lunes, 14 de noviembre de 2011

Historia Nuestra

Presidencia de Néstor Kirchner,
El poder, una construcción política

La situación con vistas a las elecciones presidenciales se presentó confusa. Varios líderes del Partido Justicialista aspiraban a la candidatura presidencial que se definiría en las elecciones internas de febrero de 2003.
El senador en ejercicio de la Presidencia, Eduardo Duhalde, figura de peso dentro del justicialismo por su control hegemónico sobre la estructura partidaria de la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado del país, intentó jugar sus cartas en favor del gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann. Éste, sin embargo, prefirió no presentar su candidatura; Duhalde trasladó sus preferencias al cordobés De la Sota, con quien tampoco pudo alcanzar un acuerdo estratégico. Así, el 15 de enero de 2003 anunció su apoyo a la precandidatura de Néstor Kirchner.
La campaña electoral estuvo condicionada por los efectos de la crisis: la fecha de elecciones había tenido que ser adelantada tras la represión del 26 de junio en el Puente Pueyrredón.
En las elecciones del 27 de abril de 2003, Néstor Kirchner, como candidato del Frente para la Victoria, obtuvo el 22 % de los votos, y Carlos Menem, candidato de la Alianza Frente por la Lealtad -UCD, obtuvo el 24,3%. Por lo tanto debían disputar la presidencia en una segunda vuelta electoral.
Sin embargo, descontando una derrota, Menem no se presentó en el ballottage.
Así, el 25 de mayo de 2003, Néstor Kirchner asumió la Presidencia de la Nación, confirmando al ministro de economía de Duhalde, Roberto Lavagna, y a otros miembros del gabinete de su antecesor.
El problema de Néstor era el del poder, había llegado débil al gobierno y las masas no sabían muy bien quien era, y no tenía el apoyo de los medios.
Pero en los primeros meses de su gobierno, Kirchner desobedeció. No acordó con el establishment punto por punto, retrajo las relaciones carnales, articuló con sectores desplazados, impulsó la reestatización del sistema jubilatorio y la discusión en torno a la Ley de Medios. Se mostró partidario del MERCOSUR, reactivó los juicios por el genocidio, descabezó los sectores represivos del Ejército y de la Policía, intervino el PAMI, recibió a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, en una Asamblea de las Naciones Unidas se atrevió a decir “somos hijos de las madres y las abuelas de Plaza de Mayo.
De inmediato, el Presidente añadió que la defensa de los derechos humanos ocupa “un lugar central en la nueva agenda de la Argentina” y señaló que el país apoyaba “el juzgamiento y la condena de quienes los violen”. Derogó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida y negoció en términos de inusual dureza con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Nada de todo eso formaba parte de lo esperable.
Una de las principales medidas fue cancelar por anticipado la totalidad de la deuda con el FMI por un monto de 9.810 millones de dólares, para terminar con la sujeción de la política económica nacional a las indicaciones del organismo internacional.
Había por fin, un presidente, se lo adivinaba sólido, que gobernaba el país después de una seguidilla de presidentes entrantes y salientes durante la crisis.
Al comienzo, la política económica del gobierno de Kirchner continuó los lineamientos establecidos por Lavagna, manteniendo la devaluación de la moneda mediante una fuerte participación del Banco Central en la compra de divisas. Las políticas implementadas fueron exitosas, además de sacar al país de la cesación de pagos más grande de su historia, se canjeó la deuda soberana, de valor nulo tras la crisis del 2001, por nuevos bonos indexados por la inflación y el índice de crecimiento económico. Los índices de pobreza y de desempleo disminuyeron notoriamente.
En esta etapa jugó un importante papel el pequeño bloque de 14 diputados nacionales que respondían en forma directa al Presidente Kirchner.. En muy poco tiempo, estos diputados, entre quienes destacaban Juan Irrazabal, de Misiones, Daniel Varizat, de Santa Cruz, Osvaldo Nemirovsci, de Río Negro y Jorge Argüello de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lograron imponerse en la conducción del bloque oficial y desde ahí brindaron un más que importante aporte a la consolidación de la conducción política de Néstor Kirchner.
En noviembre de 2006 las reservas internacionales subieron más de 30.000 millones de dólares, la desocupación bajó al 10% y la pobreza se mantuvo en un 33,5%.
Tras las elecciones legislativas en octubre de 2005, Kirchner obtuvo la primera minoría a nivel nacional.

Prof. Isabel Rodríguez

No hay comentarios: