lunes, 14 de diciembre de 2009

LA ALDEA PSI
Jóvenes
al límite

* Lic. Luciana Azzali


Es común hoy en día escuchar a los padres de adolescentes y también de niños, decir que ya no saben que hacer con sus hijos, que no pueden con ellos, que no logran mantener la autoridad ante ellos.
Esta sensación de ya no saber qué hacer con sus hijos, lleva a naturalizar ciertas prácticas de transgresión. Se instala que la democracia dentro de la familia tiene que brindar la oportunidad a los niños y jóvenes de opinar acerca del modo que deben adoptar los padres para poner los límites.
El Lic. Fernando Osorio en “Estudios para la Infancia”, define a este suceso como “autonomía anticipada”: “…Es la práctica y el desarrollo de acciones, para las que el niño o el joven no están preparados y no cuentan con los recursos suficientes para asumirla con responsabilidad…”. Esta anticipación termina siendo traumática.
La autonomía anticipada involucra temas de la vida de este niño o joven, como ser la sexualidad, trabajo, posesión de objetos, temas de estudios, independencia. Es la toma de decisiones en un tiempo donde efectivamente no están preparados para responsabilizarse de dichas las mismas.
Los adultos tienden a fraternizar los vínculos con los hijos en detrimento de la autoridad parental, tan importante para no dejar a la deriva a los hijos. De esta manera los padres terminan pareciendo más amigos de los hijos que padres, dejándolos huérfanos, no de padres, si no de autoridad y de referentes válidos.
Escenas de violencia en las escuelas, en la calle, muestran a jóvenes y niños sin rumbo, sin ley, sin padres que cumplan la función normativa que deberían cumplir los adultos, (y que a su vez, también se encuentran inmersos en un contexto de violencia y maltrato). Jóvenes y niños víctimas de un sistema que ya no sabe qué hacer con ellos.
La violencia y maltrato se registra tanto en escuelas y hogares de altos y bajos recursos económicos, lo que cambia es la presentación del hecho, y tanto los padres de una clase social como otra, están carentes de un valor fundamental: la autoridad.
Los jóvenes transitan un mundo que desvaloriza el orden, los rituales, las tradiciones. En la actualidad el poder está del lado del que más tiene, no del que más sabe.
La trasgresión que se vivencia hoy en día, es una trasgresión asociada al fenómeno de masa; que no tiene que ver con un proceso de aprendizaje en el que se desafía a la autoridad para afianzar la propia personalidad.
Los jóvenes se enfrentan al mundo adulto, pero no para cambiar una realidad que los agobia, si no como un fenómeno de oposición entre bandos: jóvenes contra adultos.
Violencia social que irrumpe en las escuelas, en los hogares, en la calle, donde sin proponerlo se les estimula a los jóvenes una autonomía anticipada, en donde no hay aprendizaje en esa actitud, ni alguna experiencia de crecimiento.
Algunos jóvenes están carentes de valor y afectos, otros no creen en la palabra de los adultos y muchos angustiados y sin rumbo.
Y por último, el mundo adulto deberá pensar qué grado de responsabilidad tiene en la adquisición errada que los niños y jóvenes están haciendo de una autonomía que no pueden asumir.


*Psicóloga Clínica UBA
4757-1396
15-5494-2403

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