domingo, 24 de febrero de 2008


LA ALDEA DE LOS MISTERIOS
El sanador de Villa Bosch


Un jueves por la tarde a fines de enero, Fabián Cáceres recibe a Guía Aldea en el living de su departamento, en los fondos de un pasillo de una casa humilde en Villa Bosch. Fotos de él, su familia, imágenes de Jesús, suave música, los cursos realizados de reiki y un pequeña fuente de feng shui donde fluye agua y música al tono es la geografía. Sobre la mesa hay dos celulares “abiertos” que, en medio de la entrevista, suenan varias veces. Ofrece mate, que ceba Hugo, un amigo que escucha atentamente sus palabras y que hace tiempo acompaña algunas de sus actividades. Hugo también encontró algo de paz en la acción de este hombre de casi 40 años.“Desde los 12 años tuve la necesidad de sanar, de salvar a las personas que buscan un alivio a sus dolores y pérdidas. Bastante después comprendí que para sanar, tuve que sanarme primero yo”, dice con voz pausada.Resulta inevitable vincular su “poder” con el de sanadores como el Padre Mario Pantaleo y las mil y un nuevas religiones e iglesias que han crecido exponencialmente en la Argentina en la idea de sanación, con la evitación de las iglesias que no comparten esta idea (Ver la película de Alejandro Doria “Las Manos”, con Jorge Marrale y Graciela Borges.).“El camino espiritual es amplio y en éste confluyen muchas variantes”, dice recordando su paso previo por diferentes cultos y agrega “yo no tengo poder, yo sólo soy una especie de mensajero, de conector entre el poder divino y la gente que necesita de éste para curarse, y esto sólo lo hago si Dios me lo permite”.Hace unos años, se dedica al reiki, institucionalizando otra técnica reconocida en función de su habilidad sanadora: “yo creo en la fuerza de la fe”, asegura, así como explica su acción por un vaticinio: “mi abuela le dijo a mi mamá que su primer primogénito iba a heredar las habilidades de ella, ése era yo”.Fabián, por los trabajos de sanación que realiza no cobra, el que quiere, deja algo voluntariamente. Le preocupa no tener casa propia, no tanto por él como por sus hijos. Conciliar lo espiritual con lo material, sin codicia y sin una idea de comercio, es la etapa que quiere cumplir ahora para que también la tranquilidad en este sentido llegue a su familia.Con el reiki alcanza otra fasceta para encarar su trabajo sanador de más de 25 años con los que llegan buscando algún desasosiego a sus angustias.Fabián, al fin de cuentas un mortal como cualquiera, que desarrolló para sanar una sensibilidad y habilidad naturales y especiales , afirma una idea al despedirse: “yo llego donde otros no llegan y otros llegan donde yo no llego”. Lo dice refiriéndose a otros hábiles en los temas del curar como psicólogos, psiquiatras, médicos, parapsicólogos. Así de simple y profundo.Si alguien quiere contactarlo, a Fabián se lo puede encontrar en el 15-5758-0778.

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