martes, 30 de junio de 2009

LA ALDEA DE LA REFLEXIÓN
“Lo importante viene
después del trabajo”


En octubre del pasado año, en la jornada de cierre de ExpoManagement en Buenos Aires, Fernando Parrado, uno de los 16 uruguayos sobrevivientes de la tragedia de los Andes, a 36 años de aquella historia que asombró al mundo, consiguió conmover a 2500 personas. Empresarios y ejecutivos con sus familias, escucharon algo de lo que fue vivir 72 días en plena Cordillera sin agua ni comida.
Parrado, en un monólogo sin golpes bajos acompañado por videos e imágenes de la montaña, narró con relatos íntimos y anécdotas, los momentos que lo marcaron en aquella odisea a 4000 metros de altura en la que perdió a buena parte de sus amigos, su madre y su hermana.
"¿Cómo es posible sobrevivir donde no se sobrevive?", se preguntó. "Sobrevivimos porque hubo liderazgos, toma de decisiones y espíritu de equipo, y porque nos conocíamos desde mucho antes", dijo.
Y arrojó un primer disparador. "En la vida el factor suerte es fundamental. Cuando llegué al aeropuerto de Montevideo no daban número de asiento para el avión. A mí me tocó, de casualidad, la fila 9, junto a mi mejor amigo. Cuando el avión chocó en la montaña, se partió en dos. De la fila 9 para atrás no quedó nada. Los 29 sobrevivientes al primer impacto viajaban en la parte que quedó a salvo. De ellos –dijo–, 24 no sufrieron un rasguño. Así, los menos shockeados empezaron a ayudar, actuando como un verdadero equipo. Marcelo, nuestro capitán y líder, asumió su rol para contenernos cuando le preguntábamos qué pasaba que no llegaba el rescate. Decidimos aguantar. Pero, días después el líder se desmoronó. La radio trajo la noticia de que había concluido el rescate. "¿Cómo hubieran reaccionado ustedes?” –desafió a la audiencia. Silencio estremecedor de la primera a la última fila.
"Ahí me di cuenta de que al Universo no le importa qué nos pasa. Por lo tanto, tuvimos que tomar decisiones. En la noche 12 ó 13 nos dijimos con uno de los chicos: «¿Qué estás pensando?»«Lo mismo que vos. Tenemos que comer, y las proteínas están en los cuerpos.» Hicimos un pacto entre nosotros, era la única opción. Nos enfrentamos a una verdad inhumana."
Parrado apeló a conceptos del mundo empresarial: "hubo planificación, estrategia, desarrollo. Fuimos conociendo nuestra prisión de hielo hasta que me eligieron para la expedición final. Subí aterrado a la cima de la montaña con Roberto Canessa. Pensábamos ver los valles de Chile y nos encontramos con nieve y montañas a 360 grados. Ahí decidí que moriría caminando hacia algún lugar."
Entonces sobrevino el momento más inesperado de la conferencia. "Esta no es la historia que vine a contar", avisó. Y contó que su verdadera historia empezó al regresar a su casa, sin su madre y su hermana, sin sus amigos de la infancia y con su padre en pareja nuevamente.
"¿Crisis? ¿De qué crisis me hablan? ¿Estrés? ¿Qué estrés? Estrés es estar muerto a 6000 metros de altura sin agua ni comida", enfatizó.
Recordó un diálogo fundamental que tuvo con su padre, que le dijo: "mirá para adelante, andá tras esa chica que te gustaba, tené una vida, trabajá. Yo cometí el error de no decirle a tu madre tantas cosas por estar tan ocupado".
Y cerró, determinado: "Las empresas son importantes, el trabajo lo es, pero lo verdaderamente valioso está en casa después de trabajar: la familia. No se olviden de quien tienen al lado, porque no saben lo que va a pasar mañana." Una interminable ovación lo despidió de pie.

(http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1064726)

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