domingo, 21 de abril de 2013

El sombrerito de fieltro marrón
(Osobuco a la milanesa)                                                                                                                                                            

La memoria suele elegir recodos para empacarse, y por más que Ella tironeaba no lograba movilizarla, sólo aparecían magras pinceladas de sus dos primeros años de escolaridad.
Formaba parte de una familia católica y practicante. Su infancia había transcurrido en el ámbito parroquial, con participación activa en celebraciones y culto; recitaba el catecismo y la misa en latín antes de aprender a leer.
En las festividades patronales participaban alumnos de las tres escuelas del barrio, dos estatales y una católica.
El grupo de las monjas –sólo niñas– llegaban perfectamente alineadas con sus uniformes impecables: zapatos, medias, cintas o hebillas, vestidos prendidos en la espalda, faldas con tablones y preciosos sombreros de fieltro, todos en color marrón.
Los del estado, es decir los laicos, eran mixtos, con guardapolvos blancos que –como decía su madre– hacían la igualdad. Ella no estaba tan de acuerdo: el blanco incierto más la falta de almidón marcaban la diferencia.
Ya había resuelto su elección; Ella quería el colegio del sombrerito de fieltro marrón.
¿Por qué si fue suya la elección huyeron los recuerdos? Ella rememoraba a Franca, sólo a ella.
Eran tiempos de posguerra.  Franca había llegado de Italia –decían que sólo con su papá–, era alumna pupila, no tenía uniforme ni sombrero, sólo guardapolvo. Era rubia, delgada, hablaba pocas palabras en español y, cuando la hermana encargada de los dormitorios llegaba blandiendo como un estandarte la sábana mojada, sólo bajaba la cabeza mirando el piso.
Ella cree que no merece tener más para contar.  Un hermoso sombrerito marrón: ¿qué más podía dar?
En honor de Franca: Comida Italiana.

Receta

Osobuco a la milanesa

Ingredientes

4 Osobucos de ternera / 1 Cebolla picada / Harina  (cantidad necesaria) / 1 Limón (cáscara parte amarilla picada) / 1 Diente de ajo / 1 Anchoa / 100  grs.manteca o margarina / Sal, pimienta, perejil / Vino blanco o caldo o agua

Preparación

Enharinar bien los osobucos y dorarlos en la manteca; salpimentar y mojar con el vino. Cuando éste se haya evaporado añadir caldo o agua suficiente para la cocción (más o menos una hora).
   Antes de retirar del fuego añadir el perejil, cáscara de limón, ajo, cebolla y anchoas, dar vuelta la carne para que tome color y servirla con arroz.

Marta Rodríguez
26/02/2006

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