Cuando canta
el cantor
Adriana Castiñeiras*
El resonar de su guitarra marca su presencia. Su canto, anuncia a los transeúntes de Peatonal Belgrano y Yapeyú, en el centro de San Martín, que ahí está el cantor. Oscar Emilio Granese, guitarra en mano, cancionero a su lado, brinda su repertorio melódico con el que entretiene a los comerciantes y peatones desde hace ya 18 años.
Se enfermó de Polio a los dos años pero la enfermedad no lo detuvo. Aprendió a tocar la guitarra por sí mismo, de a poquito, a los catorce años. Más tarde algo de percusión y órgano mientras cantaba en cantinas en el barrio de La Boca.
Todos los días se levanta a las seis de la mañana, se toma unos mates y viaja una hora y media en colectivo desde San Miguel para cantar desde los clásicos temas de Los Iracundos hasta los que resuenan en las radios de hoy. Trabaja sin partituras “sacando de oído” las melodías, como explicó: “Las preparo a mi manera, hay canciones que teniendo linda letra son medio apagadas entonces les doy un poquito más de cachengue”.
Las dos carpetas, llenas de canciones, le sirven como ayuda memoria para no olvidarse la letras de las mismas. “Porque al cantar muchas canciones a veces se te hace una lagunita. Un reojo y ya está”, dijo sonriendo.
Autodefinido como trotamundo, canta todo el año en San Martín y luego a fin de año se va al norte, a Salta, por tres meses a tocar en las peatonales. A los 56 años su pasión por la música no se detiene y así aseguró:“Me sacás la música, me sacás todo”.
*Periodista de San Martín
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