viernes, 18 de febrero de 2011


¡¡Comienzo de clases!!
Andá a recargar
tu celular ahora


El año electoral que comentábamos en la edición anterior entra firme por la senda de las polaridades.

Dos temas urticantes, uno: ¿quién hubiera pensado que sindicalistas “intocables” iban a ser tocados por profundas y gravísimas investigaciones judiciales por supuesta adulteración de medicamentos? ¿Y que hubiera una defensa tan dedicada de los monopolios mediáticos y hasta los sectores patronales del campo hacia estos no opositores del trabajo esclavo? ¿O que el ex presidente interino en la crisis del 2002, hoy precandidato, amenace con que esto (de detenerlos judicialmente) “se paga” (además de los 500 mil pesos de fianza con que salió de la celda el señor “Momo” Venegas hace unos días)?


Otro tema urticante, los precios de determinadas “alcancías vivientes”, en este caso, los celulares. El cronista habla por su experiencia. El pasado 14 de febrero fue a recargar el celular con chip de la empresa Claro a tarjeta. Carga 10 pesos como todos los meses porque mucho no lo utiliza y, oh surprise!!, ANTES (hasta enero pasado) la recarga duraba un mes, ahora vale apenas por ¡¡¡5 días!!! Le pregunta a la empleada del ciber, "¿y para que me dure un mes?" "Tiene que recargar 30 pesos mínimo", ¡¡¡el triple!!!
Entonces, llama un tanto molesto al 0800-666-1518 (Subsecretaría de Defensa del Consumidor, Av. Julio A. Roca 651 Piso 4 Sector 22, CABA, Atención Telefónica Línea Gratuita: Lunes a viernes de 08 a 20 hs - http://www.consumidor.gov.ar/).
El empleado que lo atiende justifica el aumento porque “no hay contrato”. “¿Cómo que no hay contrato?”, le retruca indignado el reclamante. “No –repite el empleado estatal–, no hay contrato porque usted no tiene abono”.

Sin embargo, cuando uno recarga el celular a tarjeta ipso facto llega un mensaje en el mismo donde se indica el valor recargado, hasta cuándo tiene validez y el número de transacción por reclamo. En algunas empresas, al recargar luego se “recuperan” los pesos/minutos/mensajes no usados, en otras, como Claro, no. Precisamente, el humilde cronista no tiene abono porque con éstos comprobó que el abuso de todas las empresas oligopólicas es aún mayor, cobran lo que quieren y dan “beneficios” que a veces no están más, como por arte de magia. Y cuando se llama para reclamar, una máquina repite “no podemos establecer comunicación en este momento, llame más tarde”.

Pregunta: El Estado, y el gobierno, ¿no debería también enfrentar estos abusos monopólicos con tantos consumidores cautivos? Y a pesar de las justificatorias palabras del empleado (parecía más un representante de una empresa privada de celulares que del Estado) por los “huecos” legales que existen, ¿no deberíamos nosotros, los consumidores, organizarnos en el reclamo, para que tanto empresas como Estado sientan el peso de nuestro poder, como se hace en otros países?

Suponiendo ciertos los datos de inflación de las consultoras privadas que dicen que en 2010 fue de un 43% (supongamos hasta un 50%, que no lo fue, y ni hablar si tomamos los datos del INdEC) ¿por qué una empresa aumenta sus precios un 300 ó 400 por ciento de un mes a otro sin ningún justificativo más que su decisión? Porque no hay ninguna regulación.

El año empieza movido, y esto en nuestros bolsillos avasallados por poderes que se abusan porque no usamos nuestro poder se siente cerca: reclamar, boicotear, no consumir. Nos movemos o siguen haciendo de las suyas en contra de sus huevos de oro, nosotros. Paradoja sistémica si las hay. R.S.
Historia Nuestra

El final de la dictadura

Bignone. La búsqueda de una salida concertada hacia las elecciones
generales. “Se va a acabar, se va acabar, esa costumbre de matar”


La rendición de las tropas argentinas en el conflicto bélico de Malvinas aceleró la crisis política del régimen militar, que llevó a las Fuerzas Armadas a negociar con los partidos políticos una transición ordenada.

Los partidos políticos agrupados en la Multipartidaria ganaron protagonismo, algunos dirigentes entendían que la prioridad era sostener a Bignone frente a los sectores más duros de las Fuerzas Armadas, que no estaban convencidos del restablecimiento de la democracia, y asegurar la salida electoral.

Frente a una sociedad cada vez más preocupada por las violaciones cometidas a los derechos humanos los miembros de la Multipartidaria, e incluso Italo Lúder y Raúl Alfonsín futuros candidatos del Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical, respectivamente, rechazaron la propuesta de Bignone de limitar la revisión de la represión y declararon que no admitirían ningún tipo de condicionamientos por parte de los militares.

Diversos sectores de la sociedad comenzaron a movilizarse, el 10 de diciembre de 1982, los organismos defensores de los derechos humanos realizaron una marcha de la Resistencia, en la que reclamaron “aparición con vida de los desaparecidos”.

El 16 de diciembre la Multipartidaria convocó a una jornada nacional de movilización contra la dictadura, que denominó la Asamblea de la Civilidad y que concluyó con la Marcha del Pueblo por la Democracia y por la Reconstrucción.

Esta movilización, la más importante desde 1976, aceleró los tiempos políticos, ya que a la Plaza de Mayo confluyeron más de cien mil personas, que demostraron haber perdido el miedo a la represión y que estaban dispuestas a hacer realidad las consignas coreadas “ se van, se van y nunca volverán”.

En el mes de febrero de 1983, Bignone se vio obligado a establecer un cronograma electoral y fijó el 30 de octubre de ese año para los comicios. A partir de aquí, la Multipartidaria desapareció de la escena ya que cada partido comenzó a posicionarse por separado frente al electorado y al gobierno.

En el radicalismo se consolidó la figura de Raúl Alfonsín, con el triunfo en las elecciones internas de la UCR, del Movimiento de Renovación y Cambio. Para fortalecer su figura, Alfonsín, ofreció la vicepresidencia a Víctor Martínez, de la Línea Córdoba del partido radical y a Fernando de la Rúa la candidatura a senador por la Capital.

En el peronismo varias corrientes se disputaban la candidatura, que fue elegida en un congreso interno en el que la representatividad de los participantes no estuvo muy definida.

El Congreso Nacional Justicialista proclamó como candidatos a presidente y vicepresidente a Italo Lúder y Deolindo Bittel y a Herminio Iglesias como candidato a la gobernación de Buenos Aires, desplazando así el liderazgo del viejo peronista Antonio Cafiero.

Los otros partidos que participaron de la campaña fueron la Unión de Centro Democrático, liderada por Alvaro Alsogaray; el Movimiento de Integración y Desarrollo, dirigido por Rogelio Frigerio; el Partido Intransigente, liderado por Oscar Alende y partidos de izquierda.
El resultado de las elecciones favoreció al candidato de la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín. El peronismo había sido derrotado en elecciones limpias.

En esta derrota pesaron varias causas: el peronismo cargaba con el descrédito de haber sido protagonista del descalabro que siguió a la muerte de Perón en 1974; la imagen del partido quedó también manchada por la denuncia de Alfonsín del “pacto militar-sindical”, que expuso las negociaciones entre la cúpula de la CGT y los dictadores.

A esto se agregó, que en el cierre de campaña del peronismo, el candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, Herminio Iglesias, prendió fuego a un ataúd con los colores de la UCR.
Este gesto generó una enorme ola de rechazo en una sociedad cansada de violencia y muerte y definió la elección hacia el radicalismo que se plantaba ante la sociedad con el slogan “somos la vida”. El peronismo perdió inclusive su bastión, la provincia de Buenos Aires.


Prof. Isabel Rodríguez




Mujer de pies alados

Por Marta Rodríguez*

La mujer estaba en la parada del colectivo.
Tenía el cabello oscuro, muy corto. Su piel pálida casi transparente no conocía arrugas. Los ojos brillaban como afiebrados y la mirada quieta parecía querer horadar el muro que le impedía avanzar.

Fue un viernes de fines de agosto cuando me atrapó el sortilegio de esa mujer.
Antes del almuerzo solía ir hasta la puerta. Aferrada a las rejas aguardaba a mi padre. En la espera me entretenía mirando el desfile de vecinos que iban y venían como una cinta sin fin.
Ese día ella, sólo ella ocupó mi atención.
Me sorprendió la quietud imperturbable de su postura. Con recelo comencé a recorrer su figura envuelta en misterio.

Vestía falda con pliegues y casaca con mangas al codo de tela rústica cruda.
Calzaba alpargatas con suela de soga. Fue ahí, en eso momento, cuando descubrí que apoyaba los pies en el aire. Cerquita del suelo, pero en el aire.

Ni mi madre ni mi padre creyeron mi relato. Juro que no mentí. Tampoco miento ahora; Ella se apoyaba en el aire.

Le dibujé alas. A sus pies le dibujé alas. Alas para vuelos cortos, como el de los gorriones. Alas de planeos rasantes, para soplar suavecito al asfalto. Alas blancas como sus alpargatas. Alas con perfume a fresia robado a las de mi jardín.

Aunque ella no me miró, sé que sabía que la miraba.
Cuando se la llevaron levanté mi mano para decirle adiós, y ella me regaló la hondura de sus ojos.


*Maestra cocinera
y cuentista
10/02/2011

La conjura de
los libreros

Por Roberto Di Vita*

CAPITULO 12

(Resistencia de los libreros ante las multinacionales del libro.)

Capítulo anterior: El viejo José, librero de alma, discute con su colega, el Nelson, el significado que tiene ser librero y los valores que esto conlleva adentro.

El viejo José / tan ecónomo del disparate / como audaz ministro de lo insólito / siempre queriendo demostrar / en interminables conversaciones / el porqué de las cosas / el valor de las flores / que nos da / la cotización de la lluvia / los rayos del sol / y que no vendería por nada / sus lotes / sus castillos / sus libros / y su insolencia de libertad ...
Por esa época un terremoto financiero local había hecho descender los niveles de lectura y elevado el precio de los libros recién editados a sumas muy elevadas y pocos los podían adquirir. Sólo se mantenían en pie las librerías de usados, pero también estas eran codiciadas por las multinacionales del negocio editorial, más ahora, que se habían enterado que el viejo José manifestó ser poseedor de dos tesoros literarios valuados en varios millones de pesos oro; los manuscritos del Martín Fierro y del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, guardados en una caja fuerte del Banco Central de la Nación Argentina.

CAPITULO 13

Capítulo anterior: Los enemigos siguen acechando al viejo José, el librero más conocido de los alrededores; y ahora, más todavía porque dice poseer grandes tesoros literarios.

Mister Sket viajó de inmediato esa mañana de febrero a la central donde le daban órdenes. Una vez en esa metrópoli participó de una primera reunión apenas puso los pies en tierra.
Por la tarde lo hicieron participar, con cientos de agentes iguales a él, de una conferencia muy prolongada. A la noche tuvo que concurrir a un brindis, ofrecido por editorialistas multinacionales. A la otra mañana recibió sugerencias de cómo implementar los pasos a dar en cada región donde estaban destinados esos agentes particulares. Por la noche otro brindis con escritores internacionales; algunos premiados recientemente por distintas fundaciones dependientes de la central.
Al tercer día todos los operadores de la central fueron despachados raudamente a sus regiones de destino. Además de todas las órdenes recibidas y conversadas, cada agente llevaba un documento con instrucciones que debía poner en práctica en sus respectivas zonas.
El primer punto era comprar para la central, las principales editoriales de los países emergentes o conseguir a cualquier precio, la mayoría de las acciones de esas editoriales.
El segundo punto se trataba de relacionar esas editoriales con otros medios complementarios de comunicación y culturales. Estas mega-editoriales comenzarían a tener sus propias bocas de expendio de textos en distintos comercios no tradicionales.
El ejemplo más elocuente se dio en un país austral, cuando los militares tomaron por medio de un golpe de estado el control.
Hicieron desaparecer a los dueños del principal complejo industrial papelero de ese país y se lo entregaron a los titulares de dos importantes matutinos que se quedaron con todo el papel y con casi todos los medios de comunicación. Con estas personas tenía que relacionarse inmediatamente mister Sket, sin pérdida de tiempo y además debían darle una lección a los libreros que se oponían al monopolio editorial.
Fue a los pocos días de haberle tendido una trampa al viejo José y a algunos amigos suyos que lo pasaron mal y los golpearon un poco; después de un tiempito, cuando se repusieron de algunos magullones, respondieron así...(Continuará)

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*Escritor