martes, 11 de agosto de 2009

LA ALDEA PANORÁMICA
Tiempo de
Transición


El gobierno nacional sigue abriendo los modos para transitar lo más consensuadamente posible los dos años y medio que le quedan de mandato. Intenta acordar con la oposición un diálogo de convivencia que es respondido desde la crispación hasta la actitud contemplativa.
Una explicación psicologista diría que si durante años alguien fue soberbio, necio y sordo, aún con aciertos en sus decisiones y objetivos, no puede esperar de la noche a la mañana que los otros le crean fácilmente y se avengan a su pedido de consenso y acuerdo.
Pero, lejos de ello, el tema no es de psicología, aunque la psicología pueda ser útil para explicar algunas cosas de la política y la economía. El tema es político, económico y social y de definiciones claves sobre el rumbo a seguir.
Por lo pronto, la apertura al diálogo va teniendo como principal devolución espejos rotos: sigue profundizándose la división entre la oposición, peronista y no peronista, al poder kirchnerista, que, si bien le da algo de aire a éste, el mismo no debe dormirse en los laureles en un contexto económico y social nacional y mundial nada plácido.
Un mes de julio, con parate casi total de buena parte del comercio y el mercado interno, por causa de la gripe A, no dejó muy contento a más de un sector que vive de las ventas y los servicios de diverso tipo.
El reclamo por el feroz aumento de tarifas eléctricas y de gas para algunos sectores de altos consumos y de clase media, tuvo una respuesta favorable, en electricidad al menos, de parte del ministro de planificación Julio De Vido, quien piensa que añoraría no tener que subsidiar tales servicios, pero que, hoy, si esto fuese así, inevitablemente llevaría a una explosión social sin continente.
A su vez, que la tarifa del gas haya subido para crear un fondo de importación del mismo de parte de los usuarios, tampoco es muy simpático y vuelve a mandar el peso de los desatinos o las faltas, al pueblo menos pudiente. Simplemente una inequidad y una injusticia que, desde lo político, en la vuelta, se cobra.
Mirando con preocupación a los sectores ya no opositores sino, dentro de éstos, destituyentes, por ahora en el discurso, lo de la Mesa de (des) Enlace y los empresarios nucleados en la AEA, tienen, aparte de un contenido definido en lo ideológico, social y económico, una idea de revanchismo y odio que impulsa a sectores menos belicosos a entramparse con un destino al menos antidemocrático y de intereses de sector corporativo: todo lo que hace y sigue haciendo el gobierno es para ellos de malo a malísimo, ahora expresado a través de un señor Biolcatti sarcástico.
Para colmo de males, los gorilo-sojeros, intentan apropiarse del discurso “por los pobres” y el “escándalo” (hipocresía de su parte en realidad, cuando siempre apoyaron la represión lisa y llana de los reclamos populares) que supuestamente les provoca, cuando lo que sí es escandaloso, aparte de lo que indican, es lo que ciertos sectores ganan en la Argentina. Algo que, obviamente, no dicen ni dirán, porque son ellos mismos una parte de los beneficiados de estas superganancias.
Tras ellos, están “políticos” como el señor de De Narváez, que puede llegar a desdecirse dos o tres veces en una semana en los medios, o el señor Macri, que no trepida en nombrar personajes nefastos en puestos clave desde su mirada “alegremente” facistoide para la ciudad de Buenos Aires, mientras sigue cerrando, desarticulando aniquilando organizaciones barriales y populares, otrora centros de gestión y participación.
En el Congreso, la oposición también muestra una ciclotimia oportunista ante cierto retroceso del poder K y su rumia levemente autocrítica. Por ejemplo, los opositores antes repudiaban el subsidio al gas, ahora piden que siga vigente, ¿quién los entiende?
Un chiste decía que el “Día del Niño” pasado, la oposición más necia, dicho esto sin menospreciar a nuestros amados bajitos, festejaron todo el día al calor de sus caprichos y berretines. Les cuesta no sólo crecer, sino, ponerse de acuerdo con ellos mismos.
En los distritos del Gran Buenos Aires los jefes comunales van mirando cómo evoluciona el paño para poner sus nuevas fichas. El movimiento antimoyanista en la CGT pareciera haber quedado ahí al calor del nuevo profeta argentino, llamado Barrionuevo: hay que destronar a los K, y el primer movimietno, claro, es golpear a sus principales “patas” de sostén, como lo es el gordo camionero.
En el campo del progresismo y la izquierda que apareció tras las recientes elecciones se aceleran los contactos: más de parte de las huestes de Sabatella, en términos amplios y contemporizadores que de Pino Solanas, éste en Capital, extrañamente elogiado por cierta derecha. Todo ello, en medio de una inmovilidad ahora también militante y social que deja huecos que, aunque divididos, la oposición de derecha intenta ocupar sin mucho éxito, no desestimando ser fuerza de choque, como los afanosos desalojadores de hoteles del señor Macri. Al pasar, la propuesta de la señora Meijide, que ofreció rebaja de penas a los genocidas a cambio de información resultó indignante con respuesta contundente de parte del doctor Eduardo Luis Duhalde.
En lo económico, el tema sigue siendo cómo impulsar el movimiento de inversiones, sostener y proteger la producción nacional, así como sostener una recaudación acorde para que el Estado cumpla con sus obligaciones sociales y contractuales, así como impedir una mayor y rápida fuga de capitales. El gobierno pagó dividendos de bonos de la época del señor Cavallo, con reservas del Central.
Por otro lado, el tema de los medios con una mirada interesada por sus negocios, su muestra de una derecha que avanza, es desdicha por los datos. Según los resultados electorales pasados, en la provincia el PRO ganó por apenas el 1,8% de los votos, emergió una nueva fuerza de centro izquierda como Sabbatella con 6 puntos, y el radicalismo no tan conservador de Margarita Stolbizer no le fue mal. En Capital, el macrismo retrocedió 15 puntos, y entre Solanas, Heller, Ibarra y diversos partidos de izquierda obtuvieron el 50% de los votos. En Santa Fe, Reutemann ganó pero retrocedió en sufragios y el kirchnerismo le ganó en las municipales. Asimismo, la sociedad no está pidiendo privatizaciones, ni flexibilización de derechos, o ajustes, al contrario. La gente bastante callada, va viniendo venir una situación de agobio económico que hay que revertir cuanto antes. Desde Economía se anunció que en este tercer trimestre la situación mejorará.
Esperamos que sí, porque el tiempo de las necesidades de las mayorías no es eterno. Es ya mismo. R.S.

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