viernes, 27 de junio de 2008

LA ALDEA COLECCIONABLE

Historia Nuestra

17 de Octubre de 1945

La gente en la Plaza. Braden o Perón





En 1944 el general Ramírez, juzgado responsable de la ruptura con el eje, fue forzado a renunciar y reemplazado en la presidencia por su vicepresidente Farrel.
Esta movida política aceleró el ascenso de Perón que pasó a ocupar el cargo de ministro de Guerra, conservando el de secretario de Trabajo y Previsión y, unos meses después, la vicepresidencia de la Nación.Al mismo tiempo que ganaba apoyo entre la oficialidad joven, se aseguró la adhesión de los trabajadores al promulgar una legislación social y sindical que satisfacía los reclamos históricos por los que el movimiento obrero venía luchando desde principios de siglo.
Esta política social impulsada por Perón provocó el reagrupamiento y polarización política de los distintos sectores sociales. También creció la oposición a Perón entre los oficiales más nacionalistas y católicos conservadores.Toda la oposición política se agrupó en una Junta de Coordinación Política, que lanzó una ofensiva contra el gobierno. A esta operación se sumó un apoyo inesperado del embajador de EE.UU., Spruille Braden.
La coalición opositora convocó a una concertación pública en septiembre, que reclamó “la entrega del gobierno a la Corte Suprema, elecciones inmediatas y libres...”Simultáneamente Perón, denunció la intervención extranjera y convocó a los sindicatos a defender su gestión.
La manifestación de fuerza de la oposición fue tan imponente que, los militares opuestos a Perón lo obligaron a renunciar a todos sus cargos y lo trasladaron detenido a la isla Martín García.Esta detención profundizó y aceleró la crisis política. La CGT tomó la iniciativa de organizar una huelga general y una movilización para el 18 de octubre.
El clima de movilización de los obreros, especialmente en los suburbios industriales de Buenos Aires, Rosario y La Plata, creció más allá de los dirigentes y, en la mañana del 17 de octubre, un día antes de lo pactado por la central sindical, desbordaron las calles y comenzaron a movilizarse.Hacia el mediodía confluyeron en la Plaza de Mayo nutridos grupos de obreros, manifestando su adhesión a Perón y exigiendo su libertad.Los sectores antiperonistas del gobierno, se vieron obligados a ceder a las exigencias de Perón, que es trasladado a la Casa de Gobierno desde donde dirige un discurso a la multitud.
La victoria del peronismo marcó una nueva época: la clase obrera, pilar fundamental del peronismo junto con la Iglesia y el Ejército, fue sin duda la beneficiaria de la prosperidad que trajo la Segunda Guerra Mundial y que duró hasta 1949. Esta clase social quedó ligada a su líder por un asombroso pacto de lealtad. Además se puso de manifiesto una línea de ruptura y conflicto social, entre la clase trabajadora por un lado y los sectores medios y la élite por otro. Peronistas y antiperonistas se enfrentarán a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.
Prof. Isabel Rodríguez

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