Calorcitos de
Primavera
Llega el nuevo ciclo cuatrimestral de la vida.
Como una serie de malas noticias del pasado que trocan en buenas, la primavera puja por reverdecer brotes. Recordemos un poco.
Desde aquel fatídico 5 de abril de 2007, cuando el maestro neuquino Carlos Fuentealba fue asesinado por la represión por manifestarse con sus compañeros por reclamos gremiales, pareciera que algunas fechas se aproximan al calor de los hechos.
El 11 de setiembre de 1973 fue la caída por golpe de Estado del presidente socialista Salvador Allende, en Chile, el mismo día que aquí, se conmemora el Día del Maestro, por el aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento. Personaje de nuestra historia, controvertido como pocos, que alguna vez se exilió en el país trasandino. El mismo país en el que hoy su gobierno neoliberal es puesto en jaque por los estudiantes universitarios chilenos con amplio apoyo popular en pos de conseguir una universidad pública y gratuita, como en nuestro país tenemos desde 1949 (la Universidad de Buenos Aires fue fundada en 1821 y por la Reforma de 1918 modernizada en su gobierno autónomo), aún conviviendo con la educación privada.
Los hechos de la historia, con indicación en ciertas fechas claves no son determinadas sólo por el azar. Causalidades aún interrumpidas a sangre y fuego, y con limitaciones por años al ejercicio de las libertades democráticas son luego retomadas en otro momento por nuevos actores que, a veces sin saberlo, recuperan valiosos legados de generaciones precedentes.
Este 21 de setiembre, también Día del Estudiante, llega la nueva estación del año que nos inunda con sus flores, mariposas y brotes nuevos y nos vuelve a anunciar que los cambios, aun con todos sus retrocesos, siguen adelante. Y también nos hace pensar en dos 16 de setiembre tristes para nuestra historia, el golpe de Estado contra el gobierno constitucional del General Perón, y el de 1976, cuando un grupo de estudiantes de La Plata, militantes secundarios de la UES y otros grupos juveniles, reclamantes del boleto escolar fueron desaparecidos en la tristemente conocida Noche de los Lápices.
La vida sin más en medio de tantos obstáculos y tantos que temen por ellos se impone. Tanto como este presente democrático y pacífico que estamos viviendo, aún con todo lo que pueda faltar. Brindemos entonces por su llegada, hacia cada vez mejores horizontes, más dignos, más democráticos, más libres, más justos y con más memoria.
Guía Aldea llegó por estos barrios el 21 de setiembre de 2002 en medio de aquella crisis que parece lejana pero que es bueno no olvidar y 9 años después esta revista zonal sigue intentando dar cuenta de estar presente. Eso único eterno que hace unos miles de años describió el gran Heráclito nos motiva: el cambio, como cosa perpetua. R.S.
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