lunes, 14 de diciembre de 2009

LA ALDEA COLECCIONABLE
Historia Nuestra
La Iglesia Tercermundista en Argentina
El Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.

La Teología de la Liberación y el Congreso de Medellín

El clima generalizado de cuestionamiento al sistema capitalista que vivió el mundo durante la década de 1960, alcanzó también a la Iglesia.
El Concilio Vaticano II y la Encíclica Populorum Progressio del Papa Paulo VI, que profundizó algunos conceptos del Concilio destaco la urgencia de cambios.
La segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM) reunida en Medellín, Colombia, en 1968, siguió la misma línea del Concilio.
Allí 130 obispos representantes de más de 600 diócesis de toda Latinoamérica afirmaron su opción por los pobres y su compromiso: “El episcopado latinoamericano no puede permanecer indiferente ante las tremendas injusticias sociales que existen en América Latina, que mantiene a la mayoría de nuestros pueblos en una dolorosa pobreza, cercana, en muchísimos casos, a una miseria inhumana. Un sordo clamor brota de millones de hombres pidiendo a sus pastores una liberación que no les llega de ninguna parte”.
En este contexto, la iglesia latinoamericana fue la que impulsó con mayor fuerza las transformaciones orientadas a cercarse al “pueblo de Dios”.
El obispo brasileño Helder Cámara lideró a un grupo de 15 obispos de América, Asia y Africa, que redactaron el “Mensaje a los pueblos del Tercer Mundo” y que sentó las bases del Nuevo Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.
A comienzos de la década de 1970, la publicación del trabajo del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez Merino, profundizó el espíritu de Medellín.
Junto a él, el sacerdote brasileño Leonardo Boff y el sacerdote colombiano Camilo Torres miembro del Ejército de Liberación Nacional (ELN) plantearon los lineamientos de la Teología de la Liberación, por la cual la salvación cristiana no puede darse sin la liberación económica, política, social e ideológica como signos visibles de la dignidad del hombre.
Planteaban que se debía eliminar la explotación, la falta de oportunidades e injusticias del mundo, además proponían crear un “hombre nuevo” como condición indispensable para asegurar el éxito de la transformación social
Todas estas ideas tuvieron un importante impacto en la Iglesia argentina. En 1968, un grupo de sacerdotes, entre ellos Carlos Mugica, Julio Iocco, Pablo Puricelli, Juan Walter, Miguel Ramondetti, Héctor Botán, Rodolfo Ricciardelli y algunos obispos, como el titular de la diócesis de Avellaneda Jerónimo Podestá y de La Rioja, monseñor Enrique Angelelli organizaron el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo en el país.
La mayoría de ellos se comprometieron en la opción por los pobres e impulsaron los trabajos comunitarios, especialmente en las villas de emergencia.
Afirmaban que la misión de la Iglesia era trabajar para la salvación y evangelización de los hombres a través de las enseñanzas de Cristo, pero que debía ocuparse no sólo de la salvación de su alma sino también de sus necesidades concretas y cotidianas.
Muchos jóvenes católicos que trabajaron junto a los sacerdotes tercermundistas, también participaron en agrupaciones políticas de la nueva izquierda peronista y no peronista.





Meditación en la villa

Señor, perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos que parecen tener ocho años tienen trece
Señor, perdóname por haberme acostumbrado a chapotear en el barro
yo me puedo ir, ellos no
Señor, perdóname por haber aprendido a soportar el olor de las aguas servidas
de las que me puedo ir, ellos no
Señor, perdóname por encender la luz y olvidarme
que ellos no pueden hacerlo
Señor, yo puedo hacer huelga de hambre
Y ellos no, porque nadie hace huelga con su hambre
Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí
Ayúdame
Señor, sueño con morir por ellos
Ayúdame a vivir para ellos…..

Padre Carlos Mugica



Prof. Isabel Rodríguez

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