lunes, 23 de mayo de 2011
































¡Viva la Patria!

A un año de los multitudinarios festejos del Bicentenario, la Argentina sigue con el desafío vigente de seguir profundizando sus esperanzas por más democracia, más justicia y bienestar para todos.
Difícil olvidar esa semana cuando unas 6 millones de personas ocuparon como una oleada la zona del centro de Buenos Aires por los festejos, así como también difícil es comprender aún su significado.
Quizás esos festejos que movió a tantos millones a movilizarnos como nunca antes en toda nuestra historia, hayan sido la continuación, aún en su hiato, de la impronta que inundó fogosamente a ese grupo de patriotasque el 25 de Mayo de 1810 los llevó a jugarse por empezar a cambiar la situación ante el dominio español.

Pero, ¿qué ocurrió el 25 de mayo de 1810, más allá de nuevas interpretaciones que seguirán haciéndose desde la ciencia histórica?

Ese día un sector del pueblo respaldado por las milicias que se habían autoacuartelado, demandaron una rápida solución política ante los acontecimientos que sucedían en la Peníncula Ibérica y estas tierras.
El 15 de mayo llegó al puerto de Buenos Aires la noticia de que la Junta Central de Sevilla, en España, había caído ante las fuerzas de Napoleón y éstas habían ido tomando las plazas-fuertes cayendo los movimientos juntistas.
Sólo quedaba Cádiz, como único reducto español donde se constituyó un Consejo de Regencia. En teoría, las colonias americanas debían depender de éste consejo.
El 18 de mayo a pesar del virrey Cisneros, en Buenos Aires se conoció la situación de España y afloró el enfrentamiento por el poder político y económico entre criollos y peninsulares. Para unos era hora de la independencia política, para otros, modificar el régimen económico monopolista.
Los criollos presionaron al virrey para que se convoque a un Cabildo Abierto para el día 22. Al mismo, asistieron 250 vecinos de los 450 invitados.
La postura española, expuesta por el obispo Lué y el fiscal Villota, fue enfrentada por los criollos Juan José Castelli y Juan José Paso, que debía tenerse por caduca la autoridad del virrey y la soberanía debía volver al pueblo. Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, sostuvo que el Virrey debía cesar en el mando y que el Cabildo tenía que nombrar una Junta de Gobierno. Tras los debates155 votos fueron a favor que el virrey cese en el mando, 69 votos por que continuara y 26 abstenciones.
El 23 de mayo el Cabildo elige una Junta encabezada por el propio Cisneros como presidente y como vocales dos españoles y dos criollos. El rechazo fue inmediato y la Junta se disuelve.
El 25 de mayo se eligió entonces una Junta de Gobierno formada por criollos y españoles. R.S.

(Basado en “Historia Nuestra”,
Guía Aldea Nº 45,
Prof. Isabel Rodríguez)

(Tapa revista Billiken de mayo de 1964)

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