martes, 17 de febrero de 2009

LA ALDEA GLOBALIZADA
¿Será posible la paz?

Mundo en guerra, mundo sin paz, Medio Oriente, el camino del petróleo, de los enclaves geopolíticos, los diarios y revistas especializadas tratan de explicar el fenómeno sembrando dudas siempre sobre la víctima, nunca sobre el victimario.
Nosotros nos quedamos con la foto de la tapa de este número, una mujer palestina llorando. Sí, también podría ser una persona israelí llorando, sólo que para muchos medios de incomunicación, la vida de unos vale muchísimo menos que la de los otros. Y, evidentemente, la asimetría evidencia otra barbarie: el ejército israelí, el 3er. ejército más poderoso y tecnificado del mundo arrasa edificios, aldeas, campamentos de refugiados, colonos y ciudadanos en la Franja de Gaza, mientras los jóvenes palestinos enfrentan esa invasión con ... ¡¡piedras!!
Como si en una película de ciencia ficción los terráqueos de la Edad de la Piedra enfrentaran a unos extraterrestres malditos de un futuro lejano que los invaden para quedarse con sus cavernas. Al par, los guerreros del Hamas, representación política mayoritaria de los palestinos hoy (algo no correcto para el mundo “libre”), bajo túneles defienden su territorio con misiles de fabricación casera.
No hay piedad. El presidente de EE.UU. recién elegido no dice ni pío.
Desde 1967, Israel, en aquella “Guerra de los Seis días” y antes, intenta apropiarse de todo un territorio que reivindica como único heredero. Y no por nada tiene el apoyo incondicional de los Estados Unidos desde siempre: desde la Guerra Fría con la URSS en vida, era, y hoy sigue siendo un lugar estratégico para controlar el paso del petróleo y no sólo de éste.
Hoy, el mundo árabe, dividido y con intereses bastante diferentes, supuestamente según la versión CNN esa cultura se vuelve una amenaza “terrorista” para el mundo occidental y occidentalizado a golpes de mercado. Todo lo extraño al “ser yanqui” es “terrorista”. Así, de una, así de simple, sin vueltas. Estados Unidos resulta el gran garante de la “pax” (con equis) armada, a misil limpio, y por eso Irak, y por eso Afganistán, por eso tantos lugares del planeta dondeel Terminator global no vacila ni un segundo en imponer, como sea, su “gran” estilo de vida que aniquila al planeta y a su gente.
¿Y los humanos que padecen en las zonas de conflicto? No importan mucho, son números, siempre que el sistema mundial no se desestabilice demasiado, siempre que sea “controlable” y “sustentable”, dentro de los cánones de esta pax que contiene a millones de hambrientos y desempleados con unos cuantos que ya no saben qué hacer con sus riquezas mal habidas .
El detalle es el detalle, el trazo grueso sigue siendo el trazo grueso de la injusticia, del crimen atroz. Más de 1400 palestinos murieron desde que Israel en enero pasado decidiera acabar con la Franja, entre ellos, ¡¡400 niños!!, y antes bloquearla hasta la muerte, para que nada de comida entre a la zona, como acto de despedida al gran amigo Bush.
Los genocidios siguen a la orden, el Primerísimo Mundo está inquieto por la crisis económica global que le afecta sobremanera. No saben qué hacer, pero, por si acaso, primero, ayudan a los Bancos. Por eso, qué importa unos cuántos palestinos menos.
Todo sigue como era, la paz, una quimera: las Naciones Unidas se siguen declarando incompetentes para interceder salvo para emitir hipócritas comunicados condenatorios.
El vaquero Bush se bajó del caballo. Obama habla poco ahora, y cierta esperanza se desvanece. Sólo se ven las fotos, los relatos y los ayes de dolor supremo de una población que con dignidad resiste a un invasor sin límites.Lo dicho, apenas un recorte de la realidad que gira en este nuevo siglo que ya estamos viviendo. R.S.

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