El pacto de Olivos
y la reforma constitucional
Con el poder en manos del presidente justicialista, Carlos Menem, la UCR inició una estrepitosa caída en las encuestas y en las elecciones parlamentarias de 1991 y 1993 obtuvo el 29 y el 30 por ciento de los votos respectivamente.
Este escenario obligó a Alfonsín a renunciar a la presidencia de la UCR y a encarar el diálogo con Menem para encontrar una salida consensuada a las aspiraciones del riojano que pretendía reformar la Constitución para ir en busca de una reelección en 1995.
Pese a que fuertes figuras de la política radical se opusieron, el Pacto de Olivos fue un acuerdo nacido de las conversaciones secretas sostenidas por el Presidente en ejercicio Carlos Menem, y su antecesor Raúl Alfonsín, en casa del ex canciller Dante Caputo, por el cual ambos trataron de canalizar sus intereses: Menem quería continuar en el poder y Alfonsín, viendo que no podía impedir esa continuidad, buscaba poner freno a ese poder, que se volvía demasiado amplio. El pacto fue un arreglo entre cúpulas y reafirmó aún más el sistema bipartidista.
El Pacto se selló el 14 de noviembre de 1993. De este acuerdo, aprobado luego por la Convención Nacional de la UCR y por el Congreso del PJ, surgió que la oposición radical permitiría una nueva y única reelección presidencial, acortándose el mandato de seis a cuatro años y estableciendo la elección directa de Presidente y Vicepresidente, con un sistema de ballotage.
A cambio, el peronismo se comprometió a incluir en la Constitución Nacional la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires, la creación de un Consejo de la Magistratura, la elección directa de los senadores, un senador por la minoría, de tres senadores por distrito, la extensión del período de sesiones ordinarias del Congreso de 4 a 8 meses, mecanismos para atenuar el sistema presidencialista, creando el cargo de jefe de Gabinete. Así como también la regulación de los decretos de necesidad y urgencia, la inclusión de los derechos humanos de tercera y cuarta generación, protección a los pueblos originarios, derechos del consumidor, ambientales y a la información, la validez de los tratados internacionales por sobre las leyes nacionales, la acción de amparo, la acción colectiva y los delitos contra la Constitución.
De acuerdo a este Pacto de Olivos, al que se agregó el “Acuerdo de la Rosada” del 13 de diciembre de 1993, se declaró la necesidad de reformar la constitución, y conforme a las pautas de la constitución vigente, el 10 de abril de 1994 se realizaron las elecciones de Convencionales Constituyentes.
En total estuvieron presentes 19 partidos políticos, con 305 miembros en total, bajo la presidencia del Presidente del Senado, Eduardo Menem (hermano de Carlos) siendo los más numerosos, los justicialistas, con 136 integrantes, y los radicales, con 75 representantes.
El proyecto de la Convención reunida en Santa Fe, fue presentado y aprobado sin modificaciones por la Cámara de Diputados y luego pasó al Senado, que no aceptó el acortamiento del mandato de los senadores.
La Constitución establecía que en caso de modificaciones el proyecto debía volver a diputados, pero eso no ocurrió y directamente pasó al ejecutivo, que lo promulgó como ley, bajo el número 24.309.
Entre el 25 de mayo y 22 de agosto de 1994, en las ciudades de Santa Fe y Paraná sesionó la Asamblea Constituyente, que introdujo modificaciones en las normas que rigen las relaciones entre los poderes de la Nación y las provincias y el establecimiento de nuevos derechos y garantías.
La nueva Constitución Nacional fue jurada el 22 de agosto de 1994.
En 1995, haciendo uso de la cláusula constitucional que permitía su reelección, Carlos Menem resultó elegido nuevamente presidente de la Nación por un 51% de los votos.
Prof. Isabel Rodríguez
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