de Carlos Nair. En medio de todo este circo mediático, el presidente logró su ansiada reelección, siendo reconocido como el gran seductor al que ninguna mujer se resistía y como el padre doliente que había perdido trágicamente a su “único hijo varón”.
Ya en el llano, el padre riojano y negador, cambió de discurso: no sólo reconoció al joven como su hijo sino que simuló incorporarlo al entorno familiar , aparentando integrarlo a su hija legítima, Zulema .
¿Qué pasó? Un repentino ataque de amor paternal? ¿Arrepentimiento? Iluminación divina?...No , simplemente su “ahora hijo” participaba del deleznable programa “El Gran Hermano” donde exhibía por televisión sus poco frecuentes dotes genitales (¡!) Como si esto fuera poco, le sirvió al riojano más famoso para acompañarlo en la campaña política junto a su hermana Zulemita , queriendo dar la imagen de una familia más unida que los inolvidables Campanelli.
¿Qué nos pasa como ciudadanos argentinos y paraguayos? ¿No entendemos que el que oculta circunstancias tan trascendentes de su vida privada, mal podrá ser leal a las promesas políticas? ¿No entendemos que las personas son honestas o deshonestas sin hacer distingo entre las mentiras sobre su vida pública o privada?
Antes de horrorizarnos por el caso paraguayo, mirémonos en el espejo y veremos reflejada la misma contradicción que hoy nos asombra en los vecinos del norte.
Un padre negador, mentiroso y abandónico es una mala persona y un mal padre, en Paraguay, en Argentina y en el mundo.
Dejemos de creer a pie juntillas lo que nos quiere hacer creer la prensa; pensemos por nosotros mismos y preguntémonos por qué los medios nos bombardean hasta el hartazgo con una noticia que ocultaron hasta hace una semana.
Quizá entendamos así que sólo podemos pensar por nosotros mismos y que esta facultad no puede delegarse en la prensa , para que analice por nosotros y nos dé las cosas ya digeridas simplemente para que las incorporemos a nuestra memoria y compartamos ciegamente el punto de vista publicado.

Abogada*
Estudio Jurídico
Balado & Fortuny
4734-5599
15-5042-8418

No hay comentarios: