jueves, 17 de mayo de 2012


Touch, una serie
singular


Desde el pasado lunes 19 de marzo, en el canal Fox a las 22 horas, van los 13 capítulos de Touch, la serie creada por Tim Kring.
     
En la misma se muestra cómo las personas están unidas por un destino que no surge de un pensamiento mágico, si no lógico, y en ese destino, dibujado por fórmulas numéricas, el contacto, la consideración y el respeto por el otro, son la clave que puede salvar al mundo.

Así se podría resumir el espíritu de Touch, la nueva serie protagonizada por Kiefer Sutherland.

El actor canadiense vuelve a la pantalla de Fox luego de ser el protagonista de la movilizante “24” para ser Martin Bohm, el padre de un niño de diez años cuya madre murió en el atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001.

Luego del traumático hecho, el niño, Jake (David Mazouz), deja de hablar y no quiere ser tocado por su padre (Sutherland).  Así, Martin se ocupa de manera angustiante de comunicarse emocional y verbalmente con su hijo que está obsesionado con escribir números. No obstante, el hombre descubrirá que en realidad ésa es la herramienta con la que Jake descifra lo que puede ocurrir en el mundo.


Otro de los personajes es una asistente social, Cela Hopkins (Gugu Mbatha-raw), que cree, como todo el sistema de control social que la emplea, que Martin no puede manejar la situación, por lo que envía al niño a una institución especializada en autismo.

En ese momento es que se introduce el un personaje clave de esta ficción, interpretado por Danny Glover, en el papel de Arthur Teller, un experto en niños con habilidades especiales que le da esperanzas a Martin para recuperar a su hijo.

El guión de Touch se basa en una combinación de argumentos científicos y espirituales.

Más allá de la diferencia de géneros, hay algunas semejanzas alrededor del personaje de Martin y del de Jack Bauer, el agente antiterrorista ultra entrenado de la serie “24”.

En este caso, el personaje que interpreta Kiefer seguirá queriendo salvar al mundo. Mientras que como agente en “24” su deber era evitar actos terroristas, ahora junto con su hijo seguirán los pasos de diferentes personas alrededor del mundo y, de alguna manera, torcerán juntos sus rumbos hacia un destino mejor.

Los números son otro denominador común entre las dos series. Mientras que en “24”, cada capítulo significaba una hora de ese día en que Jack Bauer debía salvar al mundo, en Touch, el número 18 será la clave de varios sucesos que el niño puede predecir gracias a fórmulas numéricas que serán descifradas por su padre.

En ambas series se plantean la dificultad de relacionarse con el otro. En la primera temporada de “24”, Jack Bauer tenía una difícil relación con su esposa e hija pues su trabajo estaba antes que su familia. En Touch, al tiempo que Martin queda viudo, Jake deja de hablar, por lo que debe reconstituir la forma de comunicarse con él.

Como en “24”, cada minuto que pase en Touch será vital para salvar la vida de otro.

Aparte de semejanzas y diferencias, el mensaje de la serie pareciera querer responder a una pregunta abierta en el fluir cotidiano, donde nuestras vidas dependen de una concatenación de hechos causales y fortuitos, vistos aquí con una alta cuota de espiritualidad, que, sin caer en el fatalismo, interrogan: ¿cuánto del camino elegido cada día lo decidimos nosotros o nuestras circunstancias?

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