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José María Guido asume la presidencia
La democracia en crisis - Azules versus Colorados
A comienzos de 1962 se produjo la debacle del gobierno desarrollista de Frondizi. Las elecciones provinciales dieron como ganador al peronismo, que conservó la lealtad de un tercio del electorado, a esto se sumó la ruptura con los sindicatos provocada por la aplicación de una política de austeridad y el malestar en las Fuerzas Armadas por la política internacional del gobierno con respecto a Cuba y a la Alianza para el Progreso planteada por el presidente de EE.UU., John Kennedy.
Ante este contexto, los jefes de las fuerzas militares pidieron la renuncia al presidente. Frondizi se negó, el 29 de marzo de 1962 fue arrestado y confinado en la isla Martín García.
Mientras los jefes militares decidían como seguir, el doctor José María Guido, presidente provisional del Senado y sucesor del presidente en caso de acefalía, ya que el vicepresidente electo, había renunciado en 1958, se presentó ante la Corte Suprema de Justicia y prestó juramento como presidente.
Los jefes de las Fuerzas Armadas terminaron aceptando esta situación, cuando el Dr. Guido se comprometió anular las elecciones, intervenir todas las provincias y declarar al Congreso nacional en receso.
1962, un año difícil. “Azules” versus “Colorados”
El gobierno de Guido estuvo signado por los conflictos internos del ejército y una profunda recesión económica provocada por la aplicación de medidas liberales, que se tradujeron en una importante devaluación del peso, escasa prosperidad en el campo y el paro forzoso de un tercio de la fuerza laboral del país.
Dentro del Ejército se discutía la convocatoria a elecciones democráticas y que postura tomar frente al peronismo proscripto. Los dos sectores utilizaron para diferenciarse los colores azul y colorado, que identificaban a los contendientes en los juegos de guerra académicos.
En septiembre de 1962 la situación fue crítica para los dos bandos del Ejército, conocidos como “azules” o “legalistas” y “colorados”, antiperonistas intrasigentes, que culminó en un enfrentamiento armado.
El 22 de septiembre la Fuerza Aérea bombardeó una concentración “colorada” en San Antonio de Padua y hubo enfrentamientos de tropas en Plaza Constitución y en los parques Chacabuco y Avellaneda, que se prolongó por tres días.
El general Juan Carlos Onganía, jefe del grupo “azul” (legalista), obtuvo el triunfo y fue designado por el presidente Guido como comandante en Jefe del Ejército. Desde su nuevo cargo, Onganía controló la reestructuración del gobierno.
La crisis política agravó la crisis económica, y el entonces ministro de Economía, Alvaro Alsogaray, anunció en 1963 que el país se encontraba en estado de emergencia. La Confederación General del Trabajo, bajo la conducción de José Alonso, emprendió una política agresiva de denuncia y acción directa.
En este clima de desorden, el gobierno impulsó la campaña electoral para elegir nuevas autoridades constitucionales. La campaña estuvo atravesada, no sólo por el enfrentamiento entre peronistas y antiperonistas, sino por numerosas huelgas y conflictos sociales.
Ante este contexto, los jefes de las fuerzas militares pidieron la renuncia al presidente. Frondizi se negó, el 29 de marzo de 1962 fue arrestado y confinado en la isla Martín García.
Mientras los jefes militares decidían como seguir, el doctor José María Guido, presidente provisional del Senado y sucesor del presidente en caso de acefalía, ya que el vicepresidente electo, había renunciado en 1958, se presentó ante la Corte Suprema de Justicia y prestó juramento como presidente.
Los jefes de las Fuerzas Armadas terminaron aceptando esta situación, cuando el Dr. Guido se comprometió anular las elecciones, intervenir todas las provincias y declarar al Congreso nacional en receso.
1962, un año difícil. “Azules” versus “Colorados”
El gobierno de Guido estuvo signado por los conflictos internos del ejército y una profunda recesión económica provocada por la aplicación de medidas liberales, que se tradujeron en una importante devaluación del peso, escasa prosperidad en el campo y el paro forzoso de un tercio de la fuerza laboral del país.
Dentro del Ejército se discutía la convocatoria a elecciones democráticas y que postura tomar frente al peronismo proscripto. Los dos sectores utilizaron para diferenciarse los colores azul y colorado, que identificaban a los contendientes en los juegos de guerra académicos.
En septiembre de 1962 la situación fue crítica para los dos bandos del Ejército, conocidos como “azules” o “legalistas” y “colorados”, antiperonistas intrasigentes, que culminó en un enfrentamiento armado.
El 22 de septiembre la Fuerza Aérea bombardeó una concentración “colorada” en San Antonio de Padua y hubo enfrentamientos de tropas en Plaza Constitución y en los parques Chacabuco y Avellaneda, que se prolongó por tres días.
El general Juan Carlos Onganía, jefe del grupo “azul” (legalista), obtuvo el triunfo y fue designado por el presidente Guido como comandante en Jefe del Ejército. Desde su nuevo cargo, Onganía controló la reestructuración del gobierno.
La crisis política agravó la crisis económica, y el entonces ministro de Economía, Alvaro Alsogaray, anunció en 1963 que el país se encontraba en estado de emergencia. La Confederación General del Trabajo, bajo la conducción de José Alonso, emprendió una política agresiva de denuncia y acción directa.
En este clima de desorden, el gobierno impulsó la campaña electoral para elegir nuevas autoridades constitucionales. La campaña estuvo atravesada, no sólo por el enfrentamiento entre peronistas y antiperonistas, sino por numerosas huelgas y conflictos sociales.
Prof. Isabel Rodríguez
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