domingo, 23 de diciembre de 2012










Leonardo Favio
(1938-2012)
 *Por María Elena Sardi


Imagino a un pibe tirado de panza, sobre el pasto de su Lujan de Cuyo, con el río a mano, devorándose El Tony, revista de historietas de los años 40, marroncita  y totalmente dibujada.  Lo imagino siguiendo con su dedo esos cuadraditos maravillosos con las secuencias de la acción. Recuerdo la publicación de El león de Francia…“El malvado Felipe de Borgoña, ha prometido  al déspota rey,  la cabeza de ese miserable bandido que defiende a los humildes y a los pobres, y roba el corazón de su prometida, la rubia princesa María Inés de Lorena …” 

El pibe deja la revista y cae sobre su espalda…  y la escena empieza a rodar frente a  sus ojos: Juan Moreira aparta a la rubia prostituta con la que ha gozado y de pie, poncho arremangado y  facón libertario en la boca , pelea sólo contra los milicos que quieren castigarlo por rebelde, por libre, por vivo, por su olor a bárbaro…

El último cuadradito de la película, lo acuchilla sobre la tapia, cuelga para siempre en nuestras retinas  sus crenchas oscuras , la vincha sangrante, y esa mueca  sabia que carcajea mirando al cielo… “morir, ¡con ese sol!”

Favio grita, “¡corten!…y el pibe se pone a llorar; no lo vencieron,  él pudo con los malvados, a pesar de todo. Fin, brama música maravillosa que nos hace volar junto con el héroe, que escapa de la muerte de los mediocres, de los domesticados.

No sé… ¿Qué decir de Favio…? ¿Que nunca estudió cine, que esos cuadraditos le rebelaron una magia que usó para ilusionarnos la vida?  ¿Que es un hermano que nos llena de orgullo? ¿Que “Este es el romance del  Aniceto  y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más…”  es una obra de arte que deja sin aliento…lo mismo que leer su título?

No sé… quizás pueda decir que no fue un santo,  fue mucho mejor, fue un despierto.  Sirvió  a su tierra con su enorme talento y sus enormes carencias.  Fue un hombre, fue… un leal.

 


*Actriz - Dramaturga
Escritora


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