LA ALDEA DE LA RECETA – CUENTO
Gallito ciego
Por Marta Rodríguez*
Dalmacita estaba jugando con sus hermanas, en uno de los patios de la casona del barrio del sur.
A ella le tocó iniciar el juego. Le cubrieron los ojos con un pañuelo de hilo blanco y, tomando sus hombros, la hicieron girar varias vueltas. No le agradaba tener los ojos vendados. Estaba asustada. Algo estaba sucediendo y no sabía qué era. Su padre, fiel servidor del rey, andaba de pocas pulgas. Su hermano mayor, estudiante de teología, discutía con su padre, salía de la casa en horas infrecuentes. Su madre encendía cirio tras cirio, con el rosario entre los dedos.
Dalmacita estiró la mano; había caído la presa. –Faustina, estás atrapada– dijo. No era Faustina, era su madre; las quería dentro de la casa. En la cocina la negra Eulogia aprontaba la comida. El aroma endulzaba el aire enrarecido. Fue una cena silenciosa. Los hombres estaban ausentes y ellas no hacían preguntas.
Previo rezo en el altar de la Santísima Señora, se prepararon para ir a la cama. El cielo encapotado anunciaba lluvia. - Madre ¿ me dejas marcar en el almanaque el día que termina?
–Sí, Dalmacita, puedes hacerlo. Cuando la niña hizo una cruz sobre el día 24, las velas del candelabro parecían tintinear.
A ella le tocó iniciar el juego. Le cubrieron los ojos con un pañuelo de hilo blanco y, tomando sus hombros, la hicieron girar varias vueltas. No le agradaba tener los ojos vendados. Estaba asustada. Algo estaba sucediendo y no sabía qué era. Su padre, fiel servidor del rey, andaba de pocas pulgas. Su hermano mayor, estudiante de teología, discutía con su padre, salía de la casa en horas infrecuentes. Su madre encendía cirio tras cirio, con el rosario entre los dedos.
Dalmacita estiró la mano; había caído la presa. –Faustina, estás atrapada– dijo. No era Faustina, era su madre; las quería dentro de la casa. En la cocina la negra Eulogia aprontaba la comida. El aroma endulzaba el aire enrarecido. Fue una cena silenciosa. Los hombres estaban ausentes y ellas no hacían preguntas.
Previo rezo en el altar de la Santísima Señora, se prepararon para ir a la cama. El cielo encapotado anunciaba lluvia. - Madre ¿ me dejas marcar en el almanaque el día que termina?
–Sí, Dalmacita, puedes hacerlo. Cuando la niña hizo una cruz sobre el día 24, las velas del candelabro parecían tintinear.
Receta
Pastel Real
Ingredientes: (para 12 personas) ½ kilo de carne; 1 cebolla chica; ½ cucharón de vino blanco; ¼ kilos de papas; 4 zanahorias; 1 puñado de pasas de uva; 6 huevos; ¼ kilo de harina; ¼ kilo de grasa de cerdo; ¼ kilo de azúcar; 1 cucharón de anisado; 4 claras.
Preparación: Se pica medio kilo de carne blanda y se mezcla con dos cucharadas de cebolla blanca picada y previamente rehogada en tres cucharadas de grasa de cerdo. Se deja saltar un rato. Luego se agrega medio cucharón de vino blanco, un poco de sal, pimienta y tres cucharadas de azúcar. Se deja cocer diez minutos. Luego se le añade un cuarto kilo de papas hervidas, cuatro zanahorias y las pasas de uva. Se coloca ese preparado en una fuente y se agrega encima lo siguiente: se mezclan seis huevos batidos con cuarto kilo de harina, un cucharón de grasa de cerdo, cuatro cucharadas de azúcar molida y una cucharada de anisado. Se pone luego al horno a calor regular quince minutos. Cuando está cocido se cubre con merengue y se pone nuevamente al horno cinco minutos más hasta que el merengue se dore.
Preparación: Se pica medio kilo de carne blanda y se mezcla con dos cucharadas de cebolla blanca picada y previamente rehogada en tres cucharadas de grasa de cerdo. Se deja saltar un rato. Luego se agrega medio cucharón de vino blanco, un poco de sal, pimienta y tres cucharadas de azúcar. Se deja cocer diez minutos. Luego se le añade un cuarto kilo de papas hervidas, cuatro zanahorias y las pasas de uva. Se coloca ese preparado en una fuente y se agrega encima lo siguiente: se mezclan seis huevos batidos con cuarto kilo de harina, un cucharón de grasa de cerdo, cuatro cucharadas de azúcar molida y una cucharada de anisado. Se pone luego al horno a calor regular quince minutos. Cuando está cocido se cubre con merengue y se pone nuevamente al horno cinco minutos más hasta que el merengue se dore.
*Maestra cocinera y cuentista 3 / 05 / 2010
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