
viernes, 18 de julio de 2008

Marta Rodríguez

Los ensayos comenzaron a mediados de junio. Iba a visitar la escuela el Sr. Intendente y no era cosa fácil preparar un acto prolijo y atractivo.Yo, cursaba en tercer grado. Mi maestra era la encargada de dirigirlo y esperaba lo mejor de nosotros.
La coreografía preparada, tenía lo suyo. Intervenía todo el grado. Los papeles principales eran para Julito Ruiz, Estelita Castro y Martita Rodríguez o sea, yo. Debíamos representar a vendedores callejeros de la vieja ciudad colonial. Los personajes eran: el vendedor de velas con su pregón, la vendedora de pasteles con sus delicias de almíbar, la mazamorrera que la ofrecía “caliente para las niñas ardientes”, el farolero, el lechero (sin el caballo), la vendedora de “empanadas calientes que mondan los dientes” y los tamborileros. Todos, éramos bien, pero bien negritos a fuerza de corcho quemado. El 9 de Julio, iba a tener, su merecido festejo. El patio de la escuela, estaba adornado con escarapelas y banderas de papel crepé. El escenario nos esperaba con un hermoso cuadro de la vieja casa de Tucumán.Los de tercero, íbamos a ser las estrellas del acto.
Luego de concluir con el protocolo de costumbre, nuestra maestra locutora anunció: “Los alumnos de tercer grado nos ofrecerán, ”Una estampa de la vieja ciudad”.El sonido de un candombe envolvió el aire y ahí estábamos entrando al escenario. Poder alegrar a la señorita, era mi mayor anhelo. Al Señor Intendente no lo registraba. Varias vueltas por el tablado lograron los efusivos aplausos de madres, padres y abuelos y abuelas. A más de uno se le escapó un lagrimón.
Como debía suceder, la música se detuvo. Las tres primeras figuras ocupamos el centro de la escena y es ahí cuando comenzó nuestro estudiado parlamento.
–¿Neglita quelés café?
–No, mama que me hace mal.
–¿Entonces lo que quelés?
–Neglito pala bailal.
La música retornó con bríos, y yo feliz, bailando con mi negrito.Mi mamá respiró aliviada, sabía que su hija era de llanto fácil; lo que no sabía, era que yo había resuelto ser artista.
Receta
Torta bien Negrita
2 huevos / ½ taza de aceite / ½ taza de cacao disuelto en 1/2 taza de leche o ½ taza de café / 1 taza de azúcar / esencia de vainilla / 2 tazas de blancaflor
Preparación: Batir los huevos, azúcar, aceite, cacao disuelto, esencia y agregar de a poco la harina.En budinera enmantecada llevar a horno moderado. En asadera rectangular, luego de cocido se cubre de glacé real o chocolate de taza disuelto a baño maría y se cortan masitas cuadradas.
Marta Rodríguez
07/07/2008
por Roberto Romeo Di Vita
Punta Alta. Un inolvidable encuentro se realizó entre el 27,28 y 29 de junio pasados se realizó en Punta Alta, provincia de Buenos Aires; el Primer Encuentro Internacional de Poesía y Narrativa, de la “Fundación de Poetas René Villar”.
Se habían creado muchas expectativas alrededor de esta nueva Marathónica, y la incertidumbre se daba por el reciente y doloroso fallecimiento del poeta que le da nombre a la fundación, alma mater de todas las marahtónicas e hijas de su quijotesco tesón.Debo decir, con toda la subjetividad de mi corazón poético, que esta marathónica fue la mejor de todos los tiempos.
Con la planificación y el empeño organizativo casi matemático a cargo del poeta Hernán Beltrano, presidente de la filial de Punta Alta, se cumplieron todos los objetivos.
Fue una grata y enorme tarea de todos los que hicieron cosas por este nuevo encuentro, rodeado del calor y la amistad, que nos hicieron sentir bien a todos los participantes.Debo mencionar a Gladys Beatriz Acha y Leticia Marconi, ángeles ejecutores de todo el trabajo organizativo y tengo que mencionar a los poetas y poetisas Roberto Mallea, Alejandro Paiva, Ema Acha, Josefina Blanco Rodríguez, Bartolo Luna, María del Carmen Polizzi, al licenciado Sergio Soler, Sergio López, Sonia Hegen, Amaranta Guevara, Silvia Zurdo y a Omar, entre todos, todos los que pusieron su valioso granito de arena.Puedo decir que se cumplió con todo el cronograma previsto y las ponencias sobre: La vida y obra de Héctor P. Soulé Tonelli, La Literatura Brasileña dentro del marco latinoamericano, las visitas al importante y joven Museo Carlos Darwin, al Museo Pedro Giachino, el homenaje a René Villar (que merece una nota aparte), la apasionada y excelente exposición sobre la vida y la obra de don Ezequiel Martínez Estrada, a cargo de la doctora Mariel Rigano, la inolvidable semblanza sobre la vida y la obra de Athaualpa Yupanqui, ofrecida por el poeta y folklorista Carlos Veliz y la charla sobre La Lectura del Martín Fierro, que tuvieron un elogioso nivel.
En todas las mesas de lectura, de poemas y cuentos, en todas las presentaciones artísticas, en todo el apoyo activo de la secretaria de cultura del municipio, en la concreción de esta nueva Marathónica Poética, de muy alto nivel y por todo su entorno especial que tuvo este evento, efectuado en este estado democrático, que nos costó treinta mil desaparecidos y alrededor de la Base Naval. Me parece que algo distinto está pasando en estos tiempos, en nuestro país y en esta Patria Latinoamericana.