martes, 16 de noviembre de 2010

La conjura de los libreros

*Por Roberto Di Vita

CAPITULO OCHO


Capítulo dedicado al librero Carlos L.

(Resistencia de los libreros ante las multinacionales del libro.)

Esto se dio paralelamente con el acontecimiento de la Editorial Marzo, el Papel Prensado y la caída de la más grande de las imprentas universitarias.

Sobre la calle Bahía Blanca se encontraba la gran librería Jorge Calvo, con su gran sala de reuniones, su biblioteca de consulta, su patio de deportes de la Juventud y su fondo para los choripanes y los panchos en los días de fiesta.

La bomba de gran poder con su detonación destruyó gran parte del frente de la librería y despertó esa noche a los vecinos de Villa Devoto. Sangre, sordera y lágrimas en las paredes.

En la librería se habían quedado de guardia el viejo José y otros dos libreros amigos para cuidarla y resguardar todo ese centro cultural fraterno juvenil.

Los rufianes que pusieron la bomba esa noche, fueron mandados por mister Sket y el brujo camarero. Llegaron con sus automóviles, con sus explosivos, sus pistolas, sus itakas, ametralladoras y sus capuchas.

El viejo José los vio venir desde su lugar de observación y también llegó a ver cómo depositaban la bomba en el piso, en la entrada de la librería. La explosión y el derrumbe de gran parte de la pared delantera, tiraron al viejo José hacia atrás, lastimando peligrosamente sus oídos. De inmediato subió hacia ese lugar otro de los libreros amigos y por la abertura de la mirilla que no se había dañado, disparó una, dos, tres veces con su 38 largo a los atacantes.

El tercero de los defensores desde la planta baja, disparó una, dos veces con su temeraria escopeta de caza mayor, a través del gran boquete que dejó la explosión de la bomba.

Disparos que alcanzaron a los tres atacantes. Sangre negra en la vereda de la calle Bahía Blanca. Vehículos que se alejaron a toda velocidad sin recoger a sus heridos o muertos.

Defensores maltrechos y aturdidos por la gran explosión de la bomba contra la librería Jorge Calvo, con su estrella de cinco puntas atacada una vez más, pero defendida con valor... (Continuará.) Derechos Reservados

*Escritor

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