jueves, 12 de marzo de 2009

LA ALDEA HOMENAJE - ENTREVISTA INÉDITA
Queremos tanto a Julio
Por *Roberto Romeo Di Vita

Se nos fue el 12 de febrero de 1984 con su imagen querida de muchacho bueno y solidario, este Julio Cortázar tan nuestro y tan del mundo todo.
Se nos fue para jugar en otra dimensión con sus cronopios, sus famas, sus “Autopistas al Sur”, con su “Bestiario”, de “Todos los fuegos el fuego”, en “La vuelta al día en ochenta mundos”, en su “62 modelo para armar”, en el “Libro de Manuel”, en “Octaedro”, en “Alguien anda por ahí”, en “Territorios”, “Queremos tanto a Glenda”, con sus “Deshoras”, que se los llevó como un “Premio” para llegar a ese Cielo que tanto le gustaba.

Noviembre de 1970. Lo conocí en Santiago, Chile y como un tesoro querido que se saca de un cofre guardado está esta entrevista a uno de nuestros más grandes escritores.
“A mitad de la mañana lo encontramos en el hall del Hotel Emperador reunido con un grupo de estudiantes chilenos. La charla era animada, hablaban sobre arquitectura y los nuevos proyectos para este Chile que se empezaba a construir. De a poco, logramos introducirnos en la conversación y le preguntamos a Julio:

Roberto Romeo Di Vita: ¿Qué te llevó a venir a Chile?
Julio Cortázar: El resultado de las elecciones, si hubiera sido otro el resultado, no estaría aquí. Además, creo necesaria mi presencia como intelectual en este proceso, ya que hubiera sido muy cómodo de mi parte haberme quedado en Francia y desde allí enviar un telegrama de felicitación. Me parece que el hecho de estar presente en estos casos es más que todo una obligación y un reconocimiento al pueblo chileno.
(En ese instante, los estudiantes rompen el fuego y le responden a Julio detalles sobre la nueva arquitectura y la incidencia económica sobre este tópico)

“Creo –decía Cortázar–, que los países latinoamericanos en su mayoría no ofrecen perspectivas de trabajo a los jóvenes arquitectos egresados, ya que los que tienen dinero en estos países prefieren para sus construcciones el estilo de épocas pasadas, de 1890 ó 1900, y los egresados en estas disciplinas no pueden aplicar las nuevas formas aprendidas, de allí que tengan que emigrar hacia Europa. Además –proseguía diciendo–, hay un hecho que sucede en la Argentina y creo que en otros países también: el hombre que dispone de unos pocos pesos, para construir una casita, no tiene para pagar a un arquitecto y por ello contrata a un constructor, de esa forma al pobre hombre le hacen un cubo económico, sin aire, lo pintan de verde y eso es una jaula, donde se ahoga, sin gracia ni confort.

(Luego el tema de conversación es la burocracia)

Eso –respondía Cortázar– fue lo que estaba sucediendo en Cuba hasta hace poco, por eso Fidel Castro ha tenido que hablar con algunos funcionarios que con su actitud estaban desvirtuando el proceso. Como todas las cosas, las revoluciones los primeros años hacen durar el fervor de la gente, pero luego viene el cansancio, y esto se comprueba en la actualidad (1970)

–Yo estuve hace poco en La Habana y vi ese dejarse estar en la gente grande –agregaba el escritor–, pero hay que reconocer que los primeros años de ese proceso fueron los más difíciles y el pueblo se tuvo que exigir bastante, pero eso se compensa con la reserva de los jóvenes.
(Posteriormente el tema gira alrededor del papel del ciudadano en la vida diaria)

–Hay un hecho –decía Julio– que sucede en la Argentina, la gente tiene la costumbre de echarle la culpa al gobierno por todo lo que pasa, ese es un modo de desligarse de responsabilidades y es muy perjudicial para los gobiernos de nuevo tipo, o sea, populares.


R.R.D.V.: Julio, ¿quedó algo de la agitación de mayo de 1968 en Francia?
J.C.: Del clima de revolución logrado en el ’68, no ha quedado nada.

R.R.D.V.: ¿Y en la juventud?
J.C.: A la juventud se la ve desilusionada, aunque continúan algunos sectores con sus ideales del mayo francés. La impresión es que al no poder lograrse el diálogo entre obreros y estudiantes, cosa muy difícil por cierto, en la actualidad (1970) , en Francia, el cambio no se ha podido realizar.

R.R.D.V.: ¿Te has encontrado con Nicolás Guillén?
J.C.: Sí, a Guillén lo veo a menudo, casualmente lo saludé ayer acá, estaba muy cansado, además saben que Guillén está enfermo?

R.R.D.V.: ¿Qué opinás de la posición de Sartre en estos últimos tiempos?
J.C.: Se está portando bastante bien, está cada vez más ubicado y está hecho todo un joven por su entusiasmo.

R.R.D.V.: ¿Pensás volver a la Argentina?
J.C.: No sé, eso no te lo podría decir ahora.”

Y como rara paradoja Julio Cortázar volvió a nuestro país en 1973 y 1983. En esas dos oportunidades ningún organismo oficial tuvo tiempo para recibirlo.

(* Argentino. Egresado del Círculo de la Prensa. Escritor. Periodista de INFORMACIONES, revista Generación Abierta , Letras Rojas de Moreno Oñondivé; Autor de los libros ‘’Once y uno”, cuentos; “La pasajera de la ciudad”,novela; “Mayo en la sangre”’ y “América en el corazón”, relatos históricos y prosa poética, “Homenaje de amor y otras yerbas”,“Áspero quiero que mi verso sea”, en carpeta : De Patria”, emboscadas y muertes (novela) ,“Un millón de años”, (poemas). “Relatos de un viejo cajón, (cuentos)
Un fragmento de este reportaje fue publicado en la revista literaria “Generación Abierta a la Cultura” (Nro. 10, Abril - julio de 1992)

No hay comentarios: