lunes, 11 de agosto de 2008

LA ALDEA PANORÁMICA
Tras la puja

La relativa debilidad del gobierno nacional tras la derrota en el Congreso a la resistida resolución 125 de retenciones móviles a las exportaciones por parte de las patronales campestres (muchos remotamente saben de qué se trata o trataba tal resolución, salvo algo acerca de la supuesta exacción estatal hacia aquel sector) es el desafío que ahora enfrenta en el intento de retomar fuerzas propias y de sus aliados para completar tres años de mandato.
No es un dato menor el decidido apoyo al Ejecutivo durante el conflicto de la mayoría de los intendentes del conurbano y del mismo gobernador (la consigna de que “con la comida no se jode” fue una posición más definida que de costumbre de parte del ex motonauta Scioli), todo lo cual puede traer dificultades ya evidentes al poder central con un PJ más orientado hacia el duhaldismo y los sectores más conservadores, opuestos al aún encerrado, ciclotímico y desafiante poder K.
Asimismo, sectores de la militancia peronista, progresista, de la izquierda, sectores de piqueteros y los más humildes, así como los trabajadores con buena parte de sus sindicatos y un vasto sector de las clases medias y de los intelectuales apoyaron al Estado Democrático ante el intento de pre-golpe de los sectores gananciosos por exportaciones sojeras suculentas. El modo de ejercer y construir el poder K, restringido a quizá tres o cinco personas, parece decir que este estilo, heredado del caudillaje de quienes gobiernan las provincias, es más eficaz que otras formas más colegiadas y consensuadas de ejercerlo porque supuestamente no dieron resultados finales más que el retroceso. El recuerdo de un Alfonsín acorralado y claudicante ante los carapintadas y un De la Rúa aislado y patético serían las contraimágenes de recuerdo inmediato contrastantes con la firmeza, por momentos exagerada, de un poder nacional pocas veces recordada en democracia. Poder que se atreve a enfrentar y a la vez sumar, al menos desde el podio, a grandes sectores de poder económico y social, que redundan en un resultados bifrontes: su fortaleza y su debilidad.
Como dato inevitable también hay que dar cuenta del resurgimiento, en medio de esa dura puja de tres meses, de un nivel de odio antiperonista de sectores de clase media y media alta, habitantes de la zona norte de la Ciudad Autónoma unidos, por el momento, a las demandas de los patrones del campo contra la investidura de Cristina Fernández, reeditando, consciente o inconscientemente el viejo rechazo de la vieja “oligarquía”, la derecha antipopular más diversa y una izquierda ortodoxa sin mucha imaginación expresaba contra el peronismo y Eva Perón en los años ’40 y ’50.
Cristina Fernández, sin ser lejanamente una Eva del siglo XXI, parece despertar este sentimiento visceral en los opositores, como si los fantasmas del pasado, también al calor de los juicios a los genocidas reapareciera, aquí enfrentando también su condición de mujer de temple en momentos de suma adversidad.
La estrategia destituyente utilizó el acicate de la difamación hacia el gobierno y el ex presidente Kirchner así como el doble epíteto de “yegua montonera” para la presidenta, expresados en esos movilizados días, de mil y un modos, abiertos y sutiles, en la calle, en internet, montada sobre la acción constante y manipuladora de la corporación mediática liderada por Clarín-Canal 13 y el honorable diario La Nación a través de sus dilectos escribas Grondona y Solá y otros periodistas “serios” y/o conversos.
Los errores de ingenuidad cometidos por el gobierno, que otros indican como de soberbia, y el triste voto “no-positivo”, traidor al fin al mandato que integra (o integraba), del vicepresidente “Cleto” Cobos, como titular del Senado, dejaron algunas renuncias como la de Alberto Fernández y el responsable de asuntos agrarios en un equipo desgastado. El vínculo presidenta-vicepresidente quedó en cortocircuito como tantas veces antes sucedió en nuestra vida política argentina.
Por su parte, la esperada renuncia del secretario de Comercio y también responsable indirecto del INDeC, Moreno, demonizado por los medios así como por algunas de sus poco felices apariciones y expresiones, siguió en danza. La leve conferencia de prensa de hace unos días de la presidenta negó ese probable alejamiento. El tono anodino del encuentro del gobierno con la corporación mediática fue una especie de minitregua como para descomprimir tanto enfrentamiento anterior.
Quedan tres años de gobierno, la oposición, colada por detrás del lock out patronal campero, no atina aún a armar nada serio como alternativa para las elecciones del año que viene: le falta programa único y no tiene liderazgos confiables, salvo el oportunismo, que tampoco los ayuda a su amalgama. La misma Lilita fue bajada del podio en uno de los tantos momentos en que “los cuatro jinetes del apocalipsis”, como les dice el dirigente piquetero Pérsico a la llamada “mesa de enlace”, hablaban a sus adeptos. La izquierda, otra vez, volvió a dividirse ante la prefabricada opción campo-gobierno, mientras, los pequeños y medianos productores, al caer la 125, se quedaron sin el pan y sin la torta, salvo por las promesas de ayuda gubernamental. Fue un mal negocio aliarse con los más grandes que al final lograron, por ahora, evitar las retenciones móviles, para ellos y los pooles sojeros de siembra.
Los camperos dirigentes de los pequeños y medianos productores y arrendatarios, más que representarlos genuinamente parecieron apuntar a conseguir algún cargo electivo para 2009. Tanto Buzzi como De Angeli, ambos de la Federación Agraria, abrazaron profusamente cada vez que pudieron al criador de caballos Luciano Miguens, presidente de la Sociedad Rural. El simbólico abrazo, quizá de oso, entre los conservadores señores del campo con los antiguos representantes del “Grito de Alcorta” resulta una escena sólo imaginada hasta hace poco como de ciencia ficción, de la que el gobierno, por su torpeza, no fue ajeno para que se concretara.Por lo ocurrido, una reflexión: si por unos puntos más de retenciones los dueños campestres cortaron rutas sin contemplaciones, y sin ningún tipo de represión estatal, salvo el “upa” a Don Alfredo; ante la osadía siquiera de soñar con una política agraria de cambio profundo, tranquilamente, los susodichos, pueden intentar, y ya no como ensayo, un golpe económico y financiero, no descartado absolutamente, ya que el mismo Estado, según el filósofo Rubén Dri, sigue siendo su objetivo.
Tras el baldón, la economía puja en este frío y húmedo agosto por volver a recuperar estado, en un contexto internacional favorable. Pero, con tan leves ajustes salariales y con semejante carestía de la vida el malestar social parece seguir pateándose para adelante: los 1200 pesos de sueldo mínimo para los trabajadores no alcanzan.
Por ello, la participación popular vuelve hoy a convocarse, tanto para responder a los que quieren sólo “mercado”, país agroexportador sin industria, nada de intervención estatal y excedente poblacional descartable, cuanto para llamar la atención al gobierno para que abra sus ventanas a la participación ciudadana.
Desde el poder quizá se crea que tres años es bastante para satisfacer los reclamos. Pero, sabido es que el tiempo nunca deja de ser tirano. R.S.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Estoy de acuerdo en general con el artículo. Pienso que es necesario analizar con mas cuidado algunas cuestiones: la torpeza del gobierno logró que las cuatro entidades del campo se unan, antes jamás lo hicieron. Si los pequeños productores se aliaron a estos gigantes es porque el gobierno no los tuvo en cuenta antes. Otra cosa hubiera sido si se hubiera empezado por proteger a los pequeños productores para despegarlos del dominio de los grandes. Y luego diseñar una estregia para golpear fundamentalmnente alos poderosos que no son solo los terratenientes sino los que lucran con los agroquímicos, (que estuvieron en la sombra), los exportadores (que no se los tocó).
El odio antiperonista no es nuevo, eso es cierto, pero los gruesos errores ayudaron a consolidar ese odio. Dri dice que el objetivo de los camperos es el gobierno, pero es necesario no darñles oporunidades y todo el mal manejo de Cristina, fue una oportunidad que no supieron aprovechar porqeu no hay ámbito para un golpe.
Bueno, con todo respeto, el mio es un punto de vista.
Atte. Manuel Rodríguez

Unknown dijo...

creo que tambien la señora presidenta hizo reavivar desde sus discursos viejas antiñomas caducas.Un discurso maniqueo donde el gobierno es bueno y el campo es malo malo malo...en fin.
Muy buena tu revista Ruben