lunes, 15 de septiembre de 2008

LA ALDEA ANIVERSARIO
Por la libertad de prensa

Sí, seis años después, Guía Aldea sigue aquí, como siempre, en la zona, en el barrio, en la aldea global, dando opiniones, entretenimiento, noticias, generando comunicación, en disenso, por lo nacional, popular y democrático.
¿Si hemos crecido? Sabemos que en cantidad de páginas, no: Lo económico y ciertas disponibilidades y elecciones dan cuenta de los límites. Pero, en calidad, profundidad y estilo hay una evolución.
Desde aquel no tan lejano número uno, allá por la tensionada primavera de septiembre del 2002, en medio de una de las crisis más profundas que padeció la Argentina, cuando miles se quedaban sin empleo cada día, las empresas quebraban y la desesperanza y la desazón campeaban, nosotros titulábamos en tapa: “Llegamos en primavera”.
La memoria, algo por lo que nosotros también apostamos, siempre vale la pena: la revista no es la misma y, en su espíritu, sigue siendo la misma. Y esta primavera es otra.
Una revista es como la vida de una persona: crece o se estanca, su fisonomía cambia pero conserva rasgos definidos y, en lo invisible a los ojos, como decía Antoine de Saint Exùpery en “El Principito”, reside su esencia.
Por eso, Guía Aldea, con esos rasgos definidos, sin autobombo y sin falsa modestia, hace su aporte cada mes en la medida de sus posibilidades. La experiencia, al par que la capacidad de asombro en ella no decaen, porque siempre hay algo nuevo para observar y decir.
Desde hace unos días, además, Guía Aldea con un conjunto de amigos, participa y se hace escuchar también en la radio, los jueves de 21 a 22 en Apuntes FM 98.9 http://fm989.com.ar, en el programa Identidad de pie.
El nombre del nuevo programa radial también define el norte de esta revista, porque siempre está en su idea recuperar, reencontrar y recrear nuestra identidad, como país, como sociedad y como comunidad de la que el proceso (in)comunicativo global, todos los días, intenta alejarnos. Aun, con el disfraz del “entretenimiento” con diseños enlatados, copiados desde algún lugar del Norte, para que sigamos divididos, atontados, embruteciéndonos cada vez más.
¿Cómo intentamos reconstruir nuestra identidad y desandar el modelo imperante? Desde lo gráfico, en la producción y difusión de textos y temas “no correctos” y hasta “molestos” para esta cultura “light”, hiperconsumista y vacía, al fin represora, al decir del psiquiatra y actor Alfredo Grande. En el éter radial, con las palabras, la música y los climas que ya casi no se “ven” ni se escuchan, según dictaron ya los monarcas de los multimedios que deciden a su antojo lo que “existe” o “no existe”.
Nosotros, en cambio, y a tono con los actuales medios públicos de radio y TV, enfatizamos y levantamos eso supuestamente inexistente, para los corporativos: las expresiones culturales que sí valen y existen para el espíritu, el corazón y la memoria de una buena mayoría. De allí también, el anhelo por la sanción de una Ley de Radiodifusión democrática, que empiece a terminar con tanto monopolio discursivo.
Guía Aldea existe entonces por un deseo y un esfuerzo, por avisadores consecuentes que hace años vienen apoyando este medio, por los lectores, algunos de los cuales hasta la coleccionan, así como la generosidad de quien nos imprime.
Guía Aldea insiste, mes a mes, en recrear esta idea de comunidad, nacional, integrada, plural, para todos, tratando de no replicar del modelo hegemónico individualista, exitista y frívolo, que trasviste ahora el miedo residual de épocas nefastas. Esta réplica, si se inserta en espacios de la prensa zonal, inclusive hecha a todo pulmón, la vuelven vacía de contenido, aunque tenga más color y mucha piel al descubierto.
Guía Aldea considera que esta libertad de prensa, que da sustento a la democracia representativa que tenemos hace ya 25 años en la Argentina , merece seguirse ejercitando, defendiendo y profundizando.

El Director.

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